Las palabras de Seung lo habían asustado lo suficiente como para querer sacar sus conclusiones, por más horribles que estas puedan resultar. Esta vez se fue caminando de vuelta a la escuela, le daba igual si queda al otro extremo del mundo pero así tendría tiempo para pensar. Nunca un chico había quedado tan arraigado en su cabeza y necesitaba confirmar si la razón es la que su amigo y él sospechaban.
Su celular vibró en su bolsillo y revisó el mensaje que recibió por parte del castaño.
"¿Dónde y a qué hora, Daddy?"
Le respondió de vuelta un par de segundos después, indicando que lo esperara detrás del edificio —donde fueron esta mañana— al inicio del último bloque de clases. A esa hora llegaría a la escuela y no se daría el tiempo de meditar más las cosas, está ansioso.
Siguió con su trayecto, pensando una y otra vez lo mismo. Por más que tratara de despejarse tan sólo terminaba complicándose más, se sentía abrumado por tantos sentimientos juntos que se revolvían en su interior. Quería gritar para descargarse de alguna manera con la agonía que sentía, pero no deseaba quedar como un maldito loco en medio de la calle por lo que mantuvo los labios apretados.
A una cuadra del establecimiento logró escuchar la campana que da fin a la hora de almuerzo. Se apresuró y llegó por la parte de atrás, saltando la reja como único acceso. Se fue detrás de los edificios que estaban metros más allá, donde una figura conocida le daba la espalda. Se dejó llevar por las ansias y rodeó la cintura del menor con sus brazos. El menor se sobresaltó, causando una risa en el pelinegro.
— Eres tú, me asustaste. —. Le regañó en un tono dulce, uno que revoloteó el corazón de Daddy.
— No es mi culpa que seas asustadizo. —. Se defendió como puedó, escuchando la risa en respuesta de quien estaba entre sus brazos. — ¿Tienes que hacer algo importante en clases?
— No, absolutamente nada. —. La respuesta lo alegró, porque así no sería difícil sacar al menor de la escuela. Aunque hubiese tenido alguna obligación importante igualmente no lo hubiera dejado volver.
JaeBum, aún abrazando al castaño, caminó hacia la reja. Lo soltó y se sube a la misma, mirando desde la alta altura a JinYoung. Sólo le hizo una seña y saltó hacia el otro lado, esperando a que el menor lo imitara. A pocos segundos el chico se subió a la reja y saltó, no le quedaba más opción de todas maneras.
Caminaron al almacén y entraron por la puerta principal. A JinYoung le llegaron vagos recuerdos de cuando estaba escondido aquí y todo lo que tuvo que hacer para escapar sin ser descubierto.
— No sabes cuanto te he extrañado, bebé. —. Dijo el mayor cuando entraron a la habitación. Daddy rodeó la cintura del castaño una vez más y estampó sus labios contra los ajenos en un beso desesperado.
El menor correspondió el beso, había extrañado la textura de los labios ajenos. Daddy comenzó a guiar a su pequeño a la cama que estaba tras él, volviendo el beso más intenso. Echaba de menos los labios del castaño, nunca se cansaría de saborearlos. Lo recostó en la cama y se subió sobre él, aprovechando un jadeo por parte de JinYoung para introducir su lengua en la boca del chico.
La temperatura comenzaba a subir mientras sus lenguas jugaban con desesperación, ¿acaso un fin de semana lleno de besos y caricias no fueron suficiente? Al parecer no, porque las manos inquietas de ambos comenzaron a recorrer el cuerpo del otro, llenando el ambiente de suspiros y pequeños gemidos.
La boca de Daddy saboreó el cuello del menor, llenándolo una vez de marcas mientras JinYoung se retorcía bajo suyo, jadeando de placer. JB le quitó la corbata al castaño y la lanza lejos, pasando a desabotonar la camisa de este casi con desesperación, dejando ver su morena piel aún con algunas marcas de su encuentro pasado.
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Daddy ; BNior
Fanfiction❝¿Quién ese tal Daddy?❞ ❝JinYoung es nuevo en la preparatoria y un chico bastante curioso, que no entiende el sistema que acatan los estudiantes que fue dispuesto por ese tal Daddy y su grupo, los matones del establecimiento. Desde el primer día tie...