13. Jared

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¿Alguna vez han sentido que algo está mal pero no pueden decir realmente lo que es?

Como un mal presentimiento que se va construyendo lentamente en tu interior, sospechas que se enredan en tu cabeza pero no tienes idea de que es lo que está pasando hasta que es demasiado tarde. Hasta que están profundamente metido en alguna mierda y no tienes idea de cómo salir de ahí.

Así malditamente me siento. Y me estresa no saber qué demonios es.

Es sábado por la mañana, coloco los platos de comida en la pequeña barra frente a la cocina que uso como comedor y después me dirijo hacia mi habitación. Lissa no es una persona madrugadora, para nada. La chica puede estar despierta toda la jodida noche pero al momento en que el sueño la vence e intentas despertarla un par de horas más tarde, la amable chica es poseída por un jefe final de Dark Souls y puedo jurar que tu maldita vida está en peligro.

Sonrío cuando veo su boca ampliamente abierta y una mancha de baba sobre una de mis almohadas. No sé cómo es que en las películas, incluso las porno, las chicas se ven increíblemente sexys a la hora de dormir. Es toda una maldita mentira, el cabello de Lissa está completamente alborotado apuntando en todas las direcciones, tiene una mancha roja en la mejilla por haber dormido sobre su brazo en algún punto durante la noche y su nariz hace un ligero sonido al respirar. Es completamente imperfecta, pero es lo que me encanta de ella.

Muevo su brazo ligeramente intentando despertarla, anoche llegó a mi casa sorpresivamente con una borrachera increíble, diciendo que había salido con un par de amigas de clase y había olvidado donde vivía. Veinte minutos después dijo que había olvidado sus llaves en el auto de su amiga. Y antes de dormir admitió que realmente quería verme antes de dormir. No estaba seguro cuál era la verdadera razón, pero la sostuve toda la noche, incluso cuando se levantó sorpresivamente al baño para arrojar todo el alcohol en exceso que había en su estómago. Desde hace unos cuantos días ha estado actuando de forma extraña, algo distante y pensativa, de vez en cuando la sorprendo mirándome cómo si estuviera intentando resolver el problema más difícil del mundo dentro de su cabeza. Y cuando pregunto sobre ello simplemente sonríe y dice que no es nada.

¿Qué me estás ocultando Lissa?

Le doy otra sacudida y ella gruñe enterrando su cara en mi almohada. —Es demasiado temprano, déjame dormir un poco más, —masculla jalando la manta sobre su cabeza, como siempre. Es incorregible. Aparto la manda de un tirón y enredo un brazo en su cintura jalándola fuera de la cama. Sus ojos se abren de golpe cuando su cuerpo se presiona contra el mío. —Jared, quiero dormir más. —Gruñe presionando su rostro contra mi pecho, y poniendo una mano sobre su cabeza. —Me duele.

Asiento, sacando mi teléfono con una mano. —Debiste pensar en eso antes de intentar beber la misma cantidad que tienes de sangre en el cuerpo en alcohol.

Lissa abre un ojo para leer mi mensaje y vuelve a poner su rostro contra mi pecho. —Lo siento. Realmente no quería hacerlo.

Sacudo la cabeza. Ambos sabemos que está mintiendo, y ambos sabemos que algo está pasando. La tomo entre mis brazos para llevarla a la cocina mientras esa sensación de que algo va mal se vuelve a instalar en el fondo de mi estómago y no se borra durante todo el día.


Al día siguiente la cena en casa de los Carter se cancela por lo que decido quedarme en casa. He llamado a Lissa un par de veces pero su teléfono está apagado, le había mandado un mensaje más temprano invitándola a salir pero respondió que iba a estudiar para un examen importante que tenía, la dejé estudiar pero esa sensación de que algo estaba mal iba incrementado a lo largo del día. Seguramente no es nada, seguramente Lissa solo sigue recuperándose de la noche anterior. Miro el reloj el cual marca las once y media y espero que ya esté dormida. Quiero que pasen las horas, quiero que ya sea mañana y pueda ir por ella a su escuela. Ha pasado un día completo desde que la vi y quiero más de ella. Puede que sea porque de verdad estoy jodidamente enamorado de ella o por esta maldita sensación que no sale de mi cabeza. Pero la quiero en mi casa, en mi cama y entre mis brazos. La quiero conmigo.

Enamorándote en Silencio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora