Capítulo 34

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Derek contempló a Stiles en silencio, mientras dormía boca abajo.

Anoche, después del almuerzo más incómodo que había tenido en toda su vida, junto a su prometido y el padre del mismo; hicieron el amor durante horas, disfrutando de la tranquilidad de saber que todo era perfecto.

No tenía muy claro qué hora sería, pero tampoco le importaba.

Para el resto del mundo estaba de vacaciones, y tenía la sana intención de disfrutarlas de ellas en la cama, desnudo y con Stiles a su lado.

Tal vez por eso no le extrañó encontrarse de pronto sonriendo como un bobalicón, a nada en concreto, mientras acercó una mano para acariciar la espalda desnuda de Stiles.

Y pensar que había estado a punto de perderlo todo.

Derek se obligó a no pensar en eso. A recordarse que el pasado no importaba, y que lo único que contaba era el aquí y el ahora. Y ambos tenían un nombre propio: Stiles Stilinski.

Aunque había veces, cuando estaba sólo con sus pensamientos, en que era muy difícil.

No por primera vez, Derek Hale se encontró deseando que sus padres le hubieran conocido... O que Stiles le hubiera conocido cuando no era ese tío solitario y agresivo, al que le gustaba comportarse como el lobo feroz del cuento.

Sonrió de nuevo, acariciando con la yema de los dedos el hombro de Stiles.

Intuía que, si ese hubiera sido el caso, Stiles jamás se habría fijado en él... Porque Stiles parecía tener la costumbre de fijarse en lo extraño, lo anormal, lo peligroso. Y probablemente, si le hubiera conocido siendo un chico normal que sonreía y era feliz, jamás se habría tomado tantas molestias en hacerse un huequecito en su corazón.

¿Y no era extraño aquello?

Saber que, si sus padres no hubieran muerto, él jamás habría conocido al chico del que estaba perdidamente enamorado. El único que lograba que sonriera y tuviera ganas de empezar un nuevo día... Por el resto de su vida.

Aun así, en el fondo de su corazón, habría dado lo que fuera porque se hubieran conocido... O porque sus padres y hermanos pudieran volver a la vida, al menos durante un minuto, para que pudieran conocerle. Para que supieran que ese era su compañero. La persona a la que estaba ligado de por vida, y la única que le hacía feliz.

Y cómo le gustaría ver la reacción de sus padres... Apostaba a que su madre le miraría con dulzura, como si fuera su propia madre, para luego pedirle que por favor cuidara bien de su hijo, que era un cabeza loca y siempre se estaba metiendo en líos... Y estaba convencido de que Stiles habría asentido muy serio, como si él fuera el más responsable de todos.

Derek se mordió el labio para no echarse a reír, imaginándose entonces la reacción de su padre. Él habría sido mucho más seco, un poco como el Sheriff, y le habría mirado seriamente durante unos minutos interminables, logrando que Stiles se sintiera increíblemente incómodo... Para luego darle una palmada en la espalda y preguntarle cuál era su equipo favorito de béisbol, y si quería ver el partido con ellos.

Derek tragó el nudo que se le formó en la garganta.

Ojalá pudiera ser real. Ojalá su familia pudiera verle feliz, después de tantos años sufriendo y odiándose a sí mismo...

Aun así, había veces en las que, todavía hoy, se preguntaba si realmente se merecía aquello. Si después de lo que había hecho, era digno de tener una vida feliz, y encima junto a alguien tan único e increíble como era Stiles.

Of Alphas and MatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora