Capítulo 15

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Stiles no respondió.

Siguió caminando por entre las hojas caídas y las raíces de los árboles. Lo hizo sin prisa pero tampoco sin pausa. Como si simplemente estuviera dando un paseo por el bosque. Y pese a que parecía caminar con seguridad, el tener la cabeza agachada para ocultar su rostro, dejó claro que no estaba del todo cómodo.

Verle así, sin estar transformado, un tanto nervioso y rodeado de dos manadas rivales, hizo que de pronto Derek recordara la primera vez que se vieron. Cuando le encontró husmeando junto a Scott en su propiedad, buscando el inhalador de su amigo, y sin ser consciente de que era el único humano de los que había allí.

Desde aquel día Derek se preguntó un millón de veces que qué demonios hacía un humano (y no uno especialmente fuerte, para qué negarlo) rodeado de hombres lobo y enfrentándose a peligros día sí y día también. Más de una vez trató de entender lo que ocurría dentro de la cabeza de aquel chico que, por muy leal que quisiera ser, lo más inteligente que podía hacer era esconderse debajo de la cama cada vez que había luna llena.

Sin embargo, Stiles nunca estaba donde debía estar. Nunca estaba donde Derek le pedía, ordenaba y a veces suplicaba que se quedara. Y estaba claro que, ahora que Stiles ya no era un frágil humano, obedecer aquella petición tenía menos sentido que nunca... Pero seguía sin explicar qué demonios estaba haciendo allí, tan alejado de su casa y del propio Beacon Hill, y acercándose a la manada de Helena.

Derek tenía la sensación de estar en un sueño.

No. De estar en una pesadilla. Una en la que por primera vez no había llamas ni gritos, pero que seguía siendo aterradora. Y dedujo que era por eso por lo que ahora mismo no podía moverse. Porque en sus pesadillas siempre se quedaba paralizado a causa del miedo. Y en esta ocasión, el miedo de ver a Stiles allí, al lado del Alfa más poderoso al que jamás se había enfrentado, hacía que no pudiera hacer otra cosa que mirar.

- Derek - musitó entonces la mujer, haciendo un chasquido desagradable con la lengua – En serio que esperaba mucho más de ti – Helena soltó una leve carcajada al tiempo que se ponía de pie, sin mostrar signos del dolor que se suponía debía estar sintiendo a causa de las heridas que le habían infringido. Pero en esos momentos Derek no podía prestar atención a aquello. Así como tampoco se movió para impedirla terminar de ponerse en pie y alejarse un metro de él. Porque en ese momento, Derek sólo podía pensar que aquella risa era exactamente la misma que Kate le mostró mientras le torturaba y le explicaba que era normal que hubiera caído en la trampa, al ser un chiquillo estúpido que se había enamorado de la persona equivocada.

- ¿Qué está pasando? – preguntó Scott entonces, mirando intermitentemente a su Alfa y a su amigo – Stiles, qué demonios haces aquí. Aléjate de ella.

Pero Stiles no hizo caso a su amigo.

Sabiéndose observado por el resto de presentes, llegó junto a la mujer y se colocó a su lado. Tan cerca, que sus hombros se rozaron.

- Díselo, Stiles – ordenó la mujer con tanta ternura que Derek sintió ganas de vomitar.

- No tuve otra alternativa – explicó el chico entonces, alzando la cabeza del suelo y por primera vez dejando que sus amigos le vieran el rostro.

Y como había imaginado el hombre, la expresión de Stiles era una más propia de un chiquillo que realmente no sabía dónde se había metido.

Verle así, sin embargo, logró que Derek saliera de su estupor y se dignara en hacer algo, lo que fuera, por apartarle del peligro.

- ¡Aléjate de ella! – gritó, avanzando en su dirección.

Pero apenas dio un paso, la mano de Helena se cerró en torno al cuello del chico, con las garras pegadas a la piel.

Of Alphas and MatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora