DE MAL EN PEOR.

9.9K 367 32
                                    


    "—Te amo, Nicole. Jamás había amado tanto a una persona. Perdóname. No te vas a arrepentir, te lo juro."

"— ¿Qué es lo que te pasa? — preguntó, pareciendo confundido y molesto.

— Tú. Tú eres lo que me pasa.

— ¿Cómo? — di un paso hacia delante, señalándole con el dedo índice.

— Tú eres lo que me pasa. Así que déjame en paz.

Me miró un par de segundos en silencio. — Dilo otra vez. Dilo y te dejaré en paz. — dijo, agarrando mis hombros, atrayéndome hacia él.

— Déjame en paz. "

"— ¿Crees que me gusta que te restriegues con los chicos? ¿La forma en la que hablas con ellos? ¿La forma en que te vistes? ¿Te das cuenta de cómo me siento al respecto?"


Me moví incómoda en la cama. Todos los recuerdos que tenía junto a Harry estaban invadiendo mi mente. Haciéndome sentir mal y culpable por todo lo que ahora estaba pasando. Haciéndome arrepentir por todas las veces que le negué algo a Harry.

Abrí los ojos y me vi en una camilla de enfermería. Me levanté de la camilla y salí de aquella habitación solitaria y fría.

Caminé hacia la habitación de Harry, observando a varias personas pasar por mi lado llenas de caras largas y preocupación. ¿Qué podía esperar? Sus familiares estaban iguales o más graves que Harry.

Me acerqué a la habitación de Harry, en dónde pude observar que la puerta estaba cerrada. Miré hacia todas partes para saber si la enfermera estaba vigilándome, cuándo no la encontré, me dispuse a poner la mano en el pomo de la puerta e intentar girar. Para mi sorpresa estaba cerrada.

—Mierda –susurré, impaciente.

Entonces a mis oídos llegaron unas voces. Provenían de la habitación. Dejándome llevar por la curiosidad, me apoyé en la puerta para poder escuchar lo que hablaban. Se escuchaban dos mujeres y un hombre.

—¿Hora de la muerte? –preguntó la voz masculina.

—Diez y veinte de la mañana. –contestó la mujer.

Me alejé de la puerta, mirando hacia su color champaña. Mis manos fueron a parar a mi pecho, en dónde pude sentir mi corazón latiendo con intensidad y fuerza. Quedándome en shock por unos minutos y qué cada parte de mi cuerpo se enfriaba, volví a acercarme a la puerta, pero esta vez toqué reiteradas veces, dando golpes duros y llamativos.

—¡Abran! –grité, cuando las lágrimas comenzaban a apoderarse de mí. —¡Harry! –volví a gritar, ahora sintiéndome ahogada. —¡Abran, maldita sea! –golpeé con más fuerza.

Entonces la puerta se abrió revelando a dos enfermeras y un doctor.

—Lamento decirle que el paciente no resistió a los medicamentos. Tuvo un paro cardíaco hace unos minutos—Me quedé parada mirando y procesando cada palabra que había dicho aquel doctor. Esto era una jodida broma. Harry el amor de mi vida y mi futuro esposo ¿Muerto? No....eso no podía ser verdad.

Reaccione y me acerque al doctor. — ¡¿Dónde mierda están las cámaras?! —apresure el cuello de su bata. El doctor se quedó serio. Su mirada no me transmitía alguna pizca de broma. —N-no puede ser verdad—susurré soltando a aquel cretino doctor. La vista se me nublaba por todas las lágrimas que salían como una cascada por mis mejillas.

Prometimos casarnos cuando tuviéramos la suficiente edad y... ¿esto es lo que me da la vida? Entré corriendo hacia la habitación de Harry. Él tenía que estar vivo quedarse conmigo y nunca dejarme. Sería su sumisa si es que el quisiera, pero tenía que estar conmigo para poder serlo. Entré abriendo bruscamente las puertas. Mi mirada se posicionó hacia la cama donde él se encontraba. Unas sábanas yacían sobre su cuerpo cubriendo su hermoso rostro

—No...no...no—comencé a temblar. Esto no era una jodida mentira y mucho menos un puto sueño. Destapé su rostro para ver sus facciones, toda su cara se veía pálida, los ojos los tenía hundidos. — ¡Levántate Harry! —moví su cuerpo como un vaivén, pero ni se inmutaba— ¡Harryt! ¡¿Quién me protegerá si no eres tú?! —pregunté. Puse mi mano sobre la suya haciendo presión en esta. — ¡Mierda Harry no me hagas esto! ¡Joder levanta el culo y vámonos a casa! —seguía moviendo su cuerpo pero no me daba señales de vida—Harry...por favor—susurré, recostando mi cuerpo encima del suyo.

Una enfermera entró diciéndome que me alejara de él. Eso nunca se lo permitiría. Si querían llevárselo tenía que ser conmigo. Mi pecho dolía, dolía mucho. Mis ojos ardían a más no poder. Tenía que ser una pesadilla esto no era verdad.

Ruth entró alejándome del amor de mi vida. La empujé haciendo que se chocara contra la mesa. Des quien venía con su esposa en brazos me dijo algunas palabras que ni me interesaba escucharlas. Todos tendrían que entender que Harry no había muerto que estaba aquí. Él no me dejaría nunca. Me lo prometió. Era nuestro sueño formar una familia.

Anne se acercó hacia mí con dificultades al andar. —Vamos cielo—No tenía fuerzas para luchar. Sabía que Harry despertaría y me diría que todo ha sido una pesadilla y que no había nada que temer. Esa era mi esperanza levantarme de aquel horroroso sueño.

—Harry despertará. Déjenme aquí con el—miré a los tres que yacían en la puerta con unos rostros pálidos y con los ojos rojos de haber llorado. —Harry demuestra que estas despierto—moví su cuerpo haciendo que su mano callera hacia un costado como un ser inerte. —¡Harry! –grité impotentemente, intentando quitarle la manta de encima.

—¡Señorita por favor! –exclamó una de las enfermeras, intentando alejarme.

—¡No! ¡Harry! –intenté quitarle la manta, entonces el doctor me cogió de los brazos para alejarme de la habitación, hecho esto un guardia me tomó de los brazos impidiéndome la movilización.

—¡Harry! –era lo único que podía salir de mis labios. —¡Harry! –me llevé las manos a la cara, pasándomelas por el cabello y mordiendo mis labios. Simplemente no podía creer que algo así estuviese pasando. —¡Harry! –volví a gritar una vez más.

—¡Nicole! –alguien comenzó a sacudirme por los brazos. —¡Nicole! –la voz cada vez se escuchaba más cercana.

Entonces Ruth apareció frente a mí. Sus padres estaban detrás de ella, todos mirándome con preocupación. Negué, mientras me levantaba del sillón en el que estaba.

—¡Harry! –salió de mis labios. —¡Se llevaron a Harry en aquella camilla! ¡Ruth, debemos hacer algo! –ahora fui yo la que tomó sus brazos.

—¿De que estás hablando? –exclamó, alterada. —¡Nadie se ha llevado a Harry! El sigue en la habitación... —bajó la cabeza. –En coma. –añadió, con cierto dolor en sus palabras.

Abrí los ojos más de lo normal al escuchar aquello. Todo había sido un maldito sueño, pero era afortunada de que nada de eso estuviese pasando en la vida real.
Entonces abracé a Ruth con fuerza.

—¡Ruth! Quiero ver a Harry –susurré, todavía agitada por aquel sueño.

—Querida, ¿que fue lo que soñaste para estar de esa manera? –preguntó, la madre de Harry. –Debió ser horrible para que estés en ese estado.

—Fue la peor pesadilla que pude haber tenido en mi vida. –me levanté del sillón e intenté salir de la habitación en la que nos encontrábamos.

Luego de aquel sueño no pude volver a dormir en paz. El miedo de que aquello fuera a repetirse rondaba por mi cabeza. Sencillamente no quería volver a pensarlo, aunque fuese sólo un sueño, no podía ni siquiera imaginármelo. Sentía que moría de la angustia.

POSSESSIVE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora