¡Qué efecto produce en mí esta noticia, y qué in-
definible emoción causa en mi alma!
Conozco que el desenlace de esta situación se
aproxima. ¡Tal vez es el que reclaman la civilización
y la humanidad!
Hasta el presente he redactado mis notas día por
día. Es preciso que las tenga al corriente hora por
hora, minuto por minuto. ¿Quién sabe si el último
secreto de Tomás Roch no va a serme revelado, y si
no tendré tiempo de consignarle aquí? Si perezco en
el ataque, ¡quiera Dios que sobre mi cadáver se en cuentre la relación de los cinco meses que he pasado
en la caverna de Back-Cup!
Ker Karraje, el ingeniero Serko, el capitán Spada
y algunos otros de sus compañeros se han colocado
en la base exterior del islote. ¡Qué no daría yo por-
que me fuera posible seguirlos, agazaparme entre las
rocas y observar los navíos señalados!
Una hora después todos vuelven a Bee-Hive,
después de haber dejado unos veinte hombres vigi-
lando. Como en esta época los días son ya de corta
duración, nada hay que temer hasta el siguiente día.
Desde el momento que no se trata de un desem-
barco, y en el estado de defensa en que los asaltan-
tes deben suponer a Back-Cup, es inadmisible que
puedan pensar en un ataque por la noche.
Hasta ésta se ha trabajado en disponer los caba-
lletes sobre diversos puntos del litoral. Hay seis, que
han sido transportados por el pasadizo a los lugares
elegidos de antemano.
Hecho esto, el ingeniero Serko se reúne con To-
más Roch en el laboratorio. ¿Quiere, pues, ponerle
al corriente de lo que pasa..., hacerle saber que una
escuadra a la vista de Back-Cup, decirle que su Ful-
gurador va a servir para defender el islote?
Lo cierto es que unas cincuenta piezas cargadas
con varios kilogramos del explosivo y de la materia
que les asegura una trayectoria superior a la de todo
otro proyectil, están prestos a hacer su obra de des-
trucción.
Respecto al líquido del deflagrador, Tomás Roch
ha fabricado cierto número de tubos, y demasiado
sé que no rehusará su concurso a los piratas de Ker
Karraje.
Durante estos preparativos llega la noche. Una