La alarma de su celular sonó. Soltó un quejido, malhumorado de que interrumpieron su sueño. Estaba cansado, se había quedado a las tantas de la madrugada en la fiesta de uno de sus amigos. ¿Quién en su santo juicio festejaba el Domingo en la noche? Él, porque podía hacer lo que quería. Apagó la alarma y volvió a dormir algunas horas más.
Despertó por si solo esta vez, levantándose enseguida. Se revolvió el cabello, con el pijama a medio poner. Fue inmediatamente a la ducha, si iba a desayunar perdería el tiempo y llegaría más tarde todavía. Se quitó la ropa y entró a la ducha, dejando correr el agua fría. Una gran manera de estar totalmente despierto y exponerse a un resfriado, pero ya estaba acostumbrado. Luego se colocó el uniforme, dejando los primeros dos botones de la camisa sin abotonar y la camisa fuera del pantalón. La corbata suelta que adornaba el cuello de su camisa y unas zapatillas oscuras.
Mientras mensajeaba con sus amigos fue a desayunar. Encontró en el gigantesco refrigerador una nota. La leyó para luego botarla a la basura, era de la pareja de su padre. Vió unas tostadas sobre la mesa, eso era lo máximo que la mujer podía hacer, una gran candidata a futura madre. Sacó el envase de jugo, tampoco iba a darse el tiempo de prepararse el desayuno, ya las clases del segundo período habían comenzado y no estaba de humor.
A pesar de vivir en una casa grande con muchas comodidades y tener bastantes libertades debido a que su padre trabaja todo el día, JB era un chico normal; dentro de lo posible. ¿Su mal carácter? Herencia directa de su padre. Había heredado de su difunta madre actitudes más positivas pero casi nunca las dejaba relucir. Tomó su mochila y salió de la casa. Fue a la parada del autobús, revisando los mensajes que había recibido de los tres extranjeros. Hizo una mueca, levantando la mirada para detener un autobús que se acercaba. Pagó su pasaje y se sentó al final, junto a la ventana.
JinYoung caminaba por los pasillos, mirando hacia todos lados antes de bajar rápidamente las escaleras. Estaban todos en clases, pero él prefirió no entrar. Algo le quedó carcomiendo en la cabeza durante el receso, apenas volvió al salón de clases luego del toque de la campana en la mañana se percató que sus cosas no estaban. Obviamente encaró a Jackson y este casi lo golpea si no fuera porque sus amigos fueron a su rescate. Decidió entonces buscar por su propia cuenta.
Recorrió toda la escuela lo más sigiloso que pudo, no se iba a quedar de brazos cruzados. Sabía que fueron los tres mosqueteros, ¿a quién más ha jodido, además de ellos? Además, de seguro se estan aprovechando de él porque lo intimidó Daddy. Chasqueó la lengua, no quería ni volver a pensar en ese idiota.
Buscó sin cesar pero no encontró nada, ellos lo habían escondido tan bien o... Caminó rápidamente, era la única opción que tenía. Ya en uno de los edificios detrás de la escuela lo pensó mejor. Era peligroso ir al almacén en busca de sus cosas, pero tampoco dejaría que ellos volvieran a salirse con la suya. Miró hacia los lados para verificar si nadie venía y saltó la reja. Corrió hacia el almacén y como esperaba, no podía abrir la gran puerta de metal que estaba al frente.
Suspiró, le daban tantos deseos de golpear a los tres matones hasta mandarlos al hospital, ya estaba más que cabreado. Rodeó el edificio y vió una de las ventanas rota. Miró hacia su alrededor, en busca de como llevar allí y divisó un bote de metal. Lo posicionó bajo la ventana y subió a este, dándose un pequeño impulso para agarrarse de los bordes y entrar. Se quejó, puesto a que se había cortado con uno de los vidrios rotos que quedaron allí. Prefirió no mirar el corte y comenzar a buscar su mochila. Sólo esperaba encontrarla y a tiempo.
Daddy por segunda vez en el mes estaba en el salón de clases, sin prestarle la mínima atención a la maestra de literatura. En estos momentos se arrepentía de no haber ido al almacén directamente, pero estaba tan aburrido de estar allí que quería probar si la escuela lo entretenía un poco, grave error. Luego de esta clase se iría a su refugio lo que quedaba del día, no pasaría por este aburrimiento dos veces en un mismo día.
El intruso buscaba en cada rincón del almacén, tratando de encontrar su mochila. Se atrevió mirar a la puerta que daba con la habitación de D., ni loco entraría, allí casi lo violan. Bufó, continuando con la búsqueda. Pero pronto escuchó el toque de la campana, mierda. ¿Qué iba hacer ahora? De seguro la secta del mal vendría aquí, debía esconderse. Volvió a pensar en el cuarto del pelinegro pero rápidamente negó, prefería morir antes que volver allí. Comenzó a dar vueltas por el edificio, tratando de encontrar un lugar al que ellos no se les ocurra acercarse. Pero tenía un límite de tiempo, pronto escucho pasos y voces acercándose. Contuvo la respiración y se escondió tras una gran pila de cajas. Escuchó la puerta de metal abrirse y las voces con mayor nitidez.
— ¿Pudieron resolver el problema?
Daddy. Joder, si lo descubrían le darían una gran paliza y de seguro él lo terminaría violando. Se quejó levemente al apoyar sus manos, sintiendo dolor por el reciente corte que se hizo. Hizo una mueca, cerrando la boca para seguir atento.
— Sí, ya están bajo amenaza. —. Informó Jackson.
— Además que le hemos quitado los cigarillos que estaban vendiendo. —. Agregó Mark.
Sólo escuchó un sonido de aprobación por parte de D. Supo de aquella conversación que habían otros matones que estaban contra su monarquía y eso les generaba problemas, además de vender cigarrillos ilegalmente y sin ningún permiso. Vaya, estos tipos se tomaban el poder muy en serio.
— ¿Qué es eso que tienes allí? —. Volvió a hablar el mandamás.
— Es la mochila de Park. Se la robamos esta mañana antes de entrar a clases. —. Respondió el tailandés.
— No lo vi en clases. —. Comentó el chino.
— Lo más probable es que no quiso entrar por no pillar sus cosas. —. Supuso el líder.
— O fue al baño a llorar como la nenita que es. —. Agregó Mark, riendo ruidosamente.
JinYoung apretó su puño con furia, sin importarle que haya sido el del corte. Si llegara la oportunidad de patearle el trasero de cada uno, con el americano se desquitaría hasta no tener fuerzas. Se mantuvo allí, escuchando las variadas estupideces de los tres secuaces. Ahora confirmaba que eran unos tarados, ¿como un tipejo como Daddy los soportaba? La campana de ingreso a clases sonó y desde la oscuridad pudo observar al jefe del grupo irse a su habitación. Los tres extranjeros se fueron, cerrando la puerta.
Salió con precaución, buscando su mochila en los alrededores y no pilló nada, los desgraciados se la habían llevado. Debía salir rápido para saber hacia dónde iban, ¿pero cómo?
YoungJae sacó el celular de su bolsillo, contestando rápidamente la llamada.
— ¡Hyung! ¿Dónde diablos estás? —. Gritó a quien lo había llamado. Escuchó atentamente la respuesta, para colocar una clara confusión. —. ¿Qué? Pero...
Suspiró, le había cortado. YuGyeom miró confundido al mayor, sin entender nada.
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Daddy ; BNior
Fanfiction❝¿Quién ese tal Daddy?❞ ❝JinYoung es nuevo en la preparatoria y un chico bastante curioso, que no entiende el sistema que acatan los estudiantes que fue dispuesto por ese tal Daddy y su grupo, los matones del establecimiento. Desde el primer día tie...