Prometo Encontrarte y Enamorarte {Parte 1}

Capítulo 19: El Ciclo de la Vida

Empecé a escribir éste capítulo y me puse a llorar. Escuchando canciones melancólicas y escribiendo... no es buena combinación si te duele escribir. Algunos pueden decir que lo que viene a continuación es triste, otros pueden decir que es algo feliz. Cada uno lo puede interpretar como quiere. Yo lo interpreté de ambas formas. Si quieren interpretarlo de la manera más triste posible pongan música melancólica y agarren pañuelos antes de empezar a leer. No voy a recomendar música por este mismo motivo. Pongan la música que quieran para interpretarlo como quieran. O no pongan música e interprétenlo como lo sientan.

Fin del Comunicado, ahora los dejo leer en paz.

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Después de pasar horas tratando de ver estrellas entre nubes, nos fuimos a dormir. Apenas me acosté comenzó a llover. Abrí las cortinas para ver la lluvia. Era más bien tranquila y quise tocarla. Abrí la ventana y saqué la mitad superior con el brazo extendido. El agua que caía golpeaba levemente mi piel y resbalaba para continuar su camino hacia abajo.

Escuché que abrían la ventana de al lado y al girar mi cabeza, Austin estaba haciendo lo mismo que yo, tocando la lluvia.

–Es la tercera cosa más hermosa –no estaba segura de que supiera que estaba ahí porque en ningún momento me miró.

¿Cuál es la segunda?

Se tomó su tiempo y contestó aún sin mirarme:– Cuando cae nieve.

Asentí y seguí observando las gotas correr por mi brazo.

–¿Y la primera?

Clavó la vista en mí. Me miró cuestionando algo y tragó saliva. No hacía falta que diga nada. Sus ojos lo decían perfectamente. Bajé mi brazo y aunque no retrocedí mi cuerpo, sí entré mi brazo empapado. Mi corazón empezó a latir con fuerza y se me hizo un nudo en el estómago. Por alguna razón sonreí, pero era una sonrisa decaída. Me hacía sentir culpa.

–Darelis... No voy a cambiar ni esconder lo que siento. No me es posible.

–Lo sé. Me queda claro eso. Pero aunque yo... –me detuve. No estaba pensando conscientemente lo que estaba por decir y me sorprendí a mí misma. Sentía que no podía retractarme y de alguna manera, en lo más profundo de mi interior, lo sabía.

Sacudí la cabeza y me preparé para arrepentirme porque sabía que lo iba a hacer, si no estaba arrepentida ya para ese momento. Suspiré y lo miré decisiva. Se veía la sorpresa y una chispa en sus zafiros con pupilas dilatadas.

–¿Qué? ¿Aunque qué? –me apresuró.

–Pero aunque... yo... Aunque yo sienta algo... O no, estoy con Bowie. Y no pienso dejarlo porque lo amo. Y sé que está mal que empiece siquiera a pensar en otra persona o tener sentimientos. Así que no puedo... No, no quiero darte esperanzas de ningún tipo porque no quiero lastimarte. Por eso quiero que seamos amigos. No quiero perder otra persona importante, ya perdí muchas en mi vida.

–No puedo prometerte que voy a ser el mejor amigo. Sabes que me gusta molestarte. Prometo que por más que no te oculte mis sentimientos y me duela un poco, no voy a rendirme. Pero, intentaré ser como un hermano. Es exactamente lo que te dije antes. Los hermanos se molestan y llegan a ser mejores amigos. Siempre están ahí para el otro. Además, mi familia ya es prácticamente como tu nueva familia.

>>No dejarás de gustarme, no dejaré de amarte, pero seré como un hermano. Que no te quepa ninguna duda.

Lo pensé un momento y lo acepté. Asentí y le pedí a mi corazón que se calme o comenzaría a llorar.