Capítulo dieciséis.

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Valeria.

Como todos, menos yo, han llegado muertos de cansancio y sueño, a pesar de a ver dormido en el avión, hemos decidido pasar el día aquí e ir a dormir a un hotel, tontería teniendo la caravana.

-Papa - le llamo mientras estamos cenando - Antonio y yo queremos dormir en la caravana, por favor - le pido.

-Pero hay que tener mucho cuidado - me dice - no quiero luces ni ruido, alguien podría forzar la cerradura - me advierte.

-Vale papá - le doy un beso contenta.

Terminamos de cenar y tras dar una vuelta todos juntos mi hermano y yo subimos rápidamente a la habitación de nuestros padres para darnos una ducha y cambiarnos, después volvemos a la caravana.

Me coloco en la cama que elegí esta mañana y mi hermano en la de al lado.

-Val, ¿como estas de tus dolores? - me pregunta.

-Bien, ya no me duele nada - miento - te lo dije, después de selectividad todo sería mejor.

-Si algo te molesta, dímelo, enserio - me dice y asiento - oye y porque no abrimos esto - le digo levantándome de la cama.

En el techo de la caravana hay como una puerta, para abrirla, total que lo hacemos y nos quedamos mirando las estrellas.

-¿Que ha sido eso? - pregunta mi hermano levantándose de la cama.

-¿El que? - pregunto yo incorporándome.

-He oído algo - empieza a abrir todas las cortinas de la caravana pero no se ve a nadie, ni si quiera movimiento de algo.

-Me cago en tu vida Antonio - digo levantándome y poniéndome detrás de él.

Se empieza a oír como intentan abrir la cerradura de la puerta trasera y para colmo no hay ventana ahí para ver.

-Tengo una idea - digo subiendome a la cama. Saco las manos por la abertura del techo y con ayuda de mi hermano me situó en el capo, a los segundos mi hermano está conmigo.

-Con cuidado - dice él y asiento.

-¡¿Pero que narices haces aquí?! - les grito al trio carabela cuando los veo.

-Una visita - dice Olivia - oye, ¿que hacéis en el techo? - dice riendo.

-Cabrones - digo volviendo al interior de la caravana, les abrimos la puerta y pasan con una sonrisa en la cara - ¿a quién se le ocurre intentar forzar la puerta y no llamar?

-A nosotros - dice Daniel.

-A los retrasados - agrega mi hermano y le doy la razon, Olivia lo mira mal y le hace una seña que sólo ellos entienden.

-Pensabamos que eran ladrones, o yo qué, imbéciles que susto me habéis dado - resoplo tirándome en la cama.

-¿Que hacíais en el techo? - pregunta Jesús riendo.

-Dios pensaba que nos iban a robar y pues quería huir, pero no sin verles la cara - agregó y todos sueltan una carcajada, incluso mi hermano - oye tú no te rías tanto - le señalo y alza las manos.

-Lo siento - sonríe - oye vamos a dormir que estoy muerto, Olivia conmigo - dice cogiéndola por la cintura y tirándose con ella a la cama.

-Yo sola - sonrío y Daniel niega.

-Yo también quería esta cama - dice tumbándose conmigo.

-O te levantas tu, o te levanto yo - dice Antonio y no hace falta más nada, para que se levante y vaya con ellos a otra cama.

-Buenas noches - digo acurrucandome en la cama.

No se que hora es, pero se está haciendo de día así que como buen intento de fotógrafa y amante de los amaneceres, cojo mi cámara y subo al techo haciendo el menor ruido posible.

Anda que también que pase por aquí y me vea... bueno, me da igual, nadie me conoce. Hago un par de fotos y después disfruto del amanecer.

-Bueno días morena - dice Daniel saliendo por la abertura y sentándose a mi lado.

-Que madrugador - le digo y asiente colocándose.

-Me encantan los amaneceres - dice y me río.

-Cursi - le digo y se encoge de hombros.

Coge la cámara sin permiso alguno y me empieza a hacer fotos con el sol asomando, le quito la cámara y le hago algunas a él.

-Podria ser tu ayudante de fotografía - me dice.

-Si, podrías traerme los cafés - sonrío.

-Buenos días - dice Olivia asomando la cabeza por la apertura.

-Buenos días señora - sonrío y bajo junto a ella.

Despertamos a los demás y cogemos ropa para cambiarnos ya que no vamos a tardar en irnos a desayunar.

-Primer día de nuestro viaje tan esperado - sonríe mi hermano y me pasa un brazo por el hombro.

-Lo vamos a pasar genial - digo y paso el mío por su cintura.

-Buenos días - nos saluda mi madre que ya está en la cafetería.

Desayunamos junto a ellos y volvemos a la caravana.

-Siguiente parada, Springfield - sonrío asomando la cabeza por la apertura.

Cojo la cámara y hago varias fotos a todos.

-Oye vamos a poner música - digo cogiendo mi teléfono - Mamá, Eva, Papá, Juan Carlos... Dancing Queen - sonrío y conecto el móvil a la caravana.

Me encantan estas canciones, y más cuando estamos de viaje, claro que me pones una canción de Reggeton y vamos que te la clavo. Mis padres cantan y hacen el intento de bailar sentados, Juan Carlos y Eva que van en la parte de alante cantan y Eva también baila, Juan Carlos de vez en cuando alza un mano pero por el bien de todos mejor que las fijé al volante. Los padres de Olivia graban el momento y hacen los coros. Mi hermano como odia esta música está tirando en su cama con los cascos.

Olivia y yo estamos viviendo la canción y los gemelos están mirándonos como cuáles locas, pero se que tarde o temprano van a terminar cantando, primero por la canción, que es super pegadiza, y segundo porque tengo una buenas dotes de convención.

-Dos Shopie solas - les digo a los gemelos - y os parecerá bonito que no tengan un Sky cada una.

-¡Dancing Queen, feel the beat from the tambourine! - cantan finalmente al unísono.

Creo en ti ||gemeliers||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora