Oh, desgraciada Barbie.
Te arrebataron del paraíso y de la buena vida que comenzabas a tener por un fallo de la administración, ya que cuando el hombre castaño se dio cuenta de tu falta, era demasiado tarde, porque ya se habían marchado contigo.
La maleta en la que ibas terminó en manos de una niña de clase media, que a pesar de no ser de una familia rica solo quería y tenía lo mejor y aún después de tener todo lo que sus padres trabajadores le podían dar, siempre deseaba más.
Cuando la arrogante niña te encontró, te inspecciono todavía mejor de lo que lo hubiera hecho cualquier coleccionista y cuando por fin se convenció de que no eras una copia y eras la famosísima muñeca, una sonrisa oscura apareció en sus labios.
Te llevaba a todas partes, pero su razón no era intentar estar siempre junto a ti porque te había cogido cariño, si no para poder aprovecharse de su posesión y presumirla a todo cuanto se le pusiera en frente.
Esto no tardó mucho en traer sus consecuencias y en un acto de maldad hacia ella, más nunca a ti, te tomaron y con un poco de pena le dieron un golpe a tu brazo, que fue suficiente para que en este creciera una grieta, que cuando Amy la noto, era demasiado tarde para evitar que esta creciera al punto de comenzar a quebrantar toda la porcelana de tu brazo, logrando que ese se desmoronará en muchas pequeñas partes de la fina porcelana.
Amy hizo berrinche, lloro y gritó cuando vio la perdida de tu brazo, ella odiaba que alguien que no fuera ella rompiera sus cosas.
Cuando buscaron quien te podía reparar y se enteraron de lo carísimo que sería, te metieron en la misma caja en la que venías cuando fuiste encontrada en la maleta y la colocaron en una de las cajas que llenaban en el transcurso del mes para entregarlas cada día veintitrés a la caridad y como ese mismo día era veintidós, se despidieron en silencio de ti.
Y mientras Amy abrazaba alegre a su nueva muñeca; tú viajabas a un nuevo lugar, desconocido por completo, llorando el dolor de estar casi tan rota por fuera como por dentro.
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Barbie
Short Story«Ser una Barbie no es algo sencillo. Las niñas juegan todo el tiempo con ellas; vistiéndolas para toda ocasión y siendo llevadas a todas partes. Y si crees que ser una muñeca para chicas es difícil; el hecho de ser una Barbie en la vida real es aún...