- Vete, lo digo en serio, mis padres llegaran en cualquier momento.
- No Jeonghan, aún te debo una lección de matemáticas, es lo menos que puedo hacer luego de que me hayas ayudado.
Jeonghan suspiró.
Eran las nueve de la noche y Joshua se negaba a irse con la estúpida excusa de que aún debía darle su clase de matemáticas.
- Me puedes enseñar otro día, ¿No tienes cosas que hacer?
- No.
Pero ya era tarde, porque ambos pudieron oír la puerta de la entrada abriéndose.
- ¡Ya llegamos Jeonghan!
Genial, lo ultimo que falta es que el idiota se presente como: "Hola, mucho gusto, soy el chico que esta enamorado de su hijo y se niega a irse de su casa"
Los padres de Jeonghan se acercaron a ellos.
- ¿Quien es él? - Preguntó su padre.
- N-Nadie, el ya se iba. - Contesto rápidamente Jeonghan.
- Me llamo Hong Jisoo, soy un compañero de clases de Jeonghan, es un gusto.
Jisoo extendió su mano derecha hacia él padre de Jeonghan.
El hombre se quedó mirándolo unos segundos y luego le correspondió el saludo.
- ¿No crees que ya es un poco tarde para que estés aquí? - Le pregunto.
- Querido, no seas grosero con el nuevo amigo de nuestro hijo. - Dijo su madre.
- No es mi amigo. - Murmuro Jeonghan.
- Pero mi esposo tiene razón, es muy tarde, ¿No te gustaría quedarte a dormir? - Le pregunto la madre de Jeonghan a Jisoo.
- ¡No! - Exclamo el pelinegro, provocando que sus padres lo miraran raro. - Digo... Él seguro tiene muchas cosas que hacer.
- De hecho, Jeonghan, no tengo nada que hacer, además, ¿Y si me pasa algo? Tu tendrás la culpa por echarme de tu casa. - Contestó Jisoo con una sonrisa.
- ¡No digas eso! - Le reclamo Jeonghan.
- Ya chicos, no discutan, y tu Jisoo, no te preocupes, puedes quedarte, ¿Quieres avisarle a tus padres?
- Eh, no, vivo sólo.
- ¿Solo? ¿Cuantos años tienes? - Le pregunto de pronto el padre de Jeonghan.
- Dieciocho.
- Ya veo.
- Ehh, chicos, vayan arriba, luego le digo a Iko que les lleve la cena, y Jeonghannie, prestale algo de ropa tuya para que use de pijama. - Les dijo la mujer.
Ambos asintieron y se fueron a la habitación de Jeonghan.
Una vez allí, el pelinegro dijo:
- Siempre te sales con la tuya, ¿No?
- Te sorprenderías.
- Como sea, no me molestes, estaré haciendo la tarea de literatura.
Joshua asintió y se recostó en la cama del pelinegro.