♛ Nueve ♛

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Todo comenzó cuando en una sesión del club de lectura, o como todos lo llamaban, el club de los antisociales y nerds; mientras discutíamos acerca del libro que esa semana habíamos leído, un romance Best-Seller para jóvenes, Barbie entro a la sección de la biblioteca que nosotros usábamos todos los días y tomó asiento.

Todos nos quedamos en silencio, sin poder creer que ella estaba ahí ya que lo único que parecía tener en común con todos nosotros, eran sus lentes de pasta gruesa, que como era obvio; los suyos estaban a la moda.

Los murmullos se hicieron presentes cuando del bolso rosado de la chica esta misma saco el mismo libro que todos traíamos.

—¿No habláremos acerca de nuestro punto de vista de este libro? —Parecía confundida por nuestra reacción.

—Pensé que las rubias no sabían si quería leer —Un murmullo más alto que todos se escucho y los hice callar a todos, con la autoridad de ser el fundador del grupo me daba.

Pude notar como la sonrisa de la chica disminuyo un poco y se volvió en una mueca incomoda.

—Mejor cállate si no tienes un comentario inteligente para dar, Elliot.

Me levanté de mi lugar y extendí mi mano, que había sido secada en mi jean de forma previa, hacia la linda chica, a lo que ella correspondió devolviendo su sonrisa.

—Es un placer tenerte entre nosotros, Barbie.

Le sonreí de lado cuando separamos nuestras manos y nos seguíamos mirando a los ojos, como si hubiéramos conectado al instante.

—Bueno, Ana; ¿cuál es tu opinión del tercer capitulo? —Continúe con la reunión, mirando de reojo a la chica de vez en cuando; notando como esta no despegaba la mirada de mi.

Cuando la sesión término y me encontraba limpiando el lugar, una mano toco mi hombro con delicadeza y al momento de girarme, me encontré con Barbie, tan feliz como había entrado.

—Uh, me preguntaba si podrías pasarme tu número, para ya sabes, mandarte un mensaje —hablo jugando con sus dedos y mirándome algo tímida.

—A-ah, claro —tartamudee un poco y saque un papel, donde escribí mi número y se lo extendí.

Ella lo acepto gustosa y lo depósito en su bolsa.

Se despidió de mi con un beso en la mejilla y salió de la biblioteca mientras yo me quedaba de pie, con una mano en mi mejilla y sonriendo de manera tonta, pensando en la chica.

BarbieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora