Episodio 12: Confianza.

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Cuando Vaati colocó la última pieza sobre el espejo, volvió a tierra firme, junto a Vio Link. Éste miraba con detalle y tenso aquella masa de agua que se cristalizaba por momentos. Miraba el reflejo y esperaba visualizar en cualquier momento a la única persona a la que había venido a buscar. El marco plateado con extrañas decoraciones e inscripciones parecía haberse fundido con el líquido.

El peliblanco sonrió espeluznantemente y miró de reojo al héroe.

— Sabes que el espejo no lo devolverá de forma gratuita, ¿verdad?

— Tiene que ser una broma —se quejó Vio, clavando su mirada exhausta en la del hechicero—, no voy a sacrificar nada más. No tengo nada, he traicionado a los míos, ¿recuerdas?

— Oh, jo, jo, jo, jo... ¡Relájate! Con suerte, el espejo no pedirá nada a cambio. Además, como tú bien has dicho, no tienes nada. No querrá nada de ti. Ya no tienes nada de valor, no eres nadie.

Aquello se clavó como una estaca en el corazón del joven. Sin embargo, aunque doliera, él pensaba que ese mago tenía razón. Quería echarse a llorar, no sólo por ello, sino por todo en general. Sus antiguos compañeros no iban a perdonarle esto. Tendría que aferrarse a su sombra para no quedarse solo.

— ¿Y cómo lo traeremos de vuelta? —indagó tratando de ocultar su malestar.

— Fácil —afirmó satisfecho y encogiéndose de hombros—, sólo hay que llamarlo y dejar que venga por su propio pie; si no acude a su llamada, habrá que sacarlo a la fuerza.

— Esperemos que no esté demasiado dormido...

— O muerto —añadió, aunque tenía la certeza de que no iba a ser así. Seguidamente, extendió sus brazos a la vez que sus manos creaban orbes de luz púrpura que se estiraban como serpientes hacia el espejo— Venga, acércate a la orilla y llama a Shadow. Tienes que decir lo siguiente: "Espejo Oscuro, tú que encierras el cuerpo y alma de Shadow Link dentro de ti. Permite que el sonido de este mundo llegue hasta él. Libéralo." Y entonces, pronuncias su nombre algunas veces.

Vio afirmó con la cabeza en señal de entendimiento e hizo exactamente lo indicado. No obstante, nada ocurría. Las nubes seguían paseándose por el cielo y miraban la película con interés. Una de ellas le preguntó a su padre, una nube muy grande y oscura, si podían quedarse a ver lo que pasaba, pero el padre le respondió que no, por lo que prosiguieron su camino hacia los mares.

Llegó un momento en el que el espejo —o el incompleto Demise— se hartó de que le repitieran siempre lo mismo, así que dejó salir una voz grave y profunda de su interior:

¿Puedes callarte de una vez?, ¿acaso no te das cuenta de que no te oye?

Vio se quedó perplejo y paralizado. No sabía si reírse o llorar. Vaati, entonces, se acercó por detrás del Link, como queriendo refugiarse, y habló:

— Perdone nuestra ofensa, pero necesito- —carraspeó— necesitamos que libere a Shadow Link. Es el único que puede romper los sellos que tienen capturado a nuestro Señor...

Ya lo sé, imbécil. ¿Con quién te crees que estás hablando ahora mismo?

Ahora el estupefacto era el hechicero. Al parecer, el Dios del Caos estaba comunicándose a través del espejo. Vaati se arrodilló.

Ya me encargo yo de sacarlo. ...Id a dar un paseo, que me molestáis...

Vio hizo caso, pero Vaati se quedó hablando un poco más. Mientras el brujo charlaba con el reflejo, Vio supuso que se ocuparía de todo ese mago, por lo que dio algunas caminatas por el templo, admirando curioso la estructura de las ruinas. Entró en una sala a la que le faltaba, literalmente, la mitad o más del suelo. Las baldosas azuladas habían perdido su pigmentación y las grietas se distribuían irregularmente por la estancia. Se asomó a la parte en la que no había suelo, allí donde las diosas enviaron una roca del cielo para destruir el templo.

The Legend of Zelda: Recovering the OriginsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora