♛ Epílogo ♛
26 de Mayo del 2016
Dos buenos amigos conversaban, mientras comían en su hora de descanso, acerca de los pacientes que habían atendido en aquella mañana.
Ambos se habían conocido en Harvard, la universidad de más prestigio en América; donde uno entró gracias a una beca por sus perfectas calificaciones y el otro, gracias al buen sueldo de sus padres.
Los dos estudiaron la misma carrera, psicología y después se especializaron en psiquiatría y después de años de prepararse, juntos fundaron una clínica para la salud mental. Donde no solo recibían cualquier tipo de caso, si no, también era gratuita para todos aquellos que lo necesitarán o en su caso, a precios muy accesibles.
John, el cual era rubio y el más acaudalado de ambos le contaba a su compañero castaño el curioso caso que llevaba tratando desde dos semanas atrás y que al parecer, no podría salvar a su paciente.
Le comentó lo interesante que era al caso de la chica, que perdida en un afán y un sueño; de volverse en la más hermosa y estilizada muñeca, no solo cambió su vestuario y apariencia personal; si no, que también influyo en modos muy graves a su salud mental, deteriorando a tal grado esta, que hubo llegado un punto de su vida; en la que ella se veía solo como un objeto al que muchos podían tener acceso.
—Lo que me parece todavía más curioso de la situación de la muchacha —Le declaró el rubio a su acompañante, pensativo—. Es que la chica, no para de repetir que a pesar de haber logrado su propósito y llegar a parecer en todos los aspectos a una muñeca de belleza; dice que hubo algo en lo que falló.
El castaño se mantenía en silencio durante toda la plática, no solo para darle toda la libertad de hablar a John, ya que mientras más hablaba de la paciente a la que trataba, los recuerdos acerca de su primer amor y su primera pareja se hacían más presentes.
— ¿Cuál dices que es el nombre de tu paciente? —Intervino de verdad por primera ocasión el castaño en la conversación.
—Busque su nombre en diferentes bases de datos, pero no encontré nada; lo único con lo que la identificamos es por el apodo que ella misma se puso —El rubio hizo una pequeña pausa, para darle un trago al vaso con agua que tenía junto a lo que quedaba de su alimento—. Barbie.
Durante un momento, el chico de ojos grises palideció ante las palabras de su compañero y trago en seco saliva.
— ¿Y cuánto creen, que le queda de vida a tu paciente? —preguntó de nuevo, nervioso.
—Dudo que pase de esta semana —Un suspiro cansado salió del chico de ojos verdes—. Esta casi tan destrozada por fuera como lo está por dentro. Las amputaciones y heridas que sufrió no fueron bien tratadas y están infectadas —John se levantó, para seguir atendiendo a los pacientes que le restaban esa tarde—. Si quieres visitarla y evaluar su caso mientras sigue un poco consciente, te recomiendo que sea ahora.
Y sin decir más, salió de la habitación.
~ · ~
Treinta minutos después, el castaño estaba afuera de la habitación 382; misma donde descansaba lo que quedaba de la chica que le había robado su corazón, diez años atrás.
Duró un rato en decidirse si entrar o no hacerlo; pero cuando al fin lo hizo, una parte de él deseo jamás haberlo hecho.
En la camilla del hospital no reposaba aquella hermosa chica, con aspecto de la más bella muñeca de la historia que tanto lo había cautivado cuando era adolescente, sino una mujer, destrozada en apariencia; intentando dar su último exhalo y acabar con la angustia de su dolor.
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Barbie
Short Story«Ser una Barbie no es algo sencillo. Las niñas juegan todo el tiempo con ellas; vistiéndolas para toda ocasión y siendo llevadas a todas partes. Y si crees que ser una muñeca para chicas es difícil; el hecho de ser una Barbie en la vida real es aún...