17. ¿Marinette?

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Previamente:

—Tal vez.— contestó feliz Marinette para después apagar las luces y dormir con gran tranquilidad.

***

—Tranquila, niña.— proponía el felino desde el interior de la chaqueta blanca del modelo. —Solo es una cena.

—Pero es Chloe... La idea sigue sin gustarme del todo.— respondió en tonalidad baja la verdadera Marinette para después cubrir por completo al Kwami. El automóvil grisáceo en donde transportaban al Agreste frenó, dando por entendido que su viaje había terminado. El de mirada verdosa bajó un poco cabizbajo del transporte.

«Sé que tengo que lidiar con ella todo el día... Pero por favor, ¡que no me esté esperando en la entrada!» pedía como plegarias mentales el joven mientras avanzaba con el rostro bajo. Un paso: no hubo peligro; dos pasos: no se escuchó a la rubia; tres pasos: muy tarde.

—¡Adri-Honey!— sonó un grito agudo desde la puerta principal de entrada del colegio hasta medio París. De inmediato, la de ropa amarilla y blanca caminó rápidamente para bajar las escaleras al mismo momento de ir con los brazos extendidos, lista para un abrazo. Al parecer ella también sabía de las buenas noticias.

Llegó hasta Adrien y le entregó un fuerte abrazo, más del que éste se esperaba. Debido al fastidio, el muchacho no correspondió el afecto.

«¿Por qué le pasan cosas malas a gente buena?» se preguntaba una y otra vez la real Cheng.

—¿Ya te enteraste de la genial noticia?— preguntó Bourgeois llena de felicidad sin soltar su agarre con su amado.

Una chica de lentes y piel morena que iba pasando por el lugar logró a escuchar aquella pregunta, por lo que decidió permanecer discretamente junto al par para poder oír la respuesta y después comunicarle lo sucedido a su mejor amiga.

—Si Chloe...— hubo un silencio escaso. —Vamos a ir a una importante cena juntos.— el joven trató de ocultar sus pocas ganas de lidiar con su contraria.

—¡Si! Incluso, si todo sale bien y tu te portas como el caballero que eres, podrías sin problema aprovechar la situación y pedirle mi mano a mi padre.— soltó mientras daba pequeños brincos de felicidad; al parecer, del trío de estudiantes que se enteró de la noticia, ella era la única contenta.

—Espera... ¿¡Qué!?— solo pudo hablar el rubio.

—Si... ¿Es que ya olvidaste tu promesa?— cuestionó la millonaria. —He notado que haz estado muy cerca de la panadera las últimas semanas... ¡Pero no importa! Yo se que no se te olvidó lo que me prometiste y lo cumplirás.

Sin poder contestar ni una sola palabra, la de cabellos como oro se dio la vuelta, no sin antes guiñarle el ojo derecho a Adrien y mandarle un beso un tanto exagerado.

La interna Marinette estaba en shock. ¿Adrien le había prometido algo así a Chole?

—¡Adrien!— se escuchó una voz conocida por los presentes. Se trataba de la dama de cabello azabache; la chica mantenía una sonrisa en su rostro al visualizar al llamado.

No se dijo más. Antes de que Alya pudiera distraer a Marinette para que ella no hablara con el modelo antes de explicarle lo que había escuchado, las miradas de los enamorados se encontraron. En los ojos verdosos del chico se podía apreciar una enorme tristeza, propia de la dama dentro del cuerpo. Hubo un silencio corto, pero lleno de tensión.

[ML] Atrapados en otro cuerpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora