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Roto. Así se sentía. Se limpió las lágrimas una vez más, había perdido la cuenta de cuántas veces se limpió el rostro. Desde que se había alejado del almacén no ha dejado de llorar, no podía evitarlo. Ya no daba más.

Odiaba a JaeBum con todo su ser, solo escuchar su nombre lo hacía rabiar a niveles inimaginables. Estaba harto de él, que quisiera controlar su vida y lo peor era que lo conseguía. Casi mató a uno de sus amigos y le ha hecho la vida un infierno desde que puso un pie en la escuela.

¿Por qué él le hacía eso? ¿Qué había hecho para provocarlo? No entendía, incluso lo dejó en paz tal como DongSun le pidió, y recibió a cambio más mierda, más golpe, más sufrimiento.

Lo más horrible es que JaeBum llegó a gustarle.

Sonrió con amargura y las lágrimas amenazaron por salir. Extrañaba cuando era amable con él, como le sonreía con tanta calidez que le quitaba el frío. Extrañaba cuando le rodeaba el cuerpo con los brazos y lo hacía sentir tan seguro, como si lo que hicieron ha sido lo más correcto que ha hecho en toda su vida. Extrañaba cuando lo llamaba por apodos cariñosos, sus besos, abrazos y caricias que lograban volverlo loco.

Lo extrañaba.

Otra vez estaba llorando por su culpa, pero no de rabia sino de tristeza. Por anhelar volver a sentir esa calidez en su pecho que solo JaeBum lograba provocar.

Se lavó el rostro, limpiando cualquier rastro de lágrimas y se miró al espejo. Era un desastre, sus ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar, además de tener su cabello despeinado por correr a toda velocidad. Se ordenó y esperó unos minutos antes de volver a clases, necesitaba tranquilizarse.

Las horas pasaron lentas y solo quería irse a casa. Pudo distraerse un poco con YuGyeom y YoungJae, los cuales hicieron todo para subirle el ánimo. Omitió el porqué de su tristeza pero estaba profundamente agradecido que sus amigos quisieran sacarle una sonrisa.

Tocó la campana y ordenó sus cosas, fue cuando recibió un mensaje. Curioso lo vio y casi se le cayó de las manos al ver que se trataba de Kwan. Le avisaba que estaba en el hospital, junto al número de la habitación en que se encontraba. Llamó a sus amigos y les contó que el chico estaba en el hospital, entonces los tres no dudaron en ir hacia allí.

Las ansias de verlo aumentaban a medida que se acercaban al hospital y casi fueron corriendo a la habitación de Kwan cuando la recepcionista les permitió el paso. Entraron todos a la vez y fue una imagen impactante ver al chico en la camilla, rodeado de algunas máquinas. El hecho que los tranquilizó fue que se encontraba estable, a pesar de que aún tenía varias hematomas en el rostro y brazos. De seguro el cuerpo estaba aún peor.

Permanecieron allí una hora, en la cual Kwan contó a vista general de lo que le había ocurrido. A pesar de que haya sido JaeBum el causante de la brutal golpiza y que gracias a él haya terminado en el hospital no sonaba molesto o resentido por el pelinegro, detalle que JinYoung notó. Estaba curioso al respecto y su duda se resolvería cuando Kwan pidió que hablaran a solas por un momento.

— ¿Qué pasa? ¿Qué necesitas decirme? —. Le preguntó cuando YuGyeom y YoungJae se retiraron de la habitación.

— Siéntate. —. Le pidió y el castaño se sentó en la silla junto a la camilla. — D. vino a verme.

— ¿Cuándo? ¿Te hizo algo? —. Le interrogó con sorpresa y un poco de desesperación ante la posibilidad de que JaeBum no haya tenido suficiente.

— Hace unas horas. Tranquilo, no me hizo nada. —. JinYoung relajó inmediatamente su expresión al escucharlo. — De hecho, vino a disculparse. También me trajo chocolates.

— Debe ser una broma. Ese tipo es todo menos empático. —. Dijo con molestia y Kwan carcajeó al verlo con el ceño fruncido.

— Se notaba arrepentido. —. Volvió a reírse cuando JinYoung lo miró con mala cara. — En serio. Perfectamente pudo dejarlo pasar, porque estoy seguro que ha mandado a más gente al hospital y no se ha disculpado, pero vino.

— De seguro vino por la paliza que le di.

— Algo así. Creo que pensó en lo que hizo porque fuiste tú quien lo golpeó, si hubiera sido otro hubiera terminado en el hospital como yo. O peor. —. Los dos se quedaron en silencio por algunos minutos y JinYoung recordó la conversación que tuvo con DongSun tiempo atrás. Por alguna extraña razón él y Kwan apuntaban hacia el mismo lado.

— ¿Eso qué tiene? ¿Qué quieres decir? —. Preguntó el castaño sin comprender, se sentía confundido. Tenía claro que tenía un cierto poder sobre JaeBum. Pero, ¿por qué?

— Veamos. Él me mandó al hospital porque pensaba que nosotros teníamos algo y quería que me alejara de ti, por eso evité tus llamadas. —. El castaño se molestó notablemente por aquello, JB siempre afectaba su vida de alguna manera u otra. — Concentrate. Él me golpeó por celos.

— ¿Celos? Ese chico es un maldito obsesivo, necesita tener a todos en la palma de su mano. Está loco. —. Explicó enseguida, sin creer ni un poco qué los celos llevaron a Daddy a cometer tal disparate. La golpiza tuvo que afectarle las neuronas, de eso seguro.

— ¡Le gustas!

JinYoung se tragó todo el discurso que iba a darle a Kwan. ¿Qué acababa de decir? Se quedó con la boca abierta, sin poder creer las palabras que salieron de su boca. Era imposible que le gustase, es decir, el tipo le ha hecho la vida imposible. Sabe que existen diversas maneras de demostrar amor, pero mandar a golpear a quien te gusta no es una de ellas.

— ¿Te golpeó en la cabeza? —. Le preguntó, porque era la única opción posible para tal barbaridad.

— Estaría inconsciente si fuese así. Te estoy diciendo la verdad, le gustas. ¿Por qué crees que no has ido al hospital todavía? Para él las razones sobran. —. El castaño quedó pensativo. Es cierto, a pesar de todo el sufrimiento que le ha causado aún sigue de pie. Además, el corto tiempo que estuvieron juntos siempre lo miró de manera diferente, tratándolo con tanta dulzura como si fuese lo más preciado para él. — Él mismo pudo haberte golpeado pero no lo hizo. Le pregunté y él mismo me dijo que sí. Ese chico estaba tan abrumado y arrepentido por lo que hizo, más que nada porque ahora lo odias. No es un mal chico en realidad, porque no cualquiera tendría los pantalones de aparecer luego de mandar a otra persona al hospital.

JinYoung se mordió el labio inferior con nervio. Era tanta información que a su cerebro le costaba asimilar. Muchas cosas le hacían sentido ahora, pero no quería ilusionarse. Porque era imposible que le gustara a pesar que todas las pruebas indican lo contrario, JaeBum era esa clase de chicos que solo buscaba diversión, no una relación o algún pequeño romance.

Se despidió de Kwan cuando procesó un poco mejor la información y salió de la habitación. Fue con sus amigos un par de cuadras más allá del hospital y cada uno se fue por un camino diferente a sus casas. JinYoung no tenía idea de lo que habían hablado, porque su mente estaba aún sumida en el hecho de que le gusta a JB. Lo que le parecía más extraño era que su corazón no paraba de latir con fuerza, al igual de la boba sonrisa que apareció en su cara mientras caminaba a su casa.

Daddy ; BNiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora