Daddy ; BNior

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A pesar de encontrarse dentro del vehículo escuchaban la música a todo volumen, proveniente de la hilera de autos que iban en la misma dirección. JinYoung se veía notablemente atraído por la situación que está frente a sus ojos, nunca vio como una fiesta se movía a un lado a otro, tampoco mantenerse en esta circunstancia.

— ¿Primera vez que ves algo como esto? —. ¿Cómo era tan obvio? ¿Acaso colocaba cara de bobo? JB le sonreía, prácticamente con dulzura. Sus manos seguían sujetas pero no tenía ni la menor intención de soltarlas. Sólo asintió, expectante. — En fiestas con bastante gente es muy común ver esto, para que veas a lo que llega a hacer la gente con tal de pasarla bien.

— Lo dices como si tú sólo te dejaras llevar por la corriente. —. Habló Seung doblando en una esquina, guiándose por los autos. A excepción de JinYoung, los presentes en la camioneta rieron. — ¿Acaso quieres que te recuerde que tú muchas veces iniciabas esta estupidez?

— Los tiempos mosos del panquesito. —. DongSun dijo en un tono adorable, como si fuese una madre hablando de su pequeño. Todos lanzaron carcajadas. — Si supieras todas las cosas que JB hacía cuando era más joven te daría hasta vergüenza ajena, JinYoung.

— No lo dudo, se nota que panquesito hace todo lo que se le plazca. —. Respondió el menor, con tono agradable. Aunque, recibió un leve apretón en su mano como respuesta. Subió su mirada, encontrándose con la del pelinegro. Sonrió burlesco al ver la pequeña molestia de Daddy por el apodo, indicando que es sólo una simple broma.

Por lo que Chin le había comentado, la casa de Kwang se encontraba al otro extremo de la ciudad. A pesar de eso, el transcurso hacia allí se hizo corto a su parecer. La música, la conversación en la camioneta y sobretodo la cálida mano de JB que sujetaba la suya lo distrajeron, perdiendo la noción del tiempo.

Al llegar se estacionaron donde pudieron y bajaron rápidamente, adentrándose con la multitud a la gigantesca casa que ahora es la anfitriona de la fiesta. Allí hizo presencia el dueño de la casa, indicando dónde se encontraba el alcohol. Kwang pudo verlos al poco tiempo se acercó animado, JB le soltó la mano para poder saludarlo. El anfitrión saludó a los demás, pero deteniéndose frente a una persona que nunca antes había visto.

— Supongo que estás aquí por JB, ¿no es así? —. Asintió en respuesta a la pregunta de Kwang, sin comprender cómo lo supo. — Es el único del grupo capaz de traer a un chico tan lindo y tranquilo por estos lugares, así los puede pervertir con mayor facilidad. —. El anfitrión río, sintiendo como el pelinegro le proporcionaba un golpe en el brazo por decir tales cosas. El único inconveniente es que ya está pervertido gracias a él.

— Por lo menos este es más agradable que el de la fiesta pasada, me joden los presumidos. —. Habló Chin, yendo por unas cervezas. Aquello causó la curiosidad del castaño, dirigiendo su mirada a JB en busca de una explicación.

— Y altaneros, contigo ya es suficiente. —. Siguió Seung, riendo para seguir al Chin junto a su pareja, refiriéndose al pelinegro. Los tres restantes se limitaron a seguirlos, yendo a la cocina por alcohol.

Luego de que cada uno tuviese su trago comenzaron a pasear por la casa, un tour concedido por Kwang para pasar el rato. La música continuamente retumbaba contra los oídos de JinYoung, el cual no comprendía porque aún no seguía sordo. Bebió de su cerveza tranquilamente, ya se había acostumbrado al amargo sabor e incluso le agarró cierto gusto. Tal vez salir a fiestas más seguido no sonaba tan mal. Llegaron al gigantesco patio, en donde había una masa de gente en el centro bailando al igual que en salón de la casa. Fue en este momento que DongSun le jaló del brazo, llevándolo a la "pista" de baile. No entendió nada y muchos menos cuando el rubio empezó a bailar al ritmo de la música, un tanto afectado por el alcohol.

Miró en dirección a los demás, sin saber precisamente qué hacer. Seung trataba de contener la risa por la actitud de su pareja mientras que Kwang y Chin tan sólo miraban, hablando animadamente. JB se encogió de los hombros, al parecer sólo le quedaba dejarse llevar. Y eso hizo, con cierta dificultad por tener la mirada del pelinegro encima todo el tiempo, pero se las arregló para poner en honor su dignidad. Sus miradas se encontraron y no se apartaron por nada en el mundo. JinYoung sentía una extraña química que le revolvía el estómago pero de manera muy agradable, tanta que lo hizo sonreír.

— Anda a buscarlo. —. El maniatico por las selfies le susurró aquello en el oído. El menor parpadeo sorprendido, volteando a mirarlo mientras bailaban.

— ¿Estás loco? Se nota que JB no es de los que bailan. —. Respondió, mirando de reojo al pelinegro con ciertos nervios. Con el alcohol en su sangre lo estaba considerando, pero dudo enseguida en hacerlo, Daddy es muy intimidante.

— Dices eso cuando prácticamente te está comiendo con la mirada. —. Dicho aquello el rubio lo empujó a la dirección de JB, sonriéndole incluso para darle mayor confianza.

JinYoung se tomó lo que quedaba en la lata de un solo golpe, dejándola caer para acercarse a Daddy. Apenas lo tuvo al frente le tomó la mano, jalandolo en dirección a la multitud. Pasaron entremedio de la gran cantidad de gente que allí había y apenas encontraron un espacio libre se acomodaron.

— Por culpa de DongSun tendrás que bailar conmigo. —. Avisó el castaño, moviendo su cuerpo lentamente al compás de la música. Notó la mirada molesta del pelinegro y suspiró. — Vamos, sólo será un rato.

Hizo un leve puchero, que al parecer convenció a Daddy ya que este bebió un poco de cerveza antes de bailar junto a él. En un principio bailaron alejados del otro pero debido a que la gente se amontonaba y por el simple hecho de atraerse, terminaron prácticamente pegados. Cada vez hacía más calor, algunas gotas de sudor se deslizaban por su cuello mientras que la frente de JB estaba perlada por el sudor. El pelinegro rodeó al menor por la cintura, acercando su rostro. El ambiente ardía.