Punto de vista de Nicole.
— ¡Harry! — exclamé en cuanto le vi.
Caminé hacia él rápidamente. Parecía que estaba molesto. Me acerqué y me paré frente a él para luego darle un tierno beso en los labios.
— ¿Tuviste una mala mañana?— pregunté, abrazándolo y mirándolo a los ojos.
Se quedó mirándome, luego miró a otro lugar y finalmente volvió la mirada a mí.
— No... No pasa nada, solo que tuvimos unos problemas con el equipo. — tomó mi mochila y la colgó en uno de sus hombros. — ¿Vamos?
Asentí, tomando una de sus manos y entrelazando nuestros dedos. Más feliz no podía estar... había vuelto con Harry y él estaba portándose muy bien conmigo. Estaba tratando de arreglar nuestra relación.
— ¿Qué fue eso que pasó en el equipo? — pregunté, mientras caminábamos hacia su coche.
Hubo un momento de silencio.
— No quiero pensar en eso ahora. — se detuvo. — Lo importante es que tú y yo estamos juntos. Debemos recuperar todo el tiempo que perdimos por andar haciendo estupideces. ¿Vale? — me dio un beso en la frente.
Reí.
— ¿Y según tú como vamos a recuperar el tiempo perdido? — nos detuvimos en cuanto llegamos al coche. Harry me miró antes de abrir la puerta. — Anda, Harry, suéltalo. — le dije animada.
— No lo sé, tal vez podamos ir a la playa — murmuró.
Sonreí ampliamente.
— ¡Sí! Me parece una buena idea. — entré al coche inmediatamente.
Estaba de buen humor, contenta, animada. Antes que nada pasamos a nuestras casas para recoger nuestros bañadores. Luego Harry condujo hacia la playa. Durante el viaje escuchamos música y platicamos de todo un poco, pero aún seguía sintiendo que estaba molesto por algo. ¿En realidad tenía que ver con su equipo de fútbol? Yo que no me lo creía.
En cuánto llegamos a la playa, nos dimos cuenta de que estaba repleta de personas. El sol estaba en todo su furor. Nos buscamos un lugar que no estuviese tan rodeado de personas, pero fue mínimo lo que encontramos. Tuvimos que conformarnos.
Extendimos las toallas encima de la arena. Me senté en una de éstas y busqué dentro de mi bolso un bronceador. Harry se sentó a mi lado.
— ¿Qué no piensas nadar? — preguntó.
— Quiero broncearme, estoy muy pálida. — lo miré.
Frunció el ceño y tomó el bronceador. — Yo te lo echo. — dijo, y me indicó que me diera la vuelta. Así lo hice.
Comenzó a esparcir el contenido, primero por mis piernas. Cuándo sus manos tocaban mi cuerpo me hacían sentir plena y tranquila, al mismo tiempo que enviaban un cosquilleo por todo mi cuerpo. Cerré los ojos y me relajé, mientras Harry esparcía el bronceador.
— ¿Qué? — entonces escuché su voz. — ¿Acaso no puedes mirar para otro lado? ¡Serás imbécil!
— ¿Harry? — apoyé mi cuerpo en mis codos para mirarlo. Entonces vi que un hombre se marchaba rápidamente. — Harry, ¿Qué es lo que te pasa? — pregunté.
— Nada, Nicole date la vuelta nuevamente. — pidió.
— Harry, dime porque le gritaste a ese hombre. — exigí. — ¡No me digas que has vuelto con tus ataques de celos! — exclamé.
— ¡Que no, Nicole! — bajó la voz al ver que varias personas nos miraban. — Ese tipo estaba... mirándome... estaba mirándome la entrepierna.
— ¿Cómo? — pregunté sorprendida.
— Sí, Nicole... — tragó en seco, frunciendo el ceño.
Entonces miré al hombre, quien seguía caminando para alejarse de nosotros. Miraba cuánto trasero se le cruzaba por el frente. ¿De verdad estaba observando la entrepierna de Harry?
— Ya se ha ido, no te preocupes. — pasé mi mano por su mejilla. — ¿Por qué no vas a nadar? yo termino de echarme el bronceador.
— No te dejaré sola. No quieras convencerme de que lo haga porque te juro que no lo haré. Así que, date la vuelta. — su expresión era jodidamente seria.
Comenzaba a sentir que a Harry le molestaba estar en la playa, pero él fue el de la idea. Que hubiese tenido un mal día no era mi culpa.
— Deja esa cara, ¿hay algo que pueda hacer por ti? No quiero que estés enfadado. — me acerqué para darle un beso en la comisura de los labios.
Amaba besarlo. Sonrió, intentando alejar la mala cara de su rostro. Se inclinó y me dio otro beso.
Terminamos pasando toda la tarde en la playa. Al final Harry poco a poco fue componiéndose y ya no estaba tan malhumorado como lo estuvo al llegar.
Antes de regresar a casa nos detuvimos en un restaurante, el cual nos encontramos en el camino, comimos y regresamos al coche.
— Gracias por la maravillosa tarde, Harry — sonreí, quitándome el cinturón de seguridad.
— Me alegra que la hayamos pasado juntos. — sonrió. Se acercó a mí y me besó, despidiéndose. Le devolví el beso, y su lengua acarició mis labios. Cuándo invadió mi boca sentí escalofríos por el cuerpo. Entonces, envolvió sus manos alrededor de mi cintura y me acercó a él.
— Te veré mañana. — detuve el beso y tomé una respiración profunda.
— Mañana tengo algo muy importante que decirte — comenzó a decir. — Estoy ansioso por decírtelo, pero creo que es mejor esperar a mañana. — apoyó su frente contra la mía.
— No podré dormir en toda la noche — murmuré. — ¿No puedes darme una pista?
Negó.
— Mañana lo sabrás. — se alejó.
— Vale... — contesté con curiosidad. — Entonces te veré mañana. — abrí la puerta del coche y me bajé. — Que descanses.
— Tu igual amor. — susurró.
Cerré la puerta del coche y caminé hacia mi casa. Abrí la puerta y entré. Caminé hacia las escaleras, pero me detuve en cuanto escuché a mi padre discutiendo. Caminé hacia su oficina y me paré detrás de la puerta.
— ¡Adele! ¡Es tu hija! — estaba hablando con mi madre. Joder, ¿a que había llamado? — Mañana es su cumpleaños, y... ¿me llamas para pedirme dinero?...... Ni siquiera me has preguntado como se encuentra. Últimamente la he visto decaída, pero seguro eso no te importa, ¿no es así? Lo único que te interesa es el dinero para gastártelo en bebidas alcohólicas....
Me alejé rápidamente. Subí a mi habitación y cerré la puerta con seguro.
Intenté pensar en otra cosa que no fuese en ella. No me amargaría la noche, ni el día de mañana sólo por su llamada. Ella no lo valía. Tenía que grabármelo en la cabeza.

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POSSESSIVE.
Fiksi Penggemar¿Qué tan posesivo puedes llegar a ser cuando tu novia rompe contigo? ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar?