FINAL.

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-¿Te estás divirtiendo? -escuché la voz de Ruth.

-Sí. Mucho -sonreí ampliamente, recogiendo los tragos y caminando hacia la mesa en la que estaba Harry.

-Se siente bien, ¿no? -preguntó, caminando a mi lado. -Aunque tengo una ligera sospecha de que Harry está planeando algo.

-Ruth, Harry intenta cambiar -susurré. -Estoy segura de que ahora todo será distinto. Además yo también he cambiado. Creo que ambos hemos madurado y eso nos servirá para lo que nos falta.

-¿Han hablado sobre el matrimonio?

-No -contesté, suspirando pesadamente. -Eso es lo peor. Creo que a Harry se le fueron las ganas de casarse conmigo. Lo he arruinado.

-No, Nicole -Ruth negó y se detuvo. -Piénsalo bien. Tal vez fue lo mejor que pudo pasar. Ustedes dos son jóvenes y tienen mucho por vivir, estoy segura de que llegará el día en el que ambos sean más responsables y al menos tengan con que sostenerse. El matrimonio implica muchas cosas y créeme que no creo que estén preparados para eso.

-Bueno en eso tienes razón -hice una pausa breve y miré hacia la mesa en la que Harry estaba sentado, conversando con unos amigos. -¿Crees que algún día vuelva a proponerme matrimonio?

-De eso no cabe duda -sonrió y tomó mis manos. -Harry te ama, Nicole.

Sonreí, apretando sus manos. -Te quiero Ruth -la abracé.

-Y yo a ti -susurró, separándose y sonriéndome.

En cuanto Ruth se alejó caminé hacia la mesa en donde Harry estaba y puse las bebidas encima de ésta. El extendió una mano para agarrar mi cintura e hizo que me sentara en su regazo.

-¿De qué estaban hablando? -preguntó, frotando su barba en mi mejilla.

-De que no quiero que vuelvas a afeitarte -bromeé, colocando ambas manos en su cuello. -Gracias por venir.

Se quedó mirándome por unos segundos y luego sonrió. -No tienes porque darme las gracias. Estoy intentando mejorar. No quiero perderte, Nicole. Lo eres todo para mí. -murmuró, apretando mi cintura.

Le sonreí tiernamente y apoyé mi cabeza en su hombro. Me sentía plena, tranquila, confiada, segura. Jamás había estado tan feliz.
Las cosas iban a cambiar para bien. Lo sabía.

-¿Te apetece ir afuera? -preguntó.

Le miré y asentí de inmediato. -Por supuesto.

Me levanté y lo sujeté de la mano. Rayos, estaba jodidamente sexy. Me aguanté las ganas de besarlo y le seguí hasta que salimos de la fiesta. Había muchos coches pero pocas personas.

Se volteó y me agarró firmemente de la cintura para luego presionar sus labios contra los míos. Lo jalé de la camisa, atrayéndolo a mis labios y le besé con urgencia tratando de descifrar el exquisito sabor de su saliva, de su aliento, memorizando los seductores y experimentados movimientos de su lengua contra la mía.

-Nicole este no es el lugar indicado -murmuró en mis labios, apretando con más fuerza mi cintura, manteniéndome cerca a él.

-¿El lugar indicado para qué? -pregunté, mordiendo su labio inferior.

Continuó con el beso. Estaba quedándome sin respiración pero no podía parar. Sentía que lo necesitaba. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que estuvimos juntos -No es que fuera una adicta al sexo-. Pero definitivamente necesitaba que me hiciera suya.

-Tú has comenzado -murmuré, tomando su rostro con ambas manos.

-Joder -exclamó, alejándose para mirarme a los ojos. -Volvamos a la casa de Landon -volvió a tomar mi mano y me jaló con fuerza.

POSSESSIVE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora