Capítulo 12

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Los segundos se arrastran, cada tic tac del reloj complica mi agonía.

Al regresar, fui recibido por una silenciosa casa vacía. Saya había desaparecido sin dejar ninguna pista sobre su paradero. No es raro que se vaya a pasear por la noche, a menudo he ido con ella. Sin embargo, tales salidas siempre tienen lugar en medio de la noche, cuando no hay nadie en los alrededores, y nunca duran más de dos horas.

En este momento, son las cinco de la mañana. Pronto el cielo comenzará a mostrar las primeras luces del alba.
Incluso si se marchó justo antes de mi regreso, ha estado ausente desde hace casi medio día.

Incapaz de dormir, sólo puedo esperar con angustia. Traté de distraerme pintando más de las otras habitaciones, pero no podía concentrarme en el trabajo. Si hubiera sabido que esto pasaría, me habría ido antes de la casa Ougai. Ojalá no hubiera perdido el tiempo con Kouji.

Si Saya no regresa... La idea me llena de un pánico tal que quiero arrancarme los cabellos. Después de su larga ausencia, el terror de la verdadera soledad me aplasta poco a poco.

Al fin, la campanilla de la puerta repica y el tan esperado "¡Estoy en casa!" de Saya se escucha desde la parte inferior de las escaleras. Salto de la cama aliviado, todo el estrés mental que se ha acumulado a través de la noche se libera en una ola que amenaza con llevarse mis pies.

—Ahh, estoy tan cansada... Sabía que ir todo el camino de ida y vuelta sería difícil —dice Saya mientras sube las escaleras.

—¡Saya! ¿Dónde has... —Mi pregunta se desvanece al darme cuenta de los gruesos paquetes de papel que lleva bajo sus brazos—. ¿Qué es eso?

—Tu historial clínico y registros de la cirugía. Regresé al hospital hoy.

Saya tira todos los paquetes en el suelo, haciendo que el papel vuele por todas partes. Tirando de su cojín favorito, se desploma en él y se extiende lujosamente.

—¿Ca-caminaste desde la Universidad T en el medio de la noche?

—Lo siento —dice, reuniendo con habilidad lospapeles esparcidos uno por uno—. Quería volver cuanto antes, pero había tantos archivos que revisar. Así que decidí simplemente traer todo. Estaba tan pesado.

Tal vez estoy cansado, pero no estoy entendiendo una palabra de lo que Saya dice.

—Espera... ¿Qué piensas hacer con todo esto?

—¿Qué quieres decir? Voy a estudiarlos, por supuesto. Tendré bastante tiempo para revisarlos aquí —responde ella, sosteniendo una IRM tras otra contra la luz.

Al principio creí que estaba jugando, pero los murmullos ocasionales de "Ah, debo revisar esto", "Oh, ya veo" y similares mientras separa las fotos en la creciente pila a su lado me hace pensar que esto podría no ser una broma después de todo.

—¿Puedes entender esto?

—He aprendido mucho de papá. Hmm... ya veo, así es... No es de extrañar que no se pueda arreglar.

—¿"No se puede arreglar"?

—Por un médico humano, quiero decir.

No puedo decir si está hablando en serio o no.

—Incluso para mí, probablemente será un poco difícil —dice despreocupadamente mientras sus manos siguen mezclando papeles—. Voy a tener que probar algunas cosas primero.

Mirando con más detenimiento, me doy cuenta de que sus ojos revisan cada página muy rápido. Tan rápido, de hecho, que fui incapaz de darme cuenta en un principio.
¿Es posible que Saya esté tratando de leer... no, "está leyendo" mis datos médicos?

Saya No UtaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora