Capítulo 1

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De camino a casa, mientras conducía tras una larga noche de trabajo, Siwon no podía evitar sonreír al recordar la cara de Hangeng cuando lo sorprendieron con una fiesta de despedida. El hombre y él habían sido compañeros de patrulla durante más de cinco años, a ambos los trasladaron a la vez del turno diario al nocturno el año anterior porque formaban muy buen equipo y no querían a uno sin el otro, pero Hangeng había decidido finalmente regresar a su país natal y los compañeros de la comisaría habían organizado una gran despedida para él. Tiffany se había encargado de decorar la sala de reuniones con guirnaldas de papel, Changmin y Yunho habían conseguido colar un par de botellas de vino y champán, Yoona se había encargado de recaudar dinero para comprar un regalo a Hangeng e incluso Sunny había aparecido por allí aquella noche aunque una semana antes habían cambiado su turno del nocturno al de día. Hangeng había tenido una buena fiesta. Iba a echarlo mucho de menos, pero era realmente hora de que el hombre regresara a su casa, hacía meses que no hablaba de otra cosa.

Cuando finalmente aparcó en una plaza libre frente al edificio de apartamentos donde vivía, se sorprendió al ver que había luz encendida en su ventana. Extrañado, bajó del coche y guardó sus llaves en el bolsillo del pantalón tras ponerle el seguro al automóvil. Caminó hacia el interior del edificio, algo antiguo y con un leve olor a humedad proveniente de la puerta que daba al sótano. El puesto del conserje estaba vacío, algo lógico teniendo en cuenta que eran las seis de la mañana, y que en ese edificio no había habido un conserje desde hacía al menos veinte años.

Caminó hacia el ascensor, pero viró a la izquierda antes de llegar y empezó a subir las escaleras, cualquier momento era bueno para intentar mantenerse en forma. Se detuvo finalmente en el tercer piso y giró hasta la puerta del apartamento 3D. Sacó sus llaves, abrió la puerta y encendió la luz del recibidor antes de descalzarse y entrar por fin en su piso. Se quitó la chaqueta a medida que caminaba hacia la luz encendida en el salón.

Su piso no era muy grande, pero a Siwon realmente le gustaba el salón. Era un espacio amplio separado de la cocina únicamente por una barra con taburetes altos dónde acostumbraba a desayunar, la cafetera estaba convenientemente a mano desde allí. En el centro de la sala, había una alfombra, en la que a veces se dedicaba a hacer sus series de abdominales y flexiones, colocada entre un mullido sofá y el televisor. Al otro lado de la sala, había una gran puerta corredera que daba a su acogedor balcón con vistas al río Han y al puente Banpo.

―Llegas tarde.

Y junto a la ventana, apoyado en la pared como si pareciera estar dudando entre salir al frío aire de la noche o no, se encontraba Kyuhyun. Vestía un pantalón de pijama de cuadros, demasiado largo incluso para sus largas piernas, una sencilla camiseta blanca y una chaqueta de punto, un poco larga, pero no demasiado gruesa. Las mangas le cubrían las manos con las que sujetaba una taza humeante frente a sus labios mientras lo miraba. Esa era una de sus manías cuando estaba inquieto, coger la taza con ambas manos como si eso lo protegiera de cualquier mal.

―¿Qué sucede? ―preguntó caminando hacia él mientras se deshacía de su arma reglamentaria para depositarla sobre la barra de la cocina―. Es demasiado temprano para que estés en pie.

Kyuhyun era agente de policía, al igual que él. Pero trabajaba el turno de día en la comisaría del distrito. Un vistazo al reloj de la pared le indicó que aún faltaban un par de horas para que Kyuhyun tuviera que irse a trabajar.

―Tengo que hablar contigo ―le informó cuando Siwon se paró frente a él.

Siwon y Kyuhyun eran ambos bastante altos, pero Siwon le sacaba algunos centímetros de más a Kyuhyun ahora que estaba reclinado contra la pared y eso hacía que el hombre le estuviera viendo desde un ángulo ligeramente más bajo, con esos castaños ojos suyos de cachorro y escondiéndose ligeramente tras su taza.

A la luz de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora