Final Alternativo (Parte 2)

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Síp, síp, síp, lo sé esto debió de haber estado terminado hace como un siglo y medio but real verdaderamente y con sinceridad no he tenido tiempo D: además que el final de dos partes se convirtió en uno de tres gg prometo que subo la última este mes y me despido para siempre de estos personajes (:'v Jared no me dejes aún) Ya. Superado.

Mis ojos se posan sobre su cara y siento como si me quedara sin aire de golpe

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Mis ojos se posan sobre su cara y siento como si me quedara sin aire de golpe. Es tan... perfecto. Jodidamente perfecto. Un par de ojos castaños idénticos a los míos me regresan la mirada con curiosidad, la pequeña boca algo alargada en los bordes como la de Lissa intenta esbozar una sonrisa pero no lo logra por completo. La nariz de Lissa, mi cabello rebelde, la forma de mi rostro, el ceño ligeramente fruncido de Lissa. Somos los dos, puedo vernos a ambos mezclados en ese pequeño rostro y me dan ganas de llorar. Pero no lo haré porque sería muy poco varonil moquear enfrente de ambos.

―Yo te conozco ―dice el pequeño mirandome con los ojos muy abiertos con sorpresa. Se gira hacia Lissa y le sonríe. ―¿Es él?

Lissa mira del pequeño a mí y después de soltar un profundo suspiro asiente. ―Sí, Kell es él.

El niño suelta un grito emocionado y corre para ponerse frente a mí. ―¿Eres mi papá? ―pregunta usando sus manos. Tardo un momento en responderle por la sorpresa de que conozca el lenguaje de señas.

Lo soy ―le respondo de la misma forma lo que hace que su sonrisa se amplíe mucho más. ―¿Cómo lo sabes?

Mami tiene fotos tuyas por todas partes y me habla mucho de ti. Dijo que algún día iríamos a visitarte y yo aprendí a hablar con mis manos para que no fueras el único y te sintieras raro. Mami aprendió igual aunque Vladimir dice que es algo bobo...

Lissa se apresura a tomar las manos de Kell y lo abraza fuerte contra ella. ―Creo que fue suficiente cariño. Debes ir a dormir es tarde.

Los ojos tristes del pequeño miran de ella hacia mí. ―Pero mi papá acaba de llegar, quiero hablar con él.

―Mañana podrás hablar con él. Seguirá aquí para que pasen el día juntos. ¿Verdad Jared?

Ella me mira y el sonido de mi nombre en sus labios hace que se me atasque un poco la respiración. Parpadeo y miró al pequeño mini yo. ―Seguiré aquí mañana. Lo prometo.

Kell me mira y asiente con su pequeño labio sobresaliendo. Tengo que contenerme para decirle que se quede más tiempo conmigo, no tengo idea como Lissa puede negarle cosas, yo le regalaría el puto mundo si me lo pidiera con esa cara. Tímidamente se acerca para darme un pequeño abrazo, luego se acerca a besar a Lissa en la mejilla y minutos después va hacia el fondo del pasillo donde supongo se encuentra su habitación.

El silencio se extiende entre nosotros, ninguno de nosotros sabemos muy bien que decir después de aquello, intento que mi enojo regrese pero después de ver a mi hijo es difícil traerlo de regreso.

¿Cuál es su nombre completo? ―pregunto con mis manos.

―Mikellen... ―Lissa responde en voz alta. ―Mikellen Jasiel.

Ella me mira con algo de vergüenza mientras intento procesar su respuesta y una sonrisa aparece en mi boca. ―Mikellen por Mick... ―digo lentamente y ella asiente.

―Y Jasiel por ti ―se encoge de hombros bajando la mirada. ―Intenté escoger un nombre parecido al tuyo.

Estiro mi mano y alzo su mentón para que sus ojos miren los míos. La toco solo por un segundo pero las puntas de mis dedos hormiguean un poco con el contacto de su piel. ―Me encanta.

Lissa me sonríe aliviada y hace un gesto con su cabeza para que la siga antes de que se de la vuelta y se dirija a su pequeña cocina. Y yo voy detrás de ella, como si estuviera aun atrapado aun en su hechizo, lo cuál es muy probable porque acabo de recorrer casi dos continentes para llegar a ella. La miro mientras me da la espalda para calentar algo de agua, té para ella y café para mí. Como si fuéramos los viejos nosotros y por eso mismo saco mi teléfono y escribo en él mi siguiente pregunta.

¿De verdad vas a casarte con alguien llamado Vladimir? ―camino hasta donde está ella y la rodeo con mis brazos desde atrás, mostrandole mi teléfono. Se tensa un poco pero no la suelto, no quiero ver su rostro mientras me responde, ni quiero que vea el mío cuando ella diga que sí y rompa de nuevo mi corazón.

Se queda en silencio por tanto tiempo que temo que no va a responder hasta que suspira profundamente y agacha su cabeza. ―No hagas esto Jared ―murmura.

La giro así puedo mirarla a los ojos mientras escribo mi respuesta. ―¿Hacer qué? ¿Buscar respuestas de los cientos de secretos que me has escondido por cuatro años? ¿Si quiera él sabe que aún me amas?

Ella termina de leer y me mira con molestia. ―¿Quién demonios crees que eres para exigirme respuestas?

Soy. El. Papá. De. Ese. Niño. ―uso mis manos, moviéndolas lentamente para que entienda, aparentemente mi molestia está de regreso. ―Lo alejaste de mí por cuatro años hasta que la culpa te comió viva. ¿Sabes quién soy? Soy el padre y soy el hombre del que sigues enamorada.

Ella resopla. ―No sabes nada Jared.

Quiero gruñir por lo terca que es.

Quiero sacudirla por todas las mentiras que puedo ver en sus ojos.

Quiero besarla.

Quiero decirle que no la dejaré ir de nuevo.

Quiero que admita que me ama.

Porque maldita sea yo lo hago.

Pero sé que Lissa debe ser presionada de una forma diferente.

Tomo mi teléfono para escribir un último mensaje. ―No voy a esconder porque estoy aquí Alissa. Vine a conocer a mi hijo. Y vine por ti. Los quiero en mi vida Lissa, los quiero tanto en mi vida que me duele. Y puedo asegurarte que Kell va a ser parte de mi vida desde ahora, pero también te quiero a ti. Toda tú. Te he amado por tanto tiempo que apenas y recuerdo como me sentía antes de ti. Pero eso no quiere decir que no puedo vivir sin ti. Porque puedo, lo he hecho por cuatro años y si decides casarte con ese sujeto solo porque crees que de esa forma vas a olvidarme entonces hazlo. No voy a morir sin ti, no voy a arrodillarme, ni voy a suplicarte que me ames de nuevo. Porque me amas Alissa. Lo único que debes decidir es si vas a seguir siendo una maldita cobarde o no.

En cuanto Lissa termina de leer y me mira con angustia me acerco a ella tomando su rostro entre mis manos y posando mis labios sobre los suyos. Y maldición, siento que estoy a punto de morir. Porque ella me devuelve el beso y se siente tan correcto que mis piernas se estremecen rogándome para que la saque de aquí junto con mi hijo y la ponga en un avión de regreso a casa. Se siente tan jodidamente bien que quiero mandar a la mierda lo que acabo de escribir y comenzar a rogarle porque me escoja.

Porque yo la escogí a ella.

Siempre la he escogido a ella. Y me muero por que me diga que soy con quien quiere estar.

Me alejo de golpe y solo acaricio su labio inferior antes de dar varios pasos hacia atrás. Le digo con mis manos la dirección del hotel donde estaré el cuál está a un par de cuadras de distancia y salgo de su departamento de manera apresurada dejándola de pie en la cocina. Pues sé que si me quedo un segundo más voy a comenzar a suplicar.

Y no haré eso. Debo dejar que ella venga a mí.

O prepararme para que me diga adiós para siempre. 

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⏰ Última actualización: May 08, 2017 ⏰

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