Él ya no me necesitaba. Él tenía otras prioridades. Yo entendía a la perfección eso, pero eso no significaba que no lo echará de menos. Me sentía solo.
Cuando sin aviso no asistía a nuestras citas de cada viernes, solía quedarme en casa mirando la película del día con un tazón de palomitas y un refresco sin abrir. Escuchaba a Isabel despedirse y sabía que estaría con ella. Resultaba deprimente. Y me preguntaba si acaso el vínculo especial que une a los mejores amigos desaparece cuando alguien mucho más especial llega.
Tal vez era así, y yo no lo entendía porque aún no conocía a mi alguien especial.
Sin embargo yo no quería convertirme en un recuerdo, en esa clase de persona que olvidas fácilmente después de haber sido tan importante, tan especial. No quería convertirme en una fotografía vieja, en ese recuerdo distante.
Empero, yo no era lo suficientemente egoísta para arrebatarle su felicidad, lo había decidido desde hace un tiempo, cuando fui consciente de que no era normal querer besar a mi mejor amigo.
.
–Tienen que escoger un poema – el profesor de literatura dijo, mirando por encima de sus gafas y del libro que sostenía entre sus largos dedos –. No cualquier poema, tiene que ser algo que sientan, algo que les haga sentir que fue escrito para ustedes. Lo leerán para mí, así que sabré si han escogido uno al azar.
El grupo dio un jadeo grupal y quejas murmuradas comenzaron a escucharse.
El profesor ignoró a todos y continuó hablando mientras caminaba. Él amaba ese tipo de cosas: los quejidos agonizantes y las miradas desesperadas de una docena de estudiantes, y claro, el teatro también. Llegó hasta la mesa que compartía con Armin y se quedó de pie ahí. Dejé de garabatear en mi libreta.
–Ustedes aman la poesía ¿cierto? – su tono suave y quejumbroso me dijo que se refería a mí en concreto, de manera irónica me regaló una sonrisa cuando gire a verlo. Entrecerré los ojos, molesto –. Elijan un poema romántico, trágico, desesperante o decepcionante, algo que les haga sentir, algo que les llegue hasta lo más profundo de ustedes y les haga pensar en algunos años más cuando vuelvan a leerlo «ah, cuán infantil pude ser». Piensen en la clase de poema que recitarían a alguien más.
El profesor entonces, seguro de que no volvería a distraerme, continuó avanzando hasta llegar al frente.
Suspire con resignación, ahora que había sido pillado en distracción todo lo que tenía que hacer era conseguir un buen poema. Mi plan inicial de escoger uno corto y que rimase acababa de arruinarse.
El timbre sonó entonces. Y a diferencia de otras veces está vez fui el primero en salir.
Para llegar a la biblioteca tenías que atravesar un largo camino de luz, árboles y estudiantes. Para mi suerte el aire era fresco y acarició mi rostro durante algunos segundos. Se sentía bien, era agradable.
Aún tenía la mitad de la batería en mi walkman y eso era una buena señal, me alcanzaría para todo el rato que pensaba divagar entre libros. Me coloqué los audífonos, Queen me recibió con gusto, pero yo no los recibí con gusto a ellos, cambié la pista hasta que los Misfits aparecieron; ellos eran buenos para ahogar el ruido, no siempre, pero si la mayoría de las veces.
Coloqué sobre mi cabeza el gorro de mi sudadera y luego en los bolsillos guardé mis manos. Era más cómodo así, en soledad. Cuando estaba cerca de Isabel y sus amigos no me sentía a gusto, ella lo sabía pero no le tomaba importancia; a ella le hacía feliz que conviviera con ellos incluso si eso implicaba mantenerme incómodo todo el tiempo. Ella creía que me conocía. Se equivocaba.
ESTÁS LEYENDO
Boyfriend
FanfictionSolíamos caminar juntos a casa, pasamos tardes haciendo tareas, mirábamos películas los viernes por la noche, intercambiábamos música, y nuestras familias eran cercanas. Y Levi, incluso, salía con mi hermana, así cuando me di cuenta había una dist...