Capítulo 4

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Al sonar la sirena por última vez, anunciando el final de las clases hasta el día siguiente, Stiles no pudo por menos que suspirar de alivio. Su primer día en el instituto como Stiles 2.0 se le había hecho poco más que eterno, y ahora tenía ganas de volver a casa y probar con calma sus nuevas habilidades.

Pero sus planes estaban a punto de cambiar.

O eso pareció indicar la presencia de Derek apoyado en su jeep, con los brazos cruzados de forma poco amenazadora. Como si estuviera tranquilamente esperando a que saliera de clase, y aquello fuera algo que hacía todos los días.

Cosa que, por cierto, no era verdad. Porque no era algo que hiciera todos los días. Ni siquiera era algo que hubiera hecho una sola vez.

Y sólo por la sorpresa recibida, Stiles se acercó a él con ganas de hablar. Olvidándose momentáneamente de la lista de insultos que se había apuntado para gritarle la próxima vez que le viera.

- ¿Qué haces aquí? – preguntó cuando estuvo a su lado - No es que no quiera que estés, pero... El instituto no está precisamente dentro de tu zona de confort.

- Quería saber cómo estabas.

- Oh. Bastante... bien, teniendo en cuenta las circunstancias.

Derek asintió, al tiempo que cogía las llaves de las manos de Stiles, con las que llevaba un rato jugueteando.

- Scott – llamó al chico que en ese momento salía por la puerta principal, acompañado de Isaac – Lleva el coche de Stiles a su casa – le lanzó las llaves ante la mirada curiosa de los dos adolescentes.

Scott no dijo nada. Miró a Stiles, como pidiendo que le confirmara lo que tenía que hacer. Y cuando su amigo asintió, él hizo lo propio y subió al coche junto al otro Beta, dejándoles solos.

- ¿Tienes deberes? – preguntó Derek apenas se alejó el jeep.

- Por favor, ¿quieres dejar de decir esa palabra? Ya bastante deprimente es saber que sigo yendo al instituto, como para que tengas que mencionar todo el rato la palabra "deberes" – se quejó cual niño pequeño. Pero ante el levantamiento de cejas del hombre, exigiendo una respuesta, no tuvo más remedio que dársela – Nooo. No tengo deberes que hacer. Así que, sea cual sea el motivo por el que estás aquí, estoy libre.

El Alfa asintió de nuevo, el gesto serio, pero no dijo nada. Miró a su alrededor, donde los estudiantes se subían a sus respectivos coches, y avanzó hacia una zona del aparcamiento que estaba prácticamente desierta.

A Stiles le extrañó no encontrar el Camaro por ningún lado, aunque supuso que lo había escondido para que la gente no lo toqueteara. Lo que no dejaba de ser lo normal, la verdad. Era un pedazo de coche y era absurdo negarlo, además del hecho de que lograba también que cierto Alfa tuviera problemas para controlar su ira cuando cientos de adolescentes toqueteaban a su bebé... A su bebé de cuatro ruedas.

- Te debo una disculpa – dijo el hombre apenas paró junto al parking de motos, completamente vacío.

- Oh... ¿Te refieres al hecho de que no me has llamado desde que me dejaste en casa, dejándome tan sólo un par de mensajes? – no esperó a que Derek respondiera, pues sabía que no lo iba a hacer – ¿O tal vez al modo en que me trataste cuando me encontraste, como si fuera un muñeco de trapo al que zarandear y al que acusabas de mentir?

- Sí – susurró Derek en voz baja – Por todo eso.

Stiles estuvo tentado de seguir atacándole y hacerle sentir un poquito más miserable. Estuvo muy pero que muy tentado... Pero al final optó por no hacerlo, porque en el fondo tenía que estar alagado de que Derek le hubiera pedido perdón y hubiera reconocido su error. Algo que casi nunca hacía, y menos yendo en persona al instituto para hacerlo.

Of Alphas and MatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora