—Hermano, despierta por favor —el pálido chico rogó, mirando el cuerpo de William tendido en el suelo— ¿No te agrada mi visita?
William abrió levemente los ojos, recordando cuando cayó al suelo perdiendo el conocimiento y lo ultimo que había cruzado por su cabeza fue concluir que solo fue un mal sueño. Pero Stephen todavía se encontraba allí de rodillas, mirándolo preocupado e intentando despertarlo haciendo gestos con sus manos delante de su rostro. Mientras él solo trataba que su cabeza deje de dar vueltas. Nada había sido ficción, su madre le mintió descaradamente y él había caído; nunca Stephen dejó de existir.
—Tengo nauseas —comentó William, al verlo enfrente suyo, era tan real como para ser mentira.
Pero decidió seguirle la corriente a su mente, intentaría tomarlo como algo que realmente estaba sucediendo, y olvidaría el hecho de que sus antiguas alucinaciones eran algunas veces parecidas a esta. Tuvo miedo porque pensó que esa sería su peor elección. Aun así, al mismo tiempo pensaba: ¿Y si esto es real? ¿Cómo puedo saberlo?
Cuando era pequeño le costaba distinguir esto y las respuestas nunca eran respondidas, pero a medida avanzó el tiempo, fue acostumbrándose y luego dejó de verlas. Por lo tanto, haría eso ahora mismo.
—Linda forma de recibirme William, esperaba globos y alguna canción de Prince como bienvenida —rió Stephen levantándose del suelo, desasiéndose de su abrigo—, aunque supongo que lo esperaba. Tu última contestación no ha sido de mi agrado, pensaba que estabas enojado conmigo y veo que tenía razón.
—¿Ultima contestación? ¿De qué hablas? —preguntó extrañado, se levantó lentamente con la ayuda de Stephen y se dirigieron al sofá— Lo siento pero nunca tuve la valentía suficiente para contestarlo y cuando reaccioné me dijeron que todo había sido mentira.
—¿En serio? —curioseó apenado— ¿Entonces nunca enviaste: no vuelvas a contactarnos, aléjate de mi familia por favor? Me pareció realmente grosero, para agregar.
—Nunca —afirmó William—, mi madre me ha mentido. Ella ase-aseguró que solo era otra de mis alucinaciones, una más del montón, lo la-lamento mucho. Si sólo hubiera sabido que en realidad eres real y no parte de mi imaginación...
—Tranquilo, porque debo decirte que en comparación con lo que ha hecho tu madre, lo mío es diez mil veces peor —intentó apaciguar la situación—. Siempre fui una persona sincera pero no tenía chances, debía hacerlo si no quería que mi correo electrónico te diera las ideas equivocadas. Mil disculpas de mi parte.
Esto comenzaba a ser totalmente real ahora mismo.
—¿Qué intentas decir?
Stephen cerró los ojos por un segundo, pensando que tal vez había sido una mala idea encontrarse con William cuando ni siquiera él podía superar los obstáculos de su propia vida. Por otro lado, el muchacho de cabello platinado observó atentamente el color de ojos que poseía Stephen y por un segundo, vio en ellos a su propio padre. Era idénticos a los de Bruce, nadie podría sospechar que él no era su hijo.
Eran de un color azul verdoso muy cristalinos para ser reales, ni siquiera podía compararlos con los suyos ya que pensaba que esos eran mucho más hermosos y el recuerdo de su padre se intensificó. Pero intentó quitarse esa idea de su mente, Stephen le había escrito que solo era su padrastro, pero no pudo pasarlo por alto.
—Que Bruce iría para conquistar tu familia de nuevo, fingiendo ser el padre perfecto —contestó encogiéndose de hombros—, luego de haber arruinado la mía por segunda vez.
—¿Segunda vez? —murmuró sin entender.
—La-lamento no habértelo dicho —dijo soltando un suspiro—, Bruce también es mi padre.
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Esquizofrenia
Romance"A veces me imagino siendo la clase de chico perfecto que tanto andas buscando. Pero luego recuerdo en lo ridículo que me vería y que posiblemente mi único propósito en esta vida es destruir las expectativas de una ilusa chica con dieciocho años, de...