AMARGO

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«KyungSoo por favor contesta el teléfono, las clases estarán por comenzar y necesito que estés de regreso lo antes posible».

Era otro de los sinfines de mensajes de voz que ChangMin dejaba en mi teléfono, la verdad era que aún no encontraba las fuerzas necesarias para decirle a mi padre que no quería volver a Seúl. Ya había hablado con mi madre y MinHyuk, ella estaba un poco enfadada porque justamente se me ocurrió decirlo en la cena de navidad. La familia de su esposo había venido a pasar las festividades, al principio no me agrado demasiado, pero eran unas personas sumamente amistosas.

Escuché mi móvil sonar, había estado así desde navidad, era mi padre y no quería enfrentarlo, sabía que debía hacerlo puesto que estaba en juego mi vida escolar; sin embargo aún no me atrevía, tenía miedo de querer volver, aunque hasta el momento nadie parecía extrañarme. Las únicas llamadas que había recibido eran de ChangMin, no creía que Sehun se atreviera a llamarme y JongIn mucho menos, por como terminó todo, pero al menos MinSeok me enviaba algunos mensajes de texto.

Escuché una discusión en la parte baja de la casa, salí de mi habitación pensando que tal vez serian MinHyuk y mi madre aunque antes jamás los había escuchado discutir. Estaba a punto de intervenir, pero me congelé cuando me di cuenta que efectivamente era mi madre, pero discutiendo con mi padre, ni siquiera pensé que ChangMin podría aparecerse por este lugar que según él, odiaba.

—No EunSoo, KyungSoo también es mi hijo. Las clases ya han comenzado, no puede seguir faltando –valla que parecía alterado y no saldría nada bueno de esto.

—Si él no quiere ir yo no puedo obligarlo, puedes llevar el caso a la corte si así lo deseas ChangMin, pero eso no lograra que KyungSoo quiera volver a Seúl.

—Habíamos quedado en algo, créeme que si es necesario lo haré...no puedes retenerlo nuevamente aquí, también quiero que viva conmigo.

—Oigan basta—dije capturando la atención de ambos—Soy yo quien prefiere quedarse, no quiero volver a Seúl, soy feliz aquí, jamás debí marcharme –me dolía ver a ChangMin con rostro de sorpresa y decepción, pero no pensaba volver y él necesitaba saberlo.

—Kyung—murmuró— ¿Que sucedió? Creí que eras feliz, intenté hacerte sentir cómodo... —

—Papá...yo...—¿Que debía responder ante eso?

—Está bien Kyung, sé que cometí errores en el pasado, me alejé mucho tiempo de ti y supongo que por esa razón actúas de esa forma conmigo.

—ChangMin no es así, eres un buen padre—intervino mi mamá.

—Eso no importa ahora—era una mala persona, ChangMin me había estado complaciendo desde que vivía con él y yo simplemente fui un malagradecido—Llámame si cambias de opinión, enviaré tu boleto de inmediato—no me miró más y eso me dolió—Feliz cumpleaños KyungSoo—depositó en una mesita cerca de la sala una caja de regalo.

Lo vi marcharse y poco después el sonido del auto alejándose.

Mierda, pronto será  mi cumpleaños.

Subí a mi habitación sin dirigirle la palabra a nadie, me encerré y el sonido del auto aun retumbaba en mi cabeza, así se irían desvaneciendo mis recuerdos poco a poco hasta que un día no quedaría rastro de que aquello hubiese pasado.

No tenía ganas de nada, sólo me acosté en mi cama y deseaba dormir para siempre y no despertar nunca. Entre tantos pensamientos llegué al punto de no saber exactamente lo que quería, por una parte ver a ChangMin me hizo dudar de mi decisión, lo extrañaba y...un poco al abuelo. En Seúl había hecho amigos, era alguien importante o algo parecido; en cambio aquí...volvería a las sombras, pero no me importaba porque no volvería a entrometerme ni jodería la vida de otros.

El Lado Perfecto [KaiSoo/KaDi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora