—Esa chica ha estado todo el día pegada como un chiche a Harry —exclamé exasperada, mientras los miraba a través de una ventanita que había en la cocina y daba vista a la mesa del comedor.
—Te lo dije —contestó Ruth, agarrando una manzana y dándole una mordida. —Yo sabía cómo iba a ser la cosa. No puedes dejar que tome tu lugar, Nicole —murmuró.
—No lo haré —negué y la miré. —No soy tan idiota.
Continué lavando los trastes, haciéndole el favor a Anne ya que estaba muy cansada y se había marchado a su habitación para tomar una siesta. Por supuesto, Hailey estaba platicándole a Harry mientras yo hacia los deberes.
—Oh, mira eso —Ruth habló.
Elevé la mirada y observé a Hailey tocando a Harry en la mejilla, de pronto levantó la otra mano y comenzó a pasarla por su cabello.
—No puede ser —cerré la canilla inmediatamente, miré hacia el gabinete y alcancé un vaso, corrí hacia el refrigerador y serví un poco de jugo de naranja para luego dirigirme a Harry con suprema rapidez. —Cariño te traje esto —murmuré.
—Gracias Nicole —tomó el vaso y dio un sorbo.
Me quedé observándolo mientras se terminaba el jugo, Hailey me miraba así como si estuviera echándome, más bien, se sentía invadida o algo por el estilo. ¿Qué rayos le pasaba? Era mi novio, no el de ella.
Joder... tal vez estaba armando una película en mi cabeza, tal vez nada de lo que pensaba era realidad. Si seguía en esa misma tónica iba a enloquecerme. Yo no era como Harry, y no quería llegar a serlo, así que lo mejor era marcharme.
—¿Quieres algo de comer, Harry? —preguntó Hailey.
Harry me dio una mirada rápida y luego volvió a mirarla.
—No te preocupes, Hailey —sonrió, mientras negaba.
Esto era ridículo, ¿desde cuándo Harry se comportaba de esa manera? Antes de que Hailey pudiese pronunciar palabra, comencé a hablar.
—Harry, saldré con Ruth. Iremos de compras y tal vez visitemos a algunas amigas —informé.
Ahora que Harry estaba de buen semblante, lo mejor que podía hacer era retomar mi vida. Seguramente ahora podría ir a fiestas, salir con mis amigas y amigos y a él no le molestaría en lo absoluto.
Tomé mi bolso y sujeté el brazo de Ruth quién justamente salía de la cocina. Me dio una mirada confundida pero sonrió divertida.
—Te llamaré ahora —antes de caminar hacia la puerta le di un pequeño beso en la frente y sonreí.
—Nicole... —frunció el ceño. —¿Qué se supone que...?
—Estarás bien conmigo, Harry —Hailey sonrió.
Harry me miró. Ruth, Hailey y yo mirábamos a Harry.
—Vamos, Nicole —Ruth alcanzó mi brazo y me jaló hacia la puerta.
Finalmente salimos de la casa y caminamos hacia el coche de Harry, el que ahora Ruth conducía. Miré a Harry a través de la ventana y vi que me observaba con sigilo. No me importó.
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