Creo en ti ||gemeliers||

Capítulo seis.

Valeria.

Esta mañana hablé con Daniel y me dijo que el no me quito la ropa, pero que no le importaría. Casi lo mato por mensaje de texto, pero bueno, dejemoslo.

Ahora mi hermano y yo vamos a comer al centro y después daremos una vuelta con Olivia sin Juan, ya que ha ido al pueblo de sus abuelos, y me veo ignorada durante toda la tarde.

-¿Has hablado con Olivia sobre...? - le pregunto a mi hermano mientras esperamos la comida en el bar.

-No, pero de esta semana no pasa - me dice y asiento no muy convencida - ¿me ayudas a preparar algo?

-¡Sí! ¡Este sábado! - aplaudo animada.

Mi hermano es el tipo romántico pero tímido (sólo para estas cosas) y obviamente le quiere pedir en condiciones a Olivia que sea su novia, y pues aquí entro yo que le voy a preparar una velada magnífica.

Mientras mi hermano va a recoger el pedido de la comida hablo con Jesús, y le cuento el plan que tengo para esta tarde y se ha ofrecido a venirse conmigo y no ser ignorada únicamente, acepto el plan y espero a mi hermano con las tripas crujiendo.

-¡Hola! - saluda Olivia cuando llega a nosotros.

-Hola fea - la saluda mi hermano y le da un beso muy cerca de la boca que casi me hace gritar, pero me contengo.

-Hola amiga - la saludo empezando a sentirme ignorada - ¡ay, me acabo de acordar que he quedado con un amigo!

-¿Qué amigo? - pregunta mi hermano con mala cara y ruedo los ojos, que tío más tongo - ¡ah ya! - cambia al ver mi cara - no hagas nada - me dice serio.

-Pasalo bien - me dice Olivia - ¡y si cae ha caido! - me guiña un ojo y mi hermano niega mirándome.

Le doy un beso a cada uno y me voy en busca de Jesús al que tardo poco en encontrar.

-¡Hola! - lo saludo con una sonrisa.

-¿Siempre estas fuera de casa? - me sonríe dándome un abrazo.

-Sólo cuando no tengo exámenes - contesto y asiente con una mueca extraña.

-¿Tu hermano y tu otra amiga...? - me pregunta y asiento.

-Bueno, a ver, mi hermano se lo va a pedir oficialmente este fin de semana y yo lo voy a preparar - le cuento mientras andamos sin rumbo fijo.

-¿Quieres que te ayude? - me ofrece y niego.

-No te preocupes, puedo sola - le digo y ahora niega él.

-Enserio, me gustaría ayudarte - me dice y asiento finalmente.

-Pues vamos a planearlo todo - le digo pensando en mil y una ideas para hacer.

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Jesús y yo hemos terminado en una cafetería tomando un café mientras atamos los últimos cabos que tenemos pensado para este sábado.

-Vale, pues el sábado a las diez paso a por ti y lo haremos todo - dice Jesús dando el último sorbo a su café.

-Perfecto - sentencio y nos levantamos a la vez.

Salimos del café y veo a una panda de chicos andando delante de nosotros.

-¿Ese es Daniel? - le pregunto a Jesús y su cara cambia al verlo.

-Em, no - niega rápido.

-Sí, es él - le digo - ¡Daniel! - grito y se gira - ¡ves! Conozco mejor a tu hermano que tú - me río mirando a Jesús pero a él no le hace mucha gracia.