Amar no se olvida

!No otra vez¡

-Demonios Seth, me asustaste- le dije ayudándole a ponerse de pie.

-No fue mi intención asustarte Renesmee, lo siento- dijo disculpándose.

-Ya no importa, ¿Qué haces aquí?, ¿Cómo me encontraste?-

-Fui a tu casa, Rosalie me dijo que no estabas, que habías salido luego de una visita muy extraña de mi hermana, fui donde Leah, y la obligue a decirme donde te encontrabas, pero me dijo que solo te buscara después de cierta hora. Vi salir a Vanessa hace un rato, ¿discutieron?- pregunto siguiéndome en mi caminar.

-No ella ni siquiera sabe que estoy aquí- respondí deteniéndome- Seth en este momento necesito estar sola, aclarar mi mente, tengo que ver que haré y cómo, no puedo contarte lo que sucede, pero te enteraras, ahora debo irme, regresa a casa si- le dije- corrí lo más fuerte que pude, hasta que pude notar que no me seguía, en realidad ni lo intentó, solo se quedó allí.

-Caminé sin sentido por horas, así podría meditar mejor, tenía muchas ganas de ir donde Jacob y decirle ahora que Vanessa lo engañaba, que ya no había nada que lo atara a esa mujer por que el hijo que esperaba no era de él, sin darme cuanta llegue al límite territorial de la Push, cruce hacia el territorio de mi familia, y me quede allí un instante, que fácil era dar un salto y cruzar la línea, pero en la práctica me era imposible elegir entre ser vampiro y amar un lobo. Todo indicaba que esta noche seria fría para los habitantes de Forks, el cielo se encontraba totalmente cerrado, ni la luna me hacía compañía esta noche. Tenía un problema menos, Vanessa estaba fuera de mi camino, pero quedaba lo más importante, cómo convenzo a los Vulturis que tener una relación con Jacob, no es peligroso para ellos, que no los expondré. Decidí seguir con mi camino de seguro tía Alice y Rosalie me esperan para interrogarme de donde estaba, o tal vez ya lo sabían, ya no sé qué pensar, necesito un abrazo de mi padre.

Me encontraba sumergida en mis pensamientos cuando sentí que los lobos se acercaban desde su territorio, estaban dando caza a alguien, seguro algún nómada se pasó de los limites pensé, me quedé a la espera de ver que sucedía, desprevenida es la única palabra que se me ocurre para lo que sucedió, nunca imaginé que serían ellos los que hacían correr a los lobos. La rubia cruzo el territorio brindándome una sonrisa, y su hermano tras de ella, ambos quedaron frente a mí, en mis pesadillas siempre tuve las agallas para enfrentarlos, pero me quedé paralizada, no tenía alternativa, si corría, entre ambos me darían caza, no podía arriesgarme a ver cómo están de humor, prefiero dialogar o negociar lo que amerite la situación.

Sam, Jared y Paul miraban perplejos desde el otro lado del rio, el tratado no les permitía cruzar, pero lo estaban considerando cuando Paul tomo su forma humana.

-¡Renesmee corre!- grito desde el otro lado.

-Paul, yo me encargo, no quiero que les hagan daño, de verdad son peligrosos- le grité quieta desde mi sitio.

-Iré por Jacob, Renesmee- le oí decir y lo perdí de vista.

-¿Qué hacen aquí?- pregunté insegura de cada palabra que pronunciaban mis labios-

-No es obvio, hemos venido por ti, por la pequeña Renesmee- respondió Alec.

-Pueden irse por donde vinieron entonces, porque yo no iré a ninguna sitio con ustedes- dije arriesgándome a su reacción. Sam y Jared todavía se encontraban a la espera de alguna situación que los hiciera interferir.

-Veo que eres igual que tu madre, tienes mucho coraje, lástima que no seas igual a ella, y nuestros poderes si funcionen en ti- dijo Jane mirándome con esos ojos rojos penetrantes.

-Lástima que jamás tuviste oportunidad de hacerle daño- dije de forma sarcástica y casi inconsciente y fue una mala idea, caí al suelo, retorciéndome de dolor, era un dolor punzante que no me permitía hacer movimiento alguno, pude oír a Sam y Jared, aullar fuertemente, intenté abrir los ojos, y con ellos entreabiertos pude ver que Sam y Jared habían cruzado la línea y eran atacados por el vapor paralizante de Alec, mientras Jane seguía ensañándose conmigo.