El Lado Perfecto [KaiSoo/KaDi]

KIM MINSEOK

Mi vida estaba desde un ángulo que descendía en picada, mi madre se veía cada vez más desolada, mi padre parecía querer deshacerse de mí lo más pronto posible y lo peor de todo sus hijos estarían viviendo bajo el mismo techo que yo muy pronto.

Caminé hacia la ventana de mi habitación amplia con una cama intacta. Era muy temprano y no había podido dormir durante toda la noche gracias a la noticia de que mis hermanastros estarían aquí. El principal problema era que no precisamente les agradaba mucho y aunque yo soy una persona medianamente compresiva, no entendía porque me odiaban y realmente me importaba un carajo. Yo no fui el culpable de la muerte de su madre y mucho menos tuve la culpa de lo mal que actúo su padre y aunque me duela reconocerlo, también de mi madre.

Todo empezó hace muchísimos años cuando mi madre conoció al magnifico Kim KangIn en una exposición de arte; ella iba acompañando a Kwon BoAh, que solía ser la señorita para la cual trabajaba. KangIn tenía una relación clandestina con mi madre, misma que no tenía futuro por los diferentes horizontes de cada uno; él un hombre exitoso, deseado y muy rico; mi madre una simple mujer que trabajaba para poder sobrevivir. Ella debió haberse ido cuando pudo, no hubiera deseado otra cosa más que mi madre hubiera sido feliz con otra persona.

Era de esperarse que BoAh se casaría con KangIn. Ella era una joven hermosa en realidad, su piel era demasiado descolorida porque solía cubrirse del sol en todo momento, sus ojos claros y su cabello ligeramente rojizo le daban un aire de chica recién sacada de un cuento para niños; poco después KangIn tuvo dos hijos con ella, la menor SeulGi que tenía 19 años apenas dos más que yo, casi no conviví con ella porque desde pequeña se dedicó a estudiar en el extranjero.

DongWoo era el único varón, debo decir que tampoco hablaba mucho con él porque era demasiado serio y siempre estaba ocupado con sus estudios. Es demasiado apuesto y debo reconocer que tuve una etapa de enamoramiento hacia él cuándo era muy pequeño y no comprendía mucho de la situación.

Y por último yo Lee MinSeok, el único que no podía hacer uso del apellido Kim, a pesar de ser al igual que SeulGi o DongWoo, su hijo. Yo no era él más agraciado más bien era bastante normal, cabello castaño y ojos del mismo color chocolate, piel blanca, mejillas particularmente anchas y como mi madre, que durante mucho tiempo, formé parte de la servidumbre de la mansión Kim.

La señora BoAh murió cinco años atrás a causa de una terrible depresión; nunca convivió mucho con sus hijos y fue por ello que no la echaron mucho de menos cuando se marchó, camino que su padre también está recorriendo ya que es poco expresivo con ellos y conmigo, incluso hasta con mi madre.

Pocos meses después de su muerte, KangIn se casó con mamá, por supuesto que eso no estaba bien ante los ojos de la sociedad, ni siquiera de los míos; no podía imaginarme llevando ese tipo de vida y sinceramente lo odiaba...pero mi madre estaba de acuerdo, dijo que era algo que nos haría felices y no comprendí mucho a que se refería. Nada me haría más feliz que salir de esa casa, podríamos alejarnos de ese hombre y vivir a gusto sólo nosotros, por supuesto que no me importan las condiciones, mientras pudiera sentirme libre...lo haría por ella y por mí.

A los pocos meses me dieron la noticia que podría entrar el prestigioso colegio de Ling Tosite, pero no lo haría de inmediato, sino hasta conseguir legalmente el apellido de KangIn. Perdí un año por eso, así que únicamente me dedicaba a quedarme en casa leyendo la mayor parte del tiempo, adelanté muchas lecciones en casi medio año; aislándome de todo y de todos, incluso de mi madre...me convertí en alguien solitario y sin mucho que decir a menos que fuera muy necesario; pero muy en el fondo odiaba sentirme de esa forma.

A pesar de que estaba viviendo una nueva vida, me sentía más vacío que nunca –vaya mierda- pero en fin. Las veces en que KangIn estaba en casa me cansaba de escucharlo discutir con mi madre, siempre haciéndola ver como una cualquiera cuando recuerdo que él siempre la buscaba cuando su esposa lo echaba de su habitación.