6. Jared

207 28 11
                                    



Estaba intentando sacarla de mi cabeza.

Espantarla de cada rincón en mi cerebro donde estaba escondida, lista para salir e invadir mis pensamientos. Llevaba días intentando esto pero era condenadamente difícil. Habíamos vuelto a una rutina un tanto normal después de nuestra plática y una vez más éramos los mejores "amigos" del mundo. Esto estaba matándome.

No literalmente. Quiero decir no es que realmente puedas morir por no poder tocar a una persona de la misma forma en que la tocas en tus pensamientos, y no me estoy refiriendo a una manera pervertida, quiero decir, sí algunas veces imagino algo así pero es que no soy jodidamente perfecto y Lissa es increíblemente linda, aparte que ya la he visto en ropa interior así que tengo tal vez uno o dos pensamientos de esa clase. Pero regularmente imagino tomando su mano o acariciando su mejilla solo para verla sonreír o sonrojarse por mí, quiero que me mire como si tuviéramos un secreto que nadie más sepa. Quiero que me mire como si estuviera enamorándose de mí.

Esto es ridículo.

Estoy con mis amigos en nuestra comida de todos los domingos, regularmente almorzamos todos juntos y pasamos el día caminando hasta que vamos a la cena en casa de la familia de Mick. Lissa no ha asistido jamás desde que él ya no está y nadie ha intentado obligarla a aparecerse. Pero hoy estoy muriendo porque aparezca, no la he visto desde hace un par de días y me siento algo ansioso, como si tuviera que tenerla de frente para asegurarme que está bien. Y no tengo ninguna maldita excusa para ir a su casa.

Suspiro antes de tomar un largo trago de la cerveza que pedí para acompañar mi comida.

—¿Eso fue un maldito suspiro Jared? —dice Art, mi amigo que se encuentra sentado frente a mí. Tiene una ceja alzada y una sonrisa burlona en sus labios. —Alcohol y suspiros tan temprano no puede ser bueno.

—¿Es por una chica? —pregunta Luke apartando la mirada de su celular por primera vez desde que nos sentamos.

—Por supuesto que es por una jodida chica, ¿Quién suspira a esta hora del día? —responde Tomas por mí señalándome con su tenedor.

Todos me miran burlonamente mientras sonríen y yo les digo en señas lo único que he logrado enseñarles en este tiempo que nos conocemos. —Jódanse todos.


Es tarde y todos nos encontramos en la amplia sala de los padres de Mick. Terminamos de comer hace un rato y ahora todos están buscando algo idiota para hacer como cada domingo. Kriss está peleando con Tomas por poner algo de música para bailar, pero Tom dice que tiene ganas de videojuegos esta noche. Los padres de Mick nos miran desde la mesa del comedor con ternura, es por eso que vengo aquí cada semana, sé lo solos que se sienten ellos y al tenernos todos juntos es como si hubieran adoptado a una banda de idiotas a los que realmente quieren. Solo falta Lissa, siempre falta.

Estoy mirando mi teléfono pensando en si debo mandarle un mensaje o no cuando el timbre de la puerta principal suena, probablemente pidieron pizza por lo que sigo mirando con concentración mi celular sopesando todos los pros y contras de mandarle un mensaje cundo de pronto todo mundo suelta un jadeo y un silencio sepulcral inunda la habitación. Alzo la mirada curioso y mi propia boca cae abierta cuando veo a Lissa de pie en el umbral luciendo entre nerviosa y asustada, sonriendo de una manera forzada.

—Hola, —dice con voz temblorosa— yo hum, yo vine a hacer algo cerca de aquí y pensé en pasar a saludar si eso está bien con ustedes.

Todo mundo se queda callado por un segundo y entonces la señora Carter corre hasta donde está Lissa y la jala en un abrazo estrangulador. Después de eso el ambiente se vuelve más relajado y todos los demás se acercan a saludarla. Camino hacia ella despacio, queriendo ser el último en decir hola. Sus ojos se fijan en mí mientras todavía está abrazando a Care, una de nuestras amigas y su sonrisa se amplía un poco más. Le sonrío de regreso sin apartar mi mirada de la suya, sintiendo como si una esfera estática comenzara a formarse cada vez que doy un paso más cerca de ella. Es como si me estuviera repeliendo y al mismo tiempo me atrajera hacia ella y yo no puedo hacer nada más que dejar que haga lo que quiera conmigo.

Enamorándote en Silencio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora