X. - ✧ Aquí y allá ✧

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No podía tocarlo. Desde el primer momento en que lo desee me prohibí hacerlo. Él no podía saberlo. Él era para mí como aquella inalcanzable estrella en el cielo que no podía tocar. Así era mi pacto. Éramos amigos. Así éramos nosotros y yo no quería cambiarlo. Contenerse, sonreír, bromear, decir que todo estaba bien, una palmada amistosa en la espalda y palabras de aliento.

No podía tocarlo y aún aunque quisiera no debía hacerlo. Son las palabras que me repetí siempre, a cada segundo, de eso dependía la estabilidad de nuestro universo. Pero ¿qué es más fuerte la voluntad o el deseo?

...

Tener el corazón roto es una gran oportunidad para morir y volver a nacer.

.

Al día siguiente llamé a Levi. Su voz ronca y cansada me tomó por sorpresa al segundo tono. Me quedé sin aliento un segundo y a continuación tan animado como pude le dije que estudiaría en la misma universidad que Mikasa. Se quedó callado durante un largo tiempo; nadie dijo nada, solo su respiración y la mía haciéndonos conscientes de que seguíamos ahí, a una palabra y millones de pasos de distancia.

Cuando él estuvo a punto de hablar le irrumpí. Fue como si algo en mí me dijera que si dejaba que sus palabras me alcanzasen jamás escaparía de nuevo.

–Mis padres ya lo saben. Todo estará bien, en realidad me emociona. – Lo dije, tan casual como yo mismo me lo permití, como si el hecho de no volvernos a ver de nuevo durante un largo tiempo fuese algo sin importancia, intenté sonar seguro, sin titubeos, y aun así sentí que Levi podía ser capaz de notar mis nervios mientras garabateaba en la libreta de notas que mamá siempre dejaba cerca del teléfono.

Escuché un suspiro, cansado tal vez, de decepción probablemente, luego pude perfectamente imaginarlo pasando sus delgados dedos por sus cabellos mientras buscaba las palabras que debía decirme. Los segundos que se demoró en responder me dieron a mí el tiempo suficiente para pensar en lo que pudo haber sido y no fue ni sería. Eché un vistazo a mí alrededor en la sala, donde cada viernes por la tarde durante los últimos 17 años habíamos pasado el tiempo viendo películas de mala calidad; estaba impecable y con un olor a canela, y sabiendo que Levi no estaría más allí me pareció un lugar demasiado distinto. Miré la fotografía que había sobre la mesa justo a un lado del teléfono, éramos Levi y yo tan pequeños y sonrientes. Recordaba que mamá había sacado esa fotografía después de que yo perdiera mi tercer diente. Levi estaba a mi lado sentado con naturalidad sosteniendo mi mano mientras yo mostraba a la cámara un diminuto diente que minutos después dejaría caer en la coladera del lavaplatos. Tuve que contener una risa, lo que me impidió detener una lágrima. Pensé en los años invertidos en esa amistad, todos esos años en los que habíamos compartido un montón de secretos y canciones, tenía que admitir que cuando los años habían comenzado a pasar y habíamos decidido permanecer juntos tanto como pudiéramos había tenido una expectativa de un tiempo juntos más grande que ese. Probablemente toda la vida.

–Bien – fue lo que dijo, simple, sin mucho adorno, conforme sin saber en terminar con todo aquello que no había tenido el valor de iniciar. –. Aún iré a la graduación. – aseguró.

Le dije que lo estaría esperando. Entonces las palabras de Farlan diciendo que haría que me enamorase de él llegaron como aliento fresco en mañanas de primavera, luego las palabras que siguieron a esa declaración me hicieron fantasear sobre un yo a finales de la ceremonia junto a Levi diciéndole todo.

El primer escenario era sencillo: un montón de inexistentes días en los que Levi correspondía mis sentimientos, tomándome de la mano, sonriendo, abrazándonos. Y esa idea, por simple que parecía casi me hizo gritar y exteriorizar mis sentimientos. Pero me contuve. Aquello no era más que fantasías. El segundo escenario era mucho más realista: con una amistad rota y montones de sentimientos desagradables. Levi, después de todo, no era homosexual como yo, no era desagradable como yo, no daba asco a las personas ni decepcionaría a sus padres, no pensaba que amar a su mejor amigo era maravilloso.

BoyfriendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora