IV. - ✧ Colisión ✧

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Me di cuenta demasiado tarde que estaba enviando suplicas al cielo de una añoranza que llevaba toda una vida. Y es que amar a Levi se sentía tan natural como el respirar.

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Ese día volví a casa como un ladrón. En completo silencio y entre sombras. Sabía de ante mano que Levi estaría ahí, y ese día en especial no tenía ánimos para verlo, así que tan rápido y sigiloso como pude subí las escaleras a mi habitación, cerré con llave y me tiré sobre mi cama. Contemplé el techo cubierto de estrellas que yo mismo había dibujado el año pasado.

Había también un sistema solar colgante. Levi me lo había regalado en mi cumpleaños número trece.

Como no resolvería nada de ese modo y aún había poema que tenía que transcribir, me levanté de mi acogedor lugar y caminé hacia el ordenador que ese verano papá me había comprado.

Revisé mi correo.

De: Mikasa.
Para: Eren.
Asunto: ¿Nos ponemos al día?

Me cuesta adaptarme, Eren. Me cuesta sentirme a gusto viviendo sola. ¿Por qué tienes que ser menor que yo por un año? ¿No podías haber falsificado un acta y venir a estudiar conmigo? ¿Por qué siquiera envíe una solicitud a una Universidad a kilómetros de mi hogar? Solo hace un mes que llegué aquí y recién puedo tener algo de tiempo, me siento como si estuviera muriendo...

Perdóname por no comunicarme antes (aunque tú también pudiste escribir ¿sabes? ¡No cuesta nada!), envié algunas tarjetas por correo hoy también ¡debes estar pendiente! El enano de mi primo probablemente no te las entregará.

Tienes que contarme qué ha pasado desde que me fui. ¿Aún salen esos dos? ¿Cómo estás tú? Sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras. Si te resulta estúpido contarme ese tipo de cosas por un correo o una carta siempre puedes venir a visitarme, yo conduciría hasta ti y te traería conmigo... Espera... No es una mala idea, estás en tú último año de preparatoria y seguro que tienes que ver tus opciones como futuro estudiante universitario, ¿qué harás este fin de semana? ¿Por qué no vienes conmigo? Te presentaré algunos amigos y te mostraré el campus ¡aún puedo convencerte de que vengas conmigo! ¿No sería estupendo?

¡Me aliviarías bastante! La Universidad apesta, y no, no lo digo por mis compañeros, sino literalmente, apesta, a vacas, a estiércol y algo más a lo que aún no logro ponerle nombre ¿pero qué es lo que esperaba cuando decidí estudiar veterinaria?

En fin, perdona que lo primero que escribo sólo sean un montón de quejas. Supongo que tú tienes tus propios problemas de los que preocuparte. Cuéntame cómo va tu último año. Es extraño para mi hablarte como si yo supiera hacia donde llevar mi vida, solo soy un año mayor. Que fastidio.

P.D. Por favor, responde a mi invitación antes de que llegué el viernes (lo cual debe ser pronto ya que es miércoles) tengo que limpiar este lugar y llenar de gasolina el auto, conseguir algo de buena música, y levantar el trasero de algunos de mis nuevos amigos para que me acompañen.

Mikasa era la prima de Levi, era un año mayor que nosotros y una de las tantas personas a las que podía llamar amigo sin temor a equivocarme. Levi y ella no se llevaban demasiado bien, se soportaban por el simple hecho de ser familia, pero, si por ellos fuera, ni siquiera se dirigirían la palabra.

Mikasa era, además, la única persona en el mundo que sabía sobre mis nada normales sentimientos. Había terminado confesándolo cuando el día de su graduación, durante la fiesta de despedida, ella me había pedido que saliéramos.

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