Capítulo cuarenta y dos.

1.7K 95 24
                                    

Jesús.

Ya hace un mes que estamos de vuelta en Madrid. Podría describir este mes como el peor de mí vida. El viaje resultó ser, el peor de nuestra historia.

Lo recuerdo como si fuese ayer, caminábamos por Santiago buscando algún sitio relajado para cenar, cuando de repente Val se desmayó y cayó al suelo. Gracias a la ayuda de personas que pasaban por allí, una ambulancia no tardó en llegar.

Lo que iba a ser una noche de fiesta, término en una desgracia. Mientras finiquitaban algunas pruebas llamábamos a nuestros padres, que cogieron el primer ave que salía.

Recuerdo la angustia que sentía, y la presión que tenía en el pecho, es la peor sensación que he tenido en toda mi vida. Los minutos pasaban como horas en la sala de espera, hasta que al fin un médico vino a informarnos del estado de Valeria, y ojalá nunca lo hubiese hecho.

"La señorita Valeria ha caído en un coma" pronunció aquel hombre, y no necesité nada más para saber que la perdía. Me quedé en blanco y no respondía, más tarde los chicos me dijeron que el médico dijo que tardaría unos días en despertar.

Y hasta ahora, Val no ha despertado. Lleva un mes sin despertarse, sin mover ni si quiera un dedo, es como si no estuviera.

Hace una semana y poco mas que no voy a verla, y es que no puedo, llegar allí y ver a sus padres destrozados, y después verla allí como si estuviese... el caso es que me duele tanto, que no puedo ni pasar por el hospital.

Llevo sin saber de ella todo ese tiempo, pero no creo que haya despertado si no, mi hermano, el que ahora ni me dirige la palabra, se habría dignado a decirmelo.

Ahora mismo me siento la peor mierda del mundo. Me siento decepcionado conmigo mismo por no estar apoyándola, y por lo que hice hace unos días, por eso más que por nada.

Ojalá nunca hubiésemos planeado ese viaje, ojalá nunca nos hubiésemos ido de aquí, ojalá y ella nunca hubiese tenido cáncer, ojalá y ella estuviese aquí.

-Ya estoy en casa - dice una voz sacándome de mis pensamientos.

Es Dani, viene del hospital como todos los días.

-¿Como esta? - pregunto por primera vez en todo este tiempo.

-¿De verdad de importa? - contesta con sarcasmo y cabreo.

No dice nada más y subo a su habitación rápidamente. Esta destrozado, al igual que todos.

(...)

Olivia.

Cuando menos te lo esperas la vida da un giro de ciento ochenta grados, a veces es a bien, y otras, en cambio, es a peor, como ésta.

Todo se jodió por mi culpa, si no hubiese planeado ese estúpido viaje, ahora mismo Val estaría bien.

Antonio me repite todos los días que yo solo tengo la culpa de hacer feliz a su hermana. El desmayo le podría a ver venido en cualquier parte. Pero inevitablemente no puedo parar de sentirme responsable.

Guardo un par de revistas en la mochila y me la cuelgo. Después salgo de casa y camino hacia el hospital. Todos los días voy a verla, y todos los días hago lo mismo, le leo sus revistas favoritas, también le pongo al día sobre Selena y Harry, y así siento como que todo está bien, aunque en realidad no es así.

-Hola - saludo a Dani el cual está saliendo de la habitación con una gran sonrisa en la cara - ¿que pasa Dani? - pregunto ansiosa.

(...)

Creo en ti ||gemeliers||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora