KYGO - I'M IN LOVE
Una hora después salió ella, junto con Paloma, y ese médico. La joven conversaba con él, lucía aún exhausta.
-Solo descansa, todo va muy bien, pero no abuses, ¿estamos? -Kristián sonrió apenas.
-Lo intentaré -musitó desde la silla, con su calzado y bolso sobre su regazo. Cristóbal estaba a un par de metros. No daba crédito de lo que se acababa de enterar. Al desaparecer el médico, sus ojos se toparon.
-¿Así que el corazón? -soltó acercándose lentamente. Kristián torció la boca asintiendo. Lucía tan agotado, tan fuera de sí, ¿cómo era que ambos se habían sumergido en todo ese torbellino, cómo era que las cosas llegaron a ese punto donde el camino por delante era tan incierto, y el de atrás, tan intensamente rápido?
-Debo ir a descansar, espero no te importe que no regrese al trabajo por hoy -El hombre tenía ganas de tomarla entre sus brazos e encerrarla en su apartamento hasta asegurarse de que estuviera bien, su rostro aún se hallaba mortalmente demacrado.
-Te llevaré -zanjó con decisión. Ella sonrió negando con ironía. De ninguna manera, menos en ese momento que sentía era capaz de arañarle el rostro. Observó su boca por unos segundos, el estómago mandó jugos gástricos hasta su esófago, la posesividad que experimentaba cuando se trataba de él era tan desconocida, tan... dolorosa. La ira retornó, mortal, certera, aniquiladora.
-Tú ocúpate de lo tuyo, este no es tu problema, y si no te molesta, debo irme -Paloma los miraba interactuar, nerviosa. No tenía ni la menor idea de lo que ahí ocurría, pero conocía a Kristián y estaba conteniéndose para no llorar y darle un buen golpe y él, él parecía querer huir con ella a cuestas.
-Se trata de ti, además es mi hijo -respondió rabioso por esa actitud tan hiriente, tan fría.
-Él está bien, no te preocupes y respecto a mí, ya te lo dije, no soy tu responsabilidad.
-No se trata de responsabilidad... -musitó apretando los puños -, lo sabes. Debiste decirme que tenías esa afección -Kristián desvió la mirada negando con tristeza. Que la viera de otra manera, jamás. Por primera vez en su vida no tenía idea de lo que seguiría, y la aflicción la tenía por completo en sus garras, era inaudito que ella misma se hubiera colocado en esa situación y pese a todo, no pudiera arrepentirse, no solo por su bebé, sino porque de no haberlo conocido no habría aprendido lo impresionante que podía ser sentir el amor en cada fibra, en cada poro. Aun así, eso no bastaba, no en ese momento.
-No somos, y nunca hemos sido nada... ¿Lo recuerdas? Quiero irme, Paloma, vamos a que pague -suplicó con un nudo gigante en la garganta.
El balde de agua fría que soltó sobre él, lo congeló por varios segundos. El día anterior por la noche le pidió tiempo, y ella se comportaba como si hubiese hecho una bajeza, algo terrible. ¿Acaso no entendía que no la haría feliz en ese momento de su vida, qué estaba buscando evitarle dolor, pena? Lo cierto era que la amaba, la quería para él, pero su mundo estallaba frente a sus narices en menos de veinticuatro horas y era evidente que ninguno de los dos estaba en condiciones de hacer más, de pasar por más. Lo primero era su salud, así que se hizo a un lado dejándolas pasar.
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Atormentado Deseo © ¡A LA VENTA!
RomanceCompleta versión borrador. Un hombre que, años atrás, creyó entregar su corazón y al hacerlo, lo perdió todo. Sin saber, Cristóbal Garza, en su juventud, unió su vida a una mujer llena de resentimiento y carente de escrúpulos. Al quedar esa maldad...