Capítulo 21.

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Por la ventana de la habitación de su piso se podía ver como el sol se despedía inocentemente tras la línea del horizonte. Elisabeth se encontraba arrodillada frente a una caja de cartón. Con una foto enmarcada entre sus manos y lágrimas recorriendo sus mejillas con rapidez. Comenzó a sollozar cuando una de las pequeñas gotas de agua salada que brotaban de sus ojos, cayó sobre el cristal que protegía aquel papel. Sostenía uno de los mejores momentos que había pasado en Inglaterra. Su primer día de instituto junto a Helen. Las dos chicas, a los doce años, con una sonrisa despampanante cada una y ambas con el mismo recogido de pelo; dos coletas tras sus orejas. Irradiando felicidad por el simple hecho de estar juntas.

- Cierra el grifo ya. - dijo una voz a sus espaldas mientras pasaba un brazo sobre sus hombros.

Dirigió la vista hacia su acompañante y se encontró con unos preciosos ojos azules verdosos.

- Oye Beth, te aseguro que lo que decíamos en la canción iba completamente en serio. Volveremos... - dudó unos segundos - Volverá a por ti. Ese rubio que está ahí fuera intentando retener las lágrimas irá a buscarte a España.Y si no lo hace, le obligaré yo.

El mayor de los chicos consiguió arrancar una sonrisa en el rostro de Elisabeth. Ésta cerró la caja tras meter la foto y se dirigió al salón junto a Louis, donde se encontraban los demás. Niall, sentado en un sofá para dos, con una guitarra entre las manos, le hizo una señal a la chica para que se sentase junto a él. Ella obedeció.

- ¿Y esta guitarra? - preguntó contemplando la cinta de color azul celeste que se agarraba a la guitarra.

Ese no era el instrumento de Niall pues el del chico tenía la cinta negra.

- Es tuya.

Entonces Elisabeth levantó la vista hasta encontrarse con aquellos increíbles ojos azules que la contemplaban. Abrió la boca para replicar pero su amigo se le adelantó. Éste agarró la guitarra y la colocó sobre las piernas de la joven, mostrando así la inscripción que había bajo la sexta cuerda.

No pudo evitar que las lágrimas volviesen de nuevo a sus ojos al leer aquella frase.

"I will always find you"

Siempre te encontraré. Siempre te encontraré.

Siempre.

Te.

Encontraré.

La leía y releía. Cuánto más la miraba, más perfecta le parecía. Sin pensarlo, pasó sus brazos por detrás de la nuca de su amigo y apoyó la cabeza en su pecho, dejando que él la agarrase de la cintura mientras posaba su barbilla sobre la cabeza de ella. Ésta vez nadie lloraba.

Pasaron los minutos y la pareja no se había movido de su posición, ambos disfrutaban del aroma del contrario, del sonido de sus respiraciones, del movimiento de sus pechos subiendo y bajando regularmente como si se hubieran puesto de acuerdo para ir al compás. Los demás ya se habían ido, incluso Helen se había metido en la habitación para dejarles intimidad.

Elisabeth levantó la cabeza y le miró a los ojos. Sus rostros estaban a pocos centímetros. Centímetros que en menos de veinticuatro horas se convertirían en kilómetros que los separarían. Seguían abrazados, pero, esta vez contemplando sus ojos. Unos verdes y los otros azules. La chica posó sus labios sobre la pálida mejilla del chico, y la dejó ahí durante varios segundos, absorbiendo con ella la frescura del rostro del irlandés. Se separó con lentitud, quedando esta vez a menos distancia que antes. Con cuidado, ambos se levantaron, deseando no tener que separarse.

- Nos vemos mañana. - se despidió Niall, tras darle un fuerte beso en la cabeza.

Elisabeth contempló como su amigo se marchaba de su piso. Sabiendo que seguramente no volvería a pisar aquel apartamento con ella dentro.

NOTA SÚPER IMPORTANTE.

Hola mis muy escasos lectores. Bueno venía a decir que os voy a dejar mi Twitter oara que me sigáis y eso, porque necesito saber si de verdad tengo lectores. Son muchísimas las veces que he pensado en dejar esta novela, así que sinceramente, necesito apoyo. Soy @1d_1dream1band. Espero que no os haya molestado esto.

Tus pequeñas cosas son perfectas para mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora