La canción So Wicked de The United comenzó a sonar en mi celular y al saber de quién se trataba contesté rápidamente.
–Hola –dije en un tono feliz.
–Hola hermosa. ¿Cómo estás?
–Bien... ¿y vos?
–Excelente ya que puedo escucharte.
Una risa se me escapó mientras mordía mi labio inferior.
–¿Qué estás haciendo?
–Llegando a tu casa.
–¿Qué?
–Sí, estoy a dos cuadras.
–¡¿Qué?!
–Ahora a una...
–¡¿QUÉ?! –lo interrumpo.
–No me grites –hace una pausa–. Estoy en la esquina...
–¡¿POR QUÉ NO DIJISTE QUE IBAS A VENIR?!
–Te dije que no grites. ¿Querés que tenga un accidente?
–No, pero deberías haber avisado. ¿Y si no estoy en casa?
–No es ni medio día, nunca salís antes del mediodía. Estás gritando por desesperación desde que dije que estaba llegando a tu casa, lo que me indica que debes estar en pijama, sin peinarte–me sonrojo porque tiene razón–. Además, el hecho de que me estés preguntando qué pasaría si no estuvieras ahí y considerando todo lo que dije antes tiene más de un noventa por ciento de probabilidades de que sí estés.
–Sabías que te odio... ¿verdad?
–Sí, sé que me amás pero sólo podés llegar a confesar que te gusto.
–¡Ugh! Creído.
–Hermosa –larga una pequeña risa–. Llegué...
–Vas a tener que esperar afuera a que me bañe, elija qué ponerme, me cambie, me seque el cabello, lo cepille, me maquille...
–Voy a entrar aunque tenga que romper una ventana...
–Está bien, te abro –cuelgo rodando los ojos.
Salgo de la comodidad de mi cama. Bajo las escaleras y veo por el vidrio de la puerta la camioneta negra. Abro la puerta.
–Hola hermosa...
–Hola creído... –arqueo una ceja y pongo una pequeña sonrisa en mis labios.
–Dejá de decir eso, sabés que me gusta jugar un poco con vos.
–Sí, a mí también.
Ambos reímos al mismo tiempo.
–¿Qué? ¿No vas a saludarme como corresponde? –pregunta después de unos segundos. Tiene una ceja arqueada y una sonrisa pícara en su linda cara.
Pestañeo unas siete veces antes de reaccionar y le doy un beso en la mejilla. Pero él me agarra de la cintura y no deja que me separe de él.
–¿Qué estás haciendo?
–Te dije "como corresponde".
Sin más, pone una de sus manos en mi mejilla y mira mis labios. Lentamente se va acercando aún más.
Esos ojos verdes mostaza me están volviendo loca.
Finalmente me da un corto beso en los labios y se separa rápidamente.
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Prometo Encontrarte y Enamorarte {Parte 1}
Teen FictionElla siempre soñó con el chico perfecto, pero ningún chico se había fijado en ella y jamás se imaginó que fuera posible. No tuvo una vida fácil, eso ya no es un secreto. Un día su vida da un giro inesperado en cuestión de segundos. Tendrá que hacer...