Al final siempre vuelves. Es así como debe de ser.
Uno siempre desea volver a los viejos sitios dónde amó la vida.
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Octubre, 1996
–¿Realmente está bien?
–Sí.
Un escalofrió recorrió mi cuerpo. El auto estacionado frente al departamento que solíamos compartir. El ligero olor del perfume de Farlan llegó a mis fosas nasales y eso basto para hacerme sentir seguro.
Era su presencia todo lo que necesitaba para no desmoronarme. Inhalé profundamente.
–¿Realmente estás bien? – preguntó una vez más cuando nos bajamos del auto y comenzamos a acercarnos. De nuevo, igual que la vez que nos fuimos, regresamos sin decir nada a nadie. Era de noche y hacía frío. Farlan avanzaba delante de mí frotándose las manos.
–Sí.
Farlan buscó las llaves del departamento. Me di cuenta de que él no me creía, de haberlo hecho habría girado a verme con una sonrisa y habría asentido con un "de acuerdo", pero se había limitado a abrir la puerta y esperar a que yo entrara con mi propia maleta.
–Tenemos correo – él dijo, recogiendo el correo que Mikasa y Sasha no recogerían hasta su próxima visita al lugar.
Farlan se quedó de pie ojeando los sobres. Yo dejé mi maleta a su lado y me adentre a ese lugar. Era distinto a lo que recordaba. Había flores en el balcón, Mikasa y Sasha se habían encargado de cuidarlas y agregar algunas pocas a nuestra limitada colección. Estaba limpio y olía a canela. Los muebles eran cubiertos por mantas y los libros parecían haber sido metidos en cajas. Las paredes aún eran de un color beige y no había dibujos ni fotografías. Era espacioso. No se sentía como estar de vuelta. No era mi hogar.
–Hay una carta de tus padres – sus pasos y su voz me tomaron desprevenido cuando entró a la cocina –, también hay uno de él.
–¿Él? ¿Quién?
Me tomó unos segundos antes de saber de quién hablaba Farlan. ¿Quién más podría ser él? ¿Quién más además de mi familia se tomaría la molestia de escribir a éste lugar olvidado?
Levi.
No había escuchado su nombre desde hace un tiempo.
Recordé entonces que sí, había una carta de Levi, pero no está, está era otra. Según Mikasa él no había vuelto a escribir desde aquella primera carta, así que supuse que está segunda tendría que ser importante. También tenía la seguridad de que esas cartas habían llegado esa semana, las chicas venían cada domingo, y si estas cartas habían estado tiradas en la entrada era porque no tenían mucho tiempo de haber sido escritas.
–¿Seguro que estás bien? ¿Estarás bien?
–Sí. Sí, estaré bien.
No sabía si eso era una mentira, o una verdad, o un intento de consolación a mí mismo.
–Tenemos que avisarles que estamos aquí – dijo él mientras me veía tomar asiento sobre el mostrador de la cocina, luego se recargó a mi lado –, a Mikasa, Sasha, a mis padres... y...
–Está bien, Farlan – lo irrumpí –. Ya han pasado seis años. Ya no soy un adolescente impulsivo. Todo está en el pasado, y ya no importa.
Farlan se cruzó de brazos suspirando.
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Boyfriend
Fiksi PenggemarSolíamos caminar juntos a casa, pasamos tardes haciendo tareas, mirábamos películas los viernes por la noche, intercambiábamos música, y nuestras familias eran cercanas. Y Levi, incluso, salía con mi hermana, así cuando me di cuenta había una dist...