19: El principio del fin

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Al día siguiente Amber amaneció como una ciudad tranquila, las banderas negras continuaban hondeando por toda la ciudad pues se habían declarado tres días de luto oficial.

Hálum y Álita despertaron en la cama temprano.

- Tú consigues calmar mi dolor mi amor, me alegro de tenerte a mi lado en estos duros momentos – dijo la chica.

- Siempre me tendrás pequeña, siempre podrás contar conmigo y ya lo sabes – respondió el joven.

- Eso es lo que me da fuerzas. He pensado mucho Hálum, a mí me coronaran reina pero quiero que tú seas mi rey, debemos casarnos antes de la coronación.

- Yo estaré encantado de casarme contigo, Gúldur o Anderón pueden llevar a cabo la ceremonia antes de la coronación.

- Se lo propondremos entonces, gracias por aceptar mi vida.

- Te amo Álita y solo me veo a tu lado, esta es la mayor ilusión de mi vida – sentencio el chico sonriente.

Tras seguir charlando sonriendo ambos se vistieron, pues debían acudir al consejo en el que se decidiría el futuro de esta guerra. Una hora más tarde, a media mañana más o menos fueron hacia el congreso donde ya esperaban el resto de líderes dentro del gran edificio de cristal cada uno en sus asientos. Al entrar la princesa y Hálum todos se levantaron para recibirlos. Después se volvieron a sentar y la chica se dirigió a ellos.

- Bienvenidos y gracias por asistir a este congreso. Sé que tal vez no se me dé muy bien esto, no estoy acostumbrada a tratar temas de tanta importancia así que espero vuestra colaboración. Actuemos de la manera que lo hagamos espero que lo podamos decidir a mayoría. Ahora uno de nuestros oráculos os expondrá la gravedad de la situación – comenzó Álita.

- La situación es más grave de lo que parece, hemos ganado una batalla pero la guerra tan solo acaba de comenzar, mi compañero Anderón y yo hemos interpretado las señales y en el seno de Nomte el enemigo se reagrupa consciente de que el heredero del primer caído a salido a la luz y de que con su ayuda hemos derrotado a las tropas nigrontes. Ócurum es consciente de esto y no se arriesgara a otro fracaso, volverá a atacar y esta vez lo hará con más dureza. Nuestras defensas están mermadas así que no sé cómo podríamos impedir que nos derrote la próxima vez – intervino Gúldur con voz seria.

- Pues reagrupémonos y ataquémosle nosotros primero, debemos reunir al mayor número de hombres posible, alertar al resto de ciudades, a todo el planeta para que acudan a luchar. Debemos viajar a Nomte con un ejército temible antes de que las hordas del enemigo se recompongan y nos ataque, hagamos algo que Ócurum no espera, ataquémosle en su casa – propuso Hálum convencido.

- Eso que propones es una locura chico, hablas de atacar en zona hostil, un territorio plagado de enemigos y no estamos preparados para algo así ni aun convocando a todos los soldados del planeta, eso por no hablar de que la ciudad de Bélzerin nos ha traicionado por lo que nuestra lista de aliados se reduce – Habló el gobernador Jason.

- Tal vez en la locura este la sabiduría, yo apoyo al chico, el enemigo a perdido al menos cien mil hombres ante los muros de esta ciudad, sus defensas están mermadas si no ahora mismo tendríamos otros cien mil a las puertas para volver a atacarnos, no se esperan una respuesta inmediata. Ataquemos en Nomte, si hemos de caer que no sea defendiéndonos, que sea atacando, cortemos la cabeza de la serpiente – apoyo Bendelom la propuesta de Hálum.

Continuaron debatiendo un rato hasta que llegaron a un veredicto.

- Bien, por mayoría habéis decidido atacar al enemigo en Nomte y así se hará, hay que mandar emisarios a las demás ciudades y aldeas del planeta a reclutar soldados, un ejército suficiente para viajar con garantías a la batalla. Mandaremos también un escuadrón a Bélzerin a parar los pies al gobernador Mandrel, no podemos permitirnos que vuelva a tratar de atacarnos – termino la princesa.

Ángel Caído: El regreso de los caídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora