Capítulo 23

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Estaba anocheciendo cuando cinco hombres lobo se adentraron en la parte del bosque que perteneció a la familia Hale.

Sin comunicarse entre ellos, y corriendo a cuatro patas, se movieron sin apenas hacer ruido hasta quedar a unos cuantos metros de los restos de la mansión.

Scott, como el más experimentado de ellos, era quien iba a la cabeza. Atento a cualquier peligro que pudiera surgir.

- Es allí – señaló una oquedad oculta tras unos árboles y un montón de hojas secas – La entrada a los sótanos de la mansión.

- ¿Estás seguro de que es la única entrada? – preguntó Isaac, inspirando para captar el olor de su Alfa.

- Sí. Ya estuve aquí cuando rescaté a Derek la otra vez. Tiene una única entrada y un pasillo con varias salas. En total no deben ser más de veinte metros cuadrados.

- ¿Para qué demonios querrían unas mazmorras? – preguntó Jackson entonces, más asombro que curiosidad en la voz.

- No son mazmorras – intervino Erica, quien no trató de disimular la mirada de desagrado - Era el sótano de la familia. No sé si te has dado cuenta, pero la casa era enorme, y vivían trece personas en ella. Además de que era una familia de hombre lobos – torció ligeramente el cuello - ¿Puedes hacerte una idea de la cantidad de comida que tendrían que guardar? Creo que es lógico que necesitaran una despensa tan grande para guardar la comida...

- Queréis dejar de hablar de eso ahora. Tenemos otras cosas más importantes que hacer – protestó Scott en un susurro.

- ¿Ya has avisado a Allison? – preguntó Isaac entonces.

- Sí. Estaban terminando de preparar las armas. En diez minutos llegarán.

- No puedo creer que vayamos a dejar que vengan unos cazadores cargados con balas llenas del veneno más mortal que existe – musitó con desagrado Jackson.

- Ellos no son el enemigo – gruñó Scott, intentando no alzar la voz - Pensé que ya había quedado claro.

- Puede que tú quieras ganar puntos a favor con tu suegro, McCall. Pero sigo sin fiarme de él.

- También vendrá Deaton.

- Genial – dejó los ojos en blanco unos segundos - Un cazador y un veterinario charlatán con ganas de hacerse el héroe... Pensé que veníamos a rescatarles.

- ¡Y vamos a hacerlo!

- Jackson, cielo – intervino Erica entonces, su voz increíblemente relajada – Sé que tienes que aparentar que nada te importa pero, teniendo en cuenta que ya nadie se lo cree, ¿quieres dejar de decir chorradas y reconocer que estás tan preocupado por ellos como lo estamos los demás?

Jackson miró a la chica con cara de disgusto.

Pero tras varios segundos en la que ella no hizo sino quedarse en silencio, esperando una respuesta de su compañero de manada, no tuvo más remedio que agachar la cabeza.

- Les salvaremos – le aseguró Scott, colocando una mano sobre el hombro del Beta – No vamos a dejar que le ocurra nada a ninguno de los dos.

Finalmente, Jackson asintió, al tiempo que se transformaba.

El resto de compañeros le imitaron, y esperaron a recibir la señal.


tbc...

Of Alphas and MatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora