Desde que el humo negro se llevó a Shadow consigo y Volvagia desapareció por la tubería al exterior, todo había tomado un ambiente medianamente tranquilo., contando, por supuesto, con el frío del interior del Templo de las Nieves.
Con todo y con eso, el llamado Green Link no había conseguido evitar el renacimiento del cuarto fragmento de Demise. Pero lo más grave no era eso, sino que su amigo, el que yacía en el suelo dolorido mientras se tapaba la herida de la pierna, había ayudado al enemigo. ¿Debería considerarlo un traidor?
Green lo miraba aun con la ocarina entre sus manos. En teoría, su cara no mostraba ninguna emoción específica; más bien era una mezcla de preocupación y frialdad. Observaba a Vio agarrándose de la pierna, nervioso por la sangre y con sudor en la frente. Además, tenía cara de estar muy enfadado. Todavía le sorprendía el cambio que había sufrido en unas pocas semanas. Según había comprendido, Shadow y Vio eran aliados, por lo que no tenía ni idea de qué hacer. Si dejaba que se fuera, volvería con la sombra y entre los dos causarían problemas de nuevo; si lo obligaba a quedarse con ellos, quizás se dedicaría a destrozar planes y los traicionaría una y otra vez; matarlo estaba descartado. Solamente restaba una alternativa aceptable: hablar con él.
Sí, era lo mejor que podía hacer. Guardó la ocarina en su alforja, suspirando y pensando muy bien lo que iba a soltar por su boca.
Estaba horriblemente enfadado con él y quería golpearlo con todas sus fuerzas por haberlos cambiado por Shadow, pero sabía que eso traería únicamente más problemas y Vio no era del tipo violento. Seguro que se podía razonar con él, al fin y al cabo, de entre los cuatro, era el más inteligente.
— O-oye... —inició Green acercándose al malherido.
Vio, que reaccionó como una bestia asustada y encolerizada, giró su cara con rapidez y le clavó la mirada a Green. Sus pupilas se habían vuelto agudas y su ceño estaba fruncido. Desde luego, no parecía tener el humor adecuado para charlar. Aun así, el Link de verde lo intentó, aunque no hay que mentir en que le fue imposible eludir un escalofrío. Incluso, llegó a dudar de si debía seguir aproximándose o no. Con el rostro de loco que tenía el de delante, juraría que se lo iba a comer en cualquier momento. Mas tomó la decisión de seguir con su plan.
— Vio, ¿puedo saber qué-
— ¡Te voy a matar! —chilló el Link violeta con rabia, levantándose y resistiendo el dolor físico. Se impulsó hacia Green, dispuesto a apuñalarlo con la hoja metálica de una flecha.
El de verde lo esquivó con cierto temor, pero no tardó en contrarrestar el ataque, pues chocó a posta con él, provocando un inevitable forcejeo.
Ambos se habían vuelto más fuertes. Green había estado entrenando en los bosques y en el rancho de Malon durante estas semanas y Vio, por su parte, había mejorado sus habilidades junto a Shadow Link.
— ¡Cálmate!, ¡no soy tu enemigo!
— ¡Sí, lo eres!, ¡vosotros me despreciasteis por las espaldas, como auténticos farsantes y, ahora que había encontrado mi lugar en este mundo, tú me obligas a separarme de él! ¡Shadow y yo éramos-
— ¿Otra vez Shadow? —cortó a su indignado amigo—. ¡Venga ya! —exclamó, estrellando al otro Link contra una de las paredes—. ¿Es que te has enamorado de él o que pasa? ¡Ya no se trata de Shadow, sino de ti!
Vio apenas tuvo la oportunidad de recomponerse cuando Green ya había apoyado el filo de la Espada Maestra en su cuello, forzándolo a mantenerse quieto y en silencio.
— Déjame hablar, por lo que más quieras... —pidió Green con serenidad.
El otro, sin más remedio y con el arco bastante lejos de él, tuvo que escuchar la palabrería de su compañero.
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The Legend of Zelda: Recovering the Origins
Hayran Kurgu"Basado en los diferentes videojuegos y mangas de The Legend of Zelda.ˮ Una novela en la que, como es costumbre, Link se las tiene que ver con las fuerzas oscuras que acechan Hyrule. Al conseguir la Espada Maestra, desata una misteriosa energía que...