Creo en ti ||gemeliers||

Capitulo cuarenta y siete.

Valeria.

-Quiero verte - dice Daniel al otro lado del teléfono.

-Solo hace un día que no nos vemos - me río.

-Eso es demasiado - dice haciendo que no sepa que decir - te doy veinte minutos para arreglarte y paso a por ti.

-Pero Daniel - ha colgado.

¿Donde me va a llevar este loco?

Me levanto de la cama y cojo un jersey gris junto a unos tejanos y las convers blancas. Me coloco la peluca con ayuda de mi madre y me hecho un poco de rímel.

-¿Donde te lleva Daniel? - me pregunta mi madre mientras me peina la peluca.

-¿Quién ha dicho que vaya a salir con él? - preguntó sorprendida.

-¿Estáis saliendo? - me pregunta y niego al instante.

-¿Por qué? - le preguntó y sonríe nostálgica.

-Oscar hacia eso todos los días, me decía en diez minutos me pasó a por ti, y ahora mira como estamos.

-No sabia esas técnicas de ligar de papa - me río.

-No sé lo cuentes, me matará - se tapa la boca riendo.

-Soy una tumba - digo seria.

-Volviendo a Daniel, me gusta como chico para mi hija - insinúa.

-Mama en mi estado no quiero ilusionar a nadie a que algo vaya a pasar cuando se que se va a acabar repentinamente de un momento a otro - contestó haciendo que se quede callada.

-Coge una chaqueta y bufanda, hace mucho frío - me da un beso y se va.

La hago caso y tras ponerme todo bajo al portal a esperar a Daniel el cual no tarda en llegar.

-Hola - dice abrazándome.

-¿Donde me llevas? - le pregunto y no contesta - tierra llamando a Daniel.

-Es una sorpresa Val - me dice finalmente.

-¿Como que una sorpresa? - pregunto y su respuesta en una sonrisa.

-Déjate llevar - dice pasando su brazo por mi hombro.

Llegamos a su coche y me coloca un pañuelo en los ojos, después conduce un buen rato, después paramos y entramos en un sitio en el que noto que hay mucha gente.

-¿Donde me has traído? - le preguntó.

-Ya lo verás - dice cogiendome de la mano y tirando de mi.

Pero sin decirme nada ya se donde estamos. Estamos en el aeropuerto, la voz del aviso de aviones me ha solucionado las dudas.

-¿Lo saben mis padres? - le pregunto.

-Claro Val - dice obvio.

-¿Me dirás dónde vamos? - le pregunto y me contesta que no - al menos quitarme el pañuelo - pero me contesta igual.

-Y ahora te voy a dar unos cascos no vaya a ser que te enteres por el dichoso aviso - dice a lo que sonrío.

Madre mía, donde iremos a parar.