Capítulo 5.

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- ¿Vamos a recoger al Señor Malik? - dijo el conductor mientras conducía.

- No Alfred, vamos al piso de Beth ¿No? - preguntó mirándola.

Ella asintió.

- Pero sí, ya que lo dices le recogemos a él también.

- Le voy  a llamar. - dijo Harry.

Mientras Liam hablaba con Alfred y Harry con Zayn, Elisabeth le susurró a Niall.

- ¿Vive en la misma calle que yo?

Niall asintió mientras reía.

- ¿Te ilusiona?

- Quizás me ilusione dentro de un tiempo. - dijo ella sonriendo. - ¿Liam lleva todo la tarde metido en el coche dando vueltas por Londres? - preguntó a continuación.

- Eso parece. ¿Te has dado cuenta de que llevas toda la tarde haciéndome preguntas? - dijo él entre risas aún susurrando, para no interrumpir a los demás en sus conversaciones.

- Soy muy curiosa. - dijo en tono burlón.

- Ya lo veo. Y muy tímida también.

- Sólo al principio. - dijo ella muy ruborizada.

- También lo veo.

- Dice Zayn que le esperemos en la fuente de la plaza que hay al lado de su calle. - dijo Harry interrumpiendo las dos conversaciones.

- S-si quereis... po-podéis dejarme allí a mi... - balbuceó Elisabeth.

Harry le dedicó una tierna sonrisa, gesto que hizo que se pusiera más nerviosa.

- En ese caso... Señorita...

- Black. - dijo Niall dedicándole una mirada de complicidad a Elisabeth.

- En ese caso Señorita Black, ya puede bajar. - repitió el conductor.

- Muchas gracias por traerme. Y muchas gracias por devolverme el móvil. Y encantada de conoceros. - está vez sí consiguió hablar sin trabas pero en un tono de voz muy bajo. Aún así, todos los pasajeros del vehículo consiguieron escucharla.

- Encantados nosotros también. - dijo Liam sonriente.

- Y no me des las gracias por devolvértelo. - completó Niall.

Elisabeth mostró una preciosa sonrisa y rodeó la fuente, para más tarde girar a la derecha y caminar por su calle. Notó la vibración de su móvil y lo sacó para ver el mensaje de texto que le habían enviado. Era de Anne. Comenzó a leer el mensaje cuando se chocó con algo, tropezó y cayó al suelo.

- ¡Lo siento! - dijo el chico un poco sonrojado.

- No te preocupes. - dijo ella con tranquilidad.

Elisabeth no era de esas chicas que le molestaba cualquier tontería. Además ella debería ir mirando por dónde andaba. Levantó la vista del suelo y le vió.

- Oh... Hola Zayn...

El chico le tendió la mano para que se levantase.

- Hola... ¿Beth?

Ella asintió.

- Te están esperando allí. - dijo ella señalando la dirección por la que había venido.

- Vale, gracias. Espero verte de nuevo. - sonrió y se marchó a paso rápido.

Elisabeth se sacudió sus vaqueros pitillo y siguió caminando hasta llegar a su portal. Subió hasta su piso y abrió la puerta.

- Hola Helen. - dijo saludando mientras entraba en el salón.

- Hola Beth.

Dió un vuelco en el sofá para asomar la cabeza por el respaldo y poder mirar con picardía a su amiga.

- ¿Qué tal? - preguntó subiendo y bajando las cejas.

- Bien.

- ¿Sólo bien? ¿Sólo te ha ido bien? Beth acabas de conocer al chico por el que babeas desde el primer día que le viste en el autobús y ¿Sólo te ha ido bien?

- Vale... Me ha ido muy bien. - dijo dejando ver una sonrisa tímida.

- Bueno ¡Cuenta! ¿Cómo se llama? ¿Cómo es? ¿Y su piso? ¿Cómo es su piso? ¿Es como te esperabas? ¿Os habéis besado? ¿Se te ha declarado? - Helen empezó a delirar.

- ¡Calla! - la interrumpió por fin Elisabeth entre risas.

- No sé exactamente como es, no me ha dado tiempo a conocerlo. Bueno sé que toca la guitarra, es divertido y he cogido confianza con él. Toda la confianza que se puede coger con una persona a la que apenas conoces. Su piso es un ático muy bonito y decorado de forma original. No es como me esperaba, es mejor. Y por Dios Helen ¡Ni nos hemos besado ni se me ha declarado! - concluyó la chica.

- ¿Y su nombre?

Aquella pregunta era la que había querido evitar. Ella no sabía si su amiga los conocía. Le había parecido escuchar alguna de sus canciones pero tampoco la veía muy puesta en el tema. A lo mejor Helen estaba más informada que ella y sí los conocía pero, tampoco era malo que el chico fuese conocido. Aquello no debería cambiar nada. Terminó de reflexionar y decidió desvelar el nombre del irlandés con el que había pasado la tarde.

- Es Niall. Niall Horan.

Helen se quedó muda. Corrió a la habitación doble que compartía con su amiga. Rebuscó en sus libros y por fin lo encontró.

- ¿Este Niall Horan? - dijo señalando a un chico rubio, sonriendo entre otros cuatro chicos colocados a su alrededor.

- ¿Qué es eso?

- Es un libro que me obligó mi prima a leerme pero que si te soy sincera, solo he echado un vistazo. Miré las fotos y ya. No me apetecía leerlo. Bueno, ¿Es este Niall Horan?

Elisabeth asintió y como un acto reflejo, se tapó los oídos un segundo antes de que su amiga hiciese retumbar el piso entero con un grito de emoción.

- ¡Shh! No era necesario gritar.

- Elisabeth Black. Acabas de conocer a Niall Horan. Miembro de One Direction. ¿Cómo puedes estar tan tranquila?

- Pues porque yo no sabía quienes eran hasta que no me lo ha dicho él.

- ¿Quienes? ¿En plural? ¿Has conocido al resto del grupo? - Los ojos de la italiana estaban que se salían de sus órbitas.

- A casi todos. Pero no los he conocido. Tan sólo he hablado con ellos. Y ha sido durante apenas cinco minutos. - se sonrojó al recordarlo. - Y ¿Sabes que Zayn vive en esta calle?

- ¿¡En serio!?

- Sí. Me he chocado con él cuando volvía y se ha acordado de mi. - dijo orgullosa de sus actos.

- ¿Acordado? ¿Ya os conocíais?

- Nos hemos conocido en el piso de Niall.

Las dos chicas continuaron hablando de sus respectivas tardes hasta que llegó el momento de la cena. Mientras ponían la mesa, Helen se giró seria hacia su amiga. La miró a los ojos.

- Entonces ¿Te gusta o no te gusta?

Tus pequeñas cosas son perfectas para mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora