XVII. - ✧Destiempo✧

1K 163 25
                                    

Un día soñé con Levi. De nuevo. Apenas eran unos meses, no pretendía olvidarle tan pronto, pero nada de él había estado presente hasta aquella noche.

Como un presagio.

Me dolía el pecho y me temblaban las manos.

Era algún raro estado de shock.

Su voz se desvanecía en mis oídos.

Deseé cerrar los ojos.

Abrirlos.

Jamás haber conocido a Levi Ackerman.

.

.

Eren:

Pretender es sencillo. Decir una cosa, dejar que lo crean y en el transcurso terminar creyéndolo incluso tú. Las mentiras son sencillas, salvan tu presente, condenando tu futuro. Lo sé ahora.

He escrito y tirado lejos decenas de veces ésta carta. En mi cabeza había un monologo perfectamente escrito y estructurado sobre todo aquello que necesito que sepas. Pero siempre que comienzo a escribir todo eso desaparece y parezco un idiota pensando en la manera correcta de terminar el primer párrafo. Así que decidí ir por lo fácil e improvisar. Escribir y solo eso. No habrá palabras más sinceras que estás que no he pensado ni un segundo, así que perdóname si no soy coherente.

Mañana me voy del país, pero antes de irme quería escribirte esta carta. Todos los sentimientos que me he guardado y ocultado estos años se desparraman aquí, porque es cierto que no puedo seguir pretendiendo que no lo sé o que no me doy cuenta. Como si no fuera capaz de conocerme a mí mismo.

Siempre he creído que uno nunca sabe de quien se va a enamorar, porque lo cierto es que el amor es jodido y cosas como la persona que idealizaste, esa que imaginas será a quién amarás y pasarás el resto de tu vida, el amor no lo tomará nunca en cuenta. De modo que terminas amando a alguien totalmente opuesto a lo esperado. Una persona que rompe tus esquemas y prejuicios. Alguien que jamás creíste amarías.

El amor es así. Incomprensible. Y estúpido. Porque a pesar de que cada una de tus acciones te parezcan sensata e inteligentes, lo cierto es que eres un idiota impulsivo y extremista; entregas todo a alguien; sufres, lloras, gritas, ríes, maldices a media noche con los ojos rojos; pero al otro día te levantas con una nueva resolución y una sonrisa. Idealizas un futuro junto a tu persona amada y todos esos planes que comparten. Un futuro lleno de aventuras, felicidad, romanticismo. Un futuro perfecto. En ocasiones pierdes amistades. Muchas otras experimentas nuevos sentimientos que podrían volverte loco. Porque el amor es un cabrón al que le gusta jugar sucio. De tal manera que cuando se le apetece cruza los caminos de dos personas que por sus diferencias y similitudes sin duda se enamorarán. Pero de la misma forma que son unidos un día son separados; por sus elecciones, por sus miedos, porque en ocasiones la cobardía parece una mejor opción. Porque lo cierto es que amar resulta difícil.

Un día sin saber cómo al verte al espejo ves a una persona completamente distinta a lo que eras. Las ojeras bajo tus ojos son más grandes, tu piel está mucho más pálida, el brillo en tus ojos ha desaparecido. Te vuelves más sensible o más frío. Te pierdes completamente y tienes que luchar por entender esta nueva versión de ti. Y si algo resulta diferente a lo que esperas el horror te domina.

No solía pensar en el amor cuando era niño. Hasta entonces todo el concepto de amor que tenía era ese amor incondicional de mi madre, y aquel otro sentimiento amargo de un padre que no conocí. Luego, un día, sin pretenderlo, por primera vez en mi vida una sonrisa y un par de ojos llenos de vida me cortaron la respiración... Pude justificarlo de muchas formas, incluso ignorarlo, pero el sentimiento cálido y reconfortante y doloroso, se alojó en mi corazón sin boleto de salida. Y al no tomarle importancia ese sentimiento se permitió crecer y florecer silenciosamente. Y no me di cuenta de ello hasta que cumplí quince años y desperté un día con el cuerpo bañado en sudor y la respiración agitada. Y tu cuerpo y tu aroma estaban justo a mi lado.

BoyfriendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora