"Amargura"

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¿Jugarías conmigo?», preguntó la niña al cadáver y al no obtener respuesta se marchó"

Su entrepierna le dolía a horrores, junto a su corazón. Ya no estaba dudando, estaba segura, segura de lo que sentía hacia Natsu era puro odio.

-Te odio. -murmuró. Natsu volteó la cabeza para mirarla, sólo tenía un par de pantalones cubriéndolo y estaba a punto de colocarse la camisa. No le respondió, aunque realmente no sabía si la había escuchado. Terminó de vestirse y salió del sótano sin cerrar la puerta -de todas formas no podía escapar con las condiciones en las que se encontraba-

Se quedó llorando bajo la almohada y siguió así incluso cuando el peli-rosado entró a la habitación con ropa en las manos. Se las tiró y se fue, esta vez cerrando la puerta con llave. Deseaba que no se haya ido a drogarse, de nuevo. Cuando dejó de sentir dolor se levantó y se vistió con la ropa que él le había dejado. Desde la cama observó el escritorio donde estaban las cartas y pensó un poco en el pasado de Natsu. Su hermano quería matarlo, un ser querido fue asesinado en frente de sus ojos, fue separándose de sus amigos más cercanos. Pero también había matado a sus padres por mero capricho, y a su hermano. ¿Su sufrimiento fue una justificación? No podía responder. Ahora estaba dudando, de nuevo. «¿No ves lo que te ha hecho? No seas estúpida, Lucy. Mató a Loke, te secuestró y te violó ¡No te confundas, lo odias! », pensó.

-¡Te odio! -Hizo una pausa-. ¡Te odio... O tal vez no!

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-Por última vez, Redfox, ¿la has visto? -Erza lo sostuvo de la camisa, mas Gajeel simplemente rió.

-Conozco de vista a la conejita, sí, pero no la he visto en mucho tiempo y menos tengo que ver con su desaparición. -Erza estuvo apunto de estrellar su puño contra la cara llena de piercings del azabache hasta que Levy la detuvo tocándole el hombro.

-Deberíamos dejar que la policía se encargue, Erza.

-Pero... -Gray negó con la cabeza.

-Escucha a la enana y al cubo de hielo, Titania. -La miró furtivamente-. Lo repito: no tengo nada que ver, pero yo se quien sí. -Todos posaron sus miradas atentas en el azabache.

-¿Quien?

-Probablemente me matará, pero valdrá la pena.

-¿Quien? -repitió la pregunta.

-Salamander, pero ustedes lo conocen como Natsu Dragneel. -Las miradas que estaban dirigidas a Gajeel se convirtieron de atentas en miradas confundidas. Gray soltó una carcajada.

-¿Natsu Dragneel? Es prácticamente un pringado, demasiado ingenuo. Eres malo mintiendo.

-¿Que? ¿Crees saber más de la salamandra que yo? Lo conozco desde hace tiempo, es buen actor. ¿No creen que es demasiado pringado para su edad? Gi-hi. -Rió. Lo que dijo dejó pensativo al Fullbuster-. Juvia también sospechaba de él y apuesto que te lo dijo. ¿Por qué la descartaron?

-Gajeel... -dijo Levy-. No mientas más, por favor.

-¿Quién está mintiendo?

-Me largo. -lanzó Gray recogiendo su chaqueta y abrió la puerta.

-¿A donde? -cuestionó Erza.

-Solo quiero hacer otra..., visita. -Y salió.

Había sospechado de Natsu, por cinco minutos, también de Loke antes de que se encontrara su cadáver, sospechó de la celosa Juvia por unos momentos. Había sospechado de muchos pero lo había descartado momentos después. Natsu... No, imposible. Pero, ¿por que estaba caminando en dirección a su casa? Sus pies se movían solos, apretaba sus puños sin darse cuenta y de su boca salió un insulto hacia Natsu inconscientemente. Llegó hasta la casa del peli-rosado, tocó la puerta una, dos, tres veces y él le abrió la puerta. Tenía ojeras y no estaba arreglado, mas poco le importó a ambos. Natsu puso una sonrisa tan dulce que no concordaba con su apariencia.

-Hola, Gray, ¿en que te puedo ayudar? -saludó amablemente.

-¿Puedo pasar? -Estuvo apunto de hacerlo hasta que la mano de Natsu se lo impidió.

-Lo siento, Gray, mi casa está un poco..., desordenada.

-No importa. -insistió.

-Lo siento, no quiero ser grosero, pero no puedo dejarte entrar.

-Solo quiero ver algo. -Intentó apartarlo, pero Natsu era más resistente de lo que parecía.

-Gray, lo que estás intentando hacer es ilegal. -dijo con su tono amable.

-Y lo que tú hiciste es mucho peor. -Lo apartó con codazo en el abdomen y entró bruscamente. Natsu cayó y tosió, soltó un gruñido e intentó parase, pero a Gray no le importó y llegó a sala.

-¡Lucy! -llamó. No recibió respuesta- ¡LUCY! -gritó. Una gemido muy alto de una voz que reconocía sonó en dirección de las escaleras que se dirigían abajo. Estaba a punto de seguir el sonido hasta que Natsu lo golpeó por la espalda. Una patada hacía sus piernas lo hizo caer.

-¿A donde crees que vas, Gray? Es mala estar en casa ajenas. -susurró suavemente contra el oído de Fullbuster.

-¡¿La tienes, verdad, bastardo?! -Natsu negó con la cabeza.

-No se de la que me hablas, Gray. -Le dio un puño en el ojo y retrocedió. El peli-negro aprovechó eso y se fue disparado hacia el sótano. Abrió la puerta de una patada y lo que encontró le heló la sangre; Lucy estaba ahí. Estaba sentada con un libro cerrado encima de las piernas y tenía la piel algo pálida.

-Gray. -Se llevó las manos a la boca para no gritar y lágrimas de felicidad salieron de sus ojos. Corrió hacia ella y la abrazó con desesperación. Lucy correspondió al abrazo. Vio sangre en la cama y luego miró a Lucy, ella negó intentando evitar el tema y supo de inmediato que ese bastardo la había tocado y eso le hervía la sangre, pero siguió abrazándola.

Estuvieron así por unos momentos hasta que el sonido de un arma cargándose los asustó a ambos y voltearon. Natsu estaba parado en la puerta con una pistola en la mano y con una mirada fría apuntó al Fullbuster.

-Bye bye. -Gray se apartó un poco de Lucy por la sorpresa, pero no lo suficiente para evitar el disparó. La bala le llegó justo al corazón y Natsu sonrió al ver que su puntería jamás fallaba. Lucy soltó un chillido y las lagrimas de felicidad se convirtieron en tristeza y agonía.

-Yo no quería hacerlo pero no me dejaste opción. -le habló al cadáver de Gray. Lucy empezó a llorar abrazando al cuerpo sin vida y eso hizo despertar los celos de Natsu. Apartó el cuerpo del peli-negro y la abrazó.

-Ya, ya. No le necesitas, me tienes a mí -la consoló con voz suave y eso hizo que Lucy llorara más-. Perdón por lo de ayer, te obligué, pero no fui yo, lo juro.

Quiso apartarse de él, llorar en soledad y que no volviera a tocar el tema de lo que pasó ayer, pero su agarre era firme. Lucy terminó sollozando en el hombro de Natsu mientras la sangre de Gray se derramaba en el piso.

Culpa a mi Obsesión [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora