15. Intuición y descubrimiento

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Previamente:

—H-hola Alya.— contestó tímido el rubio mientras se mostraba frente al teléfono celular.



A continuación, el silencio se hizo presente. Las miradas de Alya y de Adrien se encontraron solo unos segundos, lo suficiente para poner nervioso a éste último.

—¿Adrien?— cuestionó la de lentes mientras acercaba un poco el celular a su rostro para rectificar lo que observaba. —¿Qué haces con el celular de Marinette?

«La verdad es que éste es mi verdadero teléfono» pensó la interna Cheng mientras indagaba en su mente alguna excusa lo suficientemente creíble para que su obstinada amiga le creyera.

—Lo que pasa es que...— sin pensarlo, el rubio llevó la mano hacia su nuca para después rascarla un poco. Soltó una risa nerviosa mientras veía a cualquier otro lugar menos a la cámara. —Bueno, yo...— las palabras no salían de la garganta del joven.

—¿Y bien?— la de camisa a cuadros empezaba a cansarse de no escuchar una respuesta en concreto y el de mirada esmeralda sabía que no era nada conveniente. —¡Habla, por Dios, Adrien!

—Antes de salir del cine, en las escaleras, la torpe de Marinette se tropezó con un escalón y ambos caímos... Los celulares se revolvieron y no nos dimos cuenta.— inventó el chico, tratando de sonar convencente. Por otro lado, Plagg reía bajo al ver a su portador en aquella tan graciosa situación.

No hubo contestación por parte de la chica morena, su semblante no indicaba aceptación; la imaginación e intuición de la de ojos verde olivo trabajaban rápidamente. —Es muy extraño...

El modelo sintió en su corazón un golpe en seco, Alya no debía de sospechar nada del asunto porque sino la situación iba a empeorarse diametralmente.

—¿E-e-extraño? ¿Por qué d-dices eso?— los nervios de la real Marinette se estaban mostrando, aunque ella quisiera tranquilizarse, no podía hacerlo.

—Desde hace varios días ustedes dos se han comportado de manera diferente... Sin mencionar que se han vuelto más cercanos que de costumbre.— la muchacha hizo una pausa para observar la reacción del chico con el que se comunicaba. Éste sólo pudo pasar con dificultad saliva e intentó esbozar una sonrisa llena de confianza, en vez de eso, una extraña mueca apareció en el rostro del Agreste. —Incluso...— continuó la Césaire.— ...Esas expresiones son propias de Marinette y no de Adrien.

«No, no, no, no. Alya, no sigas. No descubras la verdad. Olvídalo todo» se martirizaba mentalmente la esencia de la Cheng ante los comentarios de su amiga. Mientras tanto, el felino negro movía su brazo horizontalmente enfrente de su cuello, dándole a indicar a su portadora que estaba en grandes problemas, con una sonrisa llena de diversión la cual fastidiaba y enojaba a la azabache.

—Llámame loca, pero escuché que Ladybug y Chat Noir cambiaron de cuerpo debido a un Akuma... Desde allí se comportan muy extraño, ya que no están en su respectivo cuerpo; también se les ha visto muy poco, solo lo necesario y cuando aparece aquella chiquilla. Suena muy parecido a lo que les pasa a ustedes.— dijo curiosa la dama al mismo tiempo de que el de mirada esmeralda lloraba internamente.

—D-dices que Ladybug casi no aparece... Me imagino q-que resulta malo para tu b-blog, ¿cierto?— astutamente, el Agreste habló sobre la debilidad de Alya: su gran fanatismo con la heroina de París.

[ML] Atrapados en otro cuerpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora