1: La oscuridad se acerca

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Hálum despertó y el sol ya entraba por las ventanas de la casa de Gúldur. Fuera ya se escuchaba ruido, los ángeles del campamento habían despertado y estaban empezando la actividad, pronto llegaría el momento de regresar a su planeta, a Ángelus, el planeta de los ángeles. En ese momento entro en la habitación Vélder, compañero, amigo y guía de Hálum en la búsqueda de su destino en la tierra en los días anteriores.

- Buenos días amigo mío, eres el último en despertar, el campamento ya está preparado, Gúldur ya se ha puesto en contacto con Anderón, pronto habrá que partir, muy pronto regresaremos a Ángelus – dijo Vélder.

- Bien, me alegra eso, pero debemos prepararlo todo entonces – respondió Hálum haciendo un amago de levantarse de la cama.

- Quieto chico, no te levantes, tu pierna aún no está curada y la necesitaras bien cuando lleguemos a nuestro planeta, ahora mandaré a alguien que te traiga el desayuno a la cama, tú no debes moverte demasiado hasta que lleguen los transportes.

Vélder se marchó de la habitación, al cabo de unos minutos llego un joven ángel con un tazón de leche y varias galletas para Hálum que desayuno gustosamente, aunque algo preocupado y casi enfadado, pues a él le gustaba moverse y no soportaba estar quieto mientras el resto trabajaban por él.

En el campamento, fuera de la casa de Gúldur, todo el mundo preparaba sus cosas para cuando llegara el momento de partir, abrieron un hueco en el llano para que las naves de Ángelus aterrizaran. Mientras tanto Gúldur, Aldon, Vélder y Eledona se reunían en el porche de la casa.

- Según mis cálculos mañana vendrán a buscarnos las naves de nuestro planeta, todo debe estar preparado entonces, cuando lleguen pondremos rumbo a Espealia – les comunicó Gúldur.

- Todo estará para entonces, hemos apartado varias tiendas para dejar hueco a las naves, ya tan solo nos queda recoger todo y cuando lleguen las naves recogeremos las tiendas – respondió Aldon.

- Yo me encargaré de avisar a Hálum para que esté preparado – dijo Vélder.

- Yo avisare a los míos por si tienen que hacer algo más antes de partir – hablo Eledona.

Terminaron la reunión y se pusieron manos a la obra, cada uno fue a avisar a alguien.

Hálum estaba en la cama, solo, sabía que pronto regresaría a su planeta y eso le alegraba, pero en el fondo sentía una profunda tristeza, pues aun no vería a su amada Álita, también estaba abrumado por estar en la cama mientras el resto preparaban todo para partir, pero no le dejaban moverse y muy en el fondo él lo agradecía pues su pierna aún dolía un poco. Al cabo de un rato Vélder regreso a la habitación del chico.

- Prepárate amigo, según Gúldur mañana regresaremos a nuestro planeta, intenta no mover demasiado la pierna pero asegúrate de guardar tus cosas para cuando llegue el momento de partir – dijo Vélder.

- Está bien, no te preocupes, tan solo necesito llevar mi espada pues viajamos a la guerra más que a un recibimiento triunfal – respondió Hálum.

- Me temo que así es, pero algún día entraremos en Amber con honores, al menos tú lo harás.

- No lo entiendes Vélder, yo no ansío canciones ni honores, tan solo deseo volver a vivir una vida normal, volver a besar a Álita y a reunirme con mi padre en nuestra casa para cenar en tranquilidad, toda esta responsabilidad pesa demasiado para mí – dijo Hálum dejando escapar una lagrima.

Ángel Caído: El regreso de los caídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora