Dos de la tarde. Para Suzumi Yousuke, este es el momento más gratificante del día.
Después de ver irse a su esposa y su hija, hacer los deberes matutinos, y comer el almuerzo sin prisa, finalmente es hora de sentarse frente a su caballete. No es un pintor muy popular, y sólo realizaría una exposición si estuviera sufriendo por dinero. Sin embargo, el trabajo de diseño editorial que hace asegura que siempre haya suficiente para mantener su vida diaria. Junto con el sueldo que su esposa gana trabajando para una revista, son capaces de pagar su hipoteca, enviar a su hija a la escuela, y aún tienen bastante de sobra.
La vida de Yousuke es perfecta: pausada y ausente de miseria
Él ama su casa, considerándola el símbolo de su vida. Cuando corta el césped, pule las ventanas y los pisos, y limpia la cocina, excusado y baño, siente la misma alegría que con el lavado de su propio cuerpo. Así como conoce la longitud de sus uñas y el tiempo transcurrido desde su última comida, también sabe todo acerca de la condición de su casa: el estado de cada puerta, la frescura de cada flor, la cantidad de hielo en la bandeja de la nevera. Hasta el último detalle. Éste es su orgullo, y cuando se sienta en su estudio, con el olor a la trementina y el saber que cada elemento de su casa está en perfecto orden, se llena con la máxima satisfacción.
Mientras trata de encontrar la combinación correcta de pinturas en su paleta, repentinamente siente sed, pero antes recuerda que no queda mucho jugo de naranja en el refrigerador. De hecho, también es casi hora de abastecerse de productos para el baño y jabón en polvo. Él podría conseguirlo todo en el supermercado cuando vaya a comprar para la cena, pero probablemente será bastante pesado.
«Ahora bien, ¿cuándo debería dejar esto e ir de compras...?», se pregunta ociosamente mientras se dirige a la planta baja para ir a la cocina.
En ese momento, una ráfaga de aire le hace cosquillas en la parte posterior de su cuello, llevándolo a hacer un alto a mitad del pasillo. Una brisa que viene de alguna parte. Imposible. Todas las ventanas de la casa están cerradas. El mismo Yousuke las cerró en su limpieza matutina.
Yousuke entra en la sala de estar, en busca del origen del viento. Algo apesta, es el mismo olor acre de pantano fétido que emana de la casa Sakisaka. ¿Podría estar llevándolo el viento desde el patio de al lado? La ventana que da al patio Sakisaka está abierta, sus cortinas ondulan con holgura en la suave brisa.
Hay un agujero en el cristal al lado de la cerradura. Parece extraño, como si hubiera sido derretido por algún producto químico en lugar de romperse. Alguien debe de haber pasado el brazo a través del agujero para abrir la ventana.
Yousuke se queda de pie paralizado, con el corazón palpitante de ira, y más aún de miedo.
Escucha con cuidado, pero no oye nada. Tal vez el intruso ya ha terminado su negocio y se ha ido, pero un ladrón no hubiera salido de la habitación sin tocar algo, ¿verdad? Tal vez oyó venir a Yousuke y se escondió en alguna parte.
Yousuke se da cuenta de que tiene su todavía húmeda espátula en la mano derecha. Debe haber olvidado de ponerla a un lado antes de bajar. Se queda observándola aturdido por un momento y luego decide que no es suficiente protección. En su lugar, toma el cenicero colocado encima de la mesa. Hecho de vidrio grueso y sólido, es grande y lo suficientemente pesado como para servir de arma contundente.
La casa de la cual ha limpiado cada pulgada, la que él consideraba como parte de sí mismo, ahora parece ser un mundo completamente diferente.
Muy consciente de los latidos de su corazón, Yousuke mira alrededor de la sala y ve pocos lugares que podrían ser utilizados como escondite. El intruso debe haberse ido hacia la habitación de invitados o a través del comedor, hacia a la cocina. La cocina se encuentra cerca de las escaleras. Si hubiera habido movimiento, Yousuke lo habría notado cuando bajó, lo que significa que la habitación es el lugar más probable. Se arrastra a la puerta de la habitación de invitados y se prepara para abrirla de golpe.
Pero, ¿qué es ese olor? ¿Podría la brisa llevar consigo tan potente hedor? Es como si el olor proviniera del interior de la habitación.
Se prepara y abre de un golpe la puerta. La habitación al estilo japonés de color paja-mate está vacía. Hay un armario, pero nadie podría caber allí. Así que el intruso ya se fue... Yousuke se relaja, con el agotamiento del alivio repentino sobre él.
Y es entonces cuando algo se apodera de su tobillo.
En el instante en que se congela en estado de shock, su pierna es tirada por debajo de él, enviándolo a estrellarse contra el suelo. Estallan estrellas detrás de sus ojos cuando su cabeza golpea contra el barandal de la puerta. La mano, si es que se le puede llamar así, envuelta alrededor del tobillo de Yousuke se extiende todo el camino hasta debajo del sofá del salón.
Hay apenas cinco centímetros entre el sofá y el suelo, pero el intruso es capaz de ocultarse en ese pequeño espacio.
No es posible que sea humano.
—¡¿Uahhhhhhhh?!
Antes de que el chillante Yousuke pueda recuperar el equilibrio, un sinnúmero de "cosas" similares a manos se apoderan de sus brazos y piernas, dejándolo indefenso.
—cÀlmaTE. No tEnGAs mIedO.
El sordo y gorgoteante sonido de voz es acompañado por la sensación de algo frío y suave arrastrándose encima de él.
—¡¡Jhhhh, jhhhhh, jhhhhhh!!
Con la garganta ya agarrotada, el asustado Yousuke ni siquiera puede gritar correctamente.
—No Te dOleRá. —La horrible voz susurra en su oído—. No TeNGas MIeDo. nO te DoLerÁ.
Apéndices finos en forma de tubo penetran en sus oídos y nariz, retorciéndose en lo más profundo de su cráneo.
Justo antes de que la sensación horrible lo vuelva loco, Yousuke pierde el conocimiento.

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Saya No Uta
Mystery / ThrillerSaya no Uta (Canción de Saya) es una novela visual japonesa lanzada en 2003 por Nitroplus cuyo guión fue escrito por Gen Urobuchi, conocido por escribir los argumentos de obras como Puella Magi Madoka Magica, Fate/Zero y Psycho-pass, entre otros. Sa...