Capítulo 26

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Stiles no estaba preparado para lo que iba a ver cuando Helena le hizo llamar.

Aunque hubiera oído los gritos de Derek, y no le cupieran dudas de lo concienzuda que estaba siendo con la tortura, jamás imaginó encontrarse con tanta sangre.

Y es que no había prácticamente ni un centímetro de piel de Derek que no estuviera marcada o teñida de negro. Estaba claro que Helena no se había limitado a darle descargas eléctricas, y había empezado a utilizar las garras.

Al entrar en la estancia y encontrarse con un sanguinolento y prácticamente muerto Derek, en esos momentos inconsciente, tuvo que tragar saliva varias veces.

- No seas tímido, Stiles – le apremió la mujer, extendiendo la mano para que el chico acudiera junto a ella.

Stiles miró a su Alfa con temor, y recorrió la distancia que les separaba. Al llegar a su lado, pudiendo observar al hombre más de cerca, sintió cómo el corazón se le encogía al ver las marcas de la cara y torso, y la herida de la puñalada, cada vez más oscurecida. Ya había visto sangrar a Derek en más de una ocasión, pero nunca había sido como aquello.

Porque ahora el aspecto era el de algo que se estaba pudriendo. Similar a lo que vio una vez en el brazo del hombre, cuando apenas se conocían, pero que ahora era mucho, mucho peor. Sobre todo porque ahora, a causa de su olfato, también podía captar el desagradable olor a descomposición que procedía del hombre.

- No estés triste, mi Beta – oyó la voz de la mujer, quien colocó una mano sobre su hombro. Un gesto que hacía siempre que le tenía cerca, para asegurarse así de que le tenía controlado – Intentó matar a tu Alfa y alejarte de mí. Merece ser castigado.

Stiles sólo pudo asentir, porque aquella era la respuesta que estaba esperando su Alfa, y agachó la cabeza para no seguir contemplando aquella imagen.

Pero Helena no le concedió ni un segundo de descanso. En cuanto hubo apartado la vista, accionó la corriente y el grito de Derek Hale retumbó por las paredes. Stiles cerró los ojos, tratando de bloquear el sonido, pero sabía que era inútil.

Sobre todo porque sabía que lo que más quería ella era que Stiles lo viera. Que viera sufrir al que había sido su compañero, y que sobre todo Derek viera que Stiles le estaba mirando... Y que no estaba haciendo absolutamente nada para evitarle el dolor.

Y eso fue lo que tuvo que hacer. Mordiéndose la lengua, se atrevió a levantar la cabeza y miró a Derek a los ojos. No apartó la vista ni un instante, y trató de mantener una expresión seria todo el tiempo. Como si aquello no estuviera afectándole para nada, pese a que todos los presentes supieran que era mentira.

Por supuesto, Helena no iba a permitir que fuera tan fácil para ninguno de los dos.

Tras unos segundos interminables, cortó la corriente e incluso quitó los cables que había pegados a la piel de Derek. Y el hecho de que el hombre no reaccionara demostró lo débil que estaba, apenas consciente de lo que ocurría a su alrededor. Sólo era consciente de Stiles, al que no dejaba de mirar pese a que tenía los párpados prácticamente cerrados a causa del agotamiento.

- A qué estas esperando.

Stiles tardó en darse cuenta de que la mujer le estaba hablando a él, y se giró hacia ella, sin entender.

- Demuéstrame lo que sabes hacer.

- No... No entiendo.

- ¿No es evidente? – sonrió, y Stiles trató de frenar el escalofrío que sintió – Antes has hecho un buen trabajo, a juzgar por cómo me lo he encontrado – señaló a Derek - Pero ahora quiero verte hacerlo.

Of Alphas and MatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora