Capítulo 9

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Derek estuvo toda la noche fuera.

En un principio no tenía un destino fijo, y se limitó a deambular por un bosque que conocía como la palma de su mano, necesitando alejarse de las zonas pobladas. En ningún momento pensó en volver al loft, al que se suponía que era su refugio. Aquel era también el escenario donde tuvo lugar la primera discusión con Stiles. Además de ser un sitio que ahora apestaba a aquella mujer que lo había estropeado todo.

Lo peor era que todavía no tenía muy claro que era lo que más le afectaba. Si saber que el Alfa que había mordido a Stiles había contaminado su refugio, su hogar; o el hecho de que en los últimos tres días había tenido más discusiones con Stiles que desde que se conocieran.

Nunca había ocurrido algo así entre ellos. Ni siquiera cuando no estaban juntos y Stiles era el mocoso empeñado en llevarle la contraria y husmear por todas partes.

De acuerdo. Al principio Derek tenía una manera muy desagradable de hacerse entender, por medio de gritos, miradas asesinas y golpes contra las paredes o los volantes... Pero no era en serio. Si realmente quisiera hacerle daño, Stiles aún se estaría recuperando.

Pero Derek sabía que, aun entonces, Stiles nunca le echó en cara su forma de ser. Que en el fondo entendía que, si hacía aquello y a veces se comportaba como un lobo amargado, era por lo que había vivido y que le había obligado a ser así. Pero que eso no significaba que fuera una mala persona. Y como prueba de ello, Stiles siempre había sido el primero (antes incluso que su propia manada), en ofrecer su ayuda y salvarle cuando había sido necesario.

Por eso ahora le estaba resultando tan extraño encontrarse con discusiones con insultos y ataques de por medio. Algo que intuía debía ser normal en todas las relaciones (estaba cansado de oír quejarse a Jackson o Scott cuando se habían peleado otra vez con sus novias), pero que nunca pensó que les fuera a ocurrir a ellos. Porque precisamente ellos, que antes de ser pareja o incluso amigos, habían hecho frente a peligros que pusieron en riesgo sus vidas; sabían que era absurdo discutir por cualquier tontería. Porque todo eran tonterías comparado con no estar juntos. Con tener a alguien a quien le importabas, y que esa persona te lo demostrara todos los días.

Evidentemente, Derek se había equivocado.

Y no ya sólo eran como el resto de parejas que discutían y se gritaban e incluso se atacaban, sino que encima lo hacían acusándose de los errores del pasado.

Realmente, al Alfa le dolía más la primera discusión que tuvo con Stiles en el loft... Porque seguía negándose a pensar que el ataque de hacía unas horas había sido premeditado y consciente.

Por el contrario, las palabras de Stiles cuando se marchó Helena del loft y le recordó las miles de veces que Derek se había equivocado... Eso sí que dolió. Porque se suponía que lo que ellos tenían era distinto, y que ya estaba el resto del mundo para recordarles (al menos en el caso de Derek), lo lamentable que era como Alfa y como persona. Y se suponía que Stiles, que conocía sus errores mejor que nadie, era quien debía ayudarle a superarlos. Quien debía recordarle que a cambio había hecho cosas buenas y que, en general, era una buena persona.

El hombre llegó hasta el claro del bosque, maldiciéndose por haberse dejado llevar de nuevo por la rabia. Sabía que no debía haberse comportado así... No la parte de Helena, porque seguía queriendo matarla; pero sí la parte de gritarle luego a Stiles y romperle el móvil, demostrando que no confiaba en él. Sabía que esa forma de actuar sólo iba a conseguir que los problemas crecieran y crecieran.

Y se suponía que tenía que haber aprendido que esa no era la manera más inteligente de actuar. Que Stiles tenía razón cuando decía que los gruñidos, los silencios y los alzamientos de cejas no eran realmente la mejor manera de comunicarse... Y menos aún romperle el móvil tras descubrir que Helena le había llamado.

Of Alphas and MatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora